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Envía esta noticia a un amigo | 04/02/2013 |
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El Canciller Timerman en Londres, bajo el "paraguas" de Menem-Cavallo | ||||||||
Llegó hoy el canciller argentino a Gran Bretaña. Lejos de innovar, se escuda en el Tratado de Madrid firmado por Menem-Cavallo en los 90 y solicita una reunión con su par británico que no llegará... Los medios masivos de comunicación, incluso los opositores al gobierno, detallan la visita como un avance para la negociación por Malvinas. Lo cierto es que Argentina solicitó una entrevista con representantes del Reino Unido, los cuales la rechazaron a menos que se incluyera a los kelpers en la disputa. En ese contexto, nuestro país se encuentra diplomáticamente, igual que en los años 60. El por qué de este retroceso es muy sencillo: Argentina acata los Acuerdos de Madrid de 1990. Bilateralidad = Acuerdos del Menemato Las negociaciones con el Reino Unido por la soberanía de Malvinas y del Atlántico Sur, desde los años 60 en adelante, se realizaron bajo el seno de las Naciones Unidas, mediante las resoluciones de la Asamblea General. Ello colocó en una situación muy problemática a los ingleses, que se encontraban cada vez más asfixiados por la presión de la comunidad internacional. Ni siquiera el conflicto bélico cambió el método de la negociación. Por ello, desde la primera resolución favorable en los 60, los ingleses se veían obligados a sentarse a negociar. La última palabra, era de la comunidad internacional, la decisión británica no cerraba ni ponía fin al reclamo. Pero en las negociaciones de los años 1986 en adelante, hasta culminar con los Acuerdos de Madrid de 1990, Argentina acordó modificar la forma de las negociaciones, que a partir de ese momento, serían bilaterales. Toda negociación por Malvinas, sería solamente entre Inglaterra y Argentina, nadie más. Por ello, si Argentina solicita una reunión con Gran Bretaña para hablar de la soberanía, ésta no está obligada por estar vigente los acuerdos de 1990. Y el broche de oro, fue la "flamante" idea del Canciller Dante Caputo durante la época de Alfonsín, donde estableció el concepto de "paraguas". Argentina bilateralizaba el conflicto y además, permitía toda negociación con los ingleses en el Atlántico Sur, pero sin mencionar la soberanía, sin que ello significara el reconocimiento de ella, a Inglaterra. Así se denominó "el paraguas de soberanía". Ahora, la decisión británica es la que cierra cualquier reclamo soberano, y la ONU tan solo sirve para acercar a las partes, ya no como última palabra. Por ello antes de viajar a Londres, ante la prensa el Canciller Timerman explicó: "hicimos todas las gestiones, siempre con el concepto de la bilateralidad." Mientras el Tratado de Madrid siga vigente, no habrá negociación seria por Malvinas. Es triste y penoso ver como un gobierno que se jacta de defender la soberanía, acate sin chistar, un tratado como el de Madrid, negociado por el entonces Canciller Domingo Cavallo y rubricado por el innombrable presidente de Anillaco. Tratado que provocó hambre, miseria y muerte a cientos de miles de argentinos. Nuevas usurpaciones en el Atlántico Sur. Silencios cómplices Las declaraciones, afirmaciones, negaciones e incluso los silencios de presidentes y sus cancilleres, obligan a un país frente a otro y sientan precedente internacional. Hoy, nuestro Ministro de Relaciones Exteriores visita la isla imperial. No habrá en su discurso denuncias sobre las nuevas usurpaciones marítimas británicas durante el año pasado en las Islas Georgias y Sandwich del Sur (1.000.000 de km2). No habrá reclamaciones sobre la intromisión a nuestros mares, de buques pesqueros y petroleros con licencia británica, que a diario, violan nuestra soberanía. Nada se dirá sobre los residuos nucleares que se encuentran en el fondo del Atlántico Sur, tras el hundimiento de buques de guerra británicos en 1982 (Sheffield, Coventry, Invincible). ¿Cómo actuar? Cualquier Canciller que representara a un Estado verdaderamente soberano, plantearía mínimamente:
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