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         En unos días 
          se cumplirá un año desde la desaparición del testigo 
          Jorge Julio López y algunos de los principales organismos de 
          Derechos Humanos realizarán oportunas marchas y contramarchas 
          para pedir su aparición con vida. Durante algunas jornadas, la 
          hipocresía de algunos va a teñir las versátiles 
          páginas de los principales medios de comunicación. 
        Muchos se golpearán el pecho, otros despotricarán contra 
          inexistentes fantasmas y algunos funcionarios aprovecharán para 
          reforzar sus campañas políticas. Todo sobre la base de 
          una mentira que no se termina de aceptar. 
          López, mal que les pese a muchos, fue parte de un pacto oficial 
          que lo conminó a desaparecer luego de declarar contra el represor 
          Miguel Etchecolatz. 
        Las pruebas de lo antedicho, no sólo han sido publicadas por 
          nuestro periódico a lo largo de cuatro artículos extensísimos, 
          sino que han sido aportadas al expediente judicial que lleva adelante 
          la investigación por la desaparición del albañil, 
          el pasado 10 de agosto de 2007. 
          Fue poco antes de que alguien intentara sobornarnos para que no indagáramos 
          más en el tema López (1), lo cual nos mostraba a las clara 
          que estábamos en el camino correcto de investigación. 
          Un camino que involucra a importantes miembros del Poder Ejecutivo nacional, 
          con la complicidad de la propia familia del desaparecido testigo.  
         
          El hombre que sabía demasiado 
         Jorge Julio López era albañil, vivía en el barrio 
          platense de Los Hornos y tenía 77 años al momento de desaparecer, 
          justamente cuando debía presentarse a la audiencia de alegatos 
          en la causa judicial contra Etchecolatz.  
          Si bien en un principio se especuló con que podría haberse 
          perdido por un problema de salud, el transcurso del tiempo abonó 
          la hipótesis de un posible secuestro por la importancia de su 
          declaración en el juicio que se le instruyó al referido 
          represor. Así se lo dio a entender a la sociedad y todos los 
          esfuerzos oficiales se conjugaron en pos de reforzar esta hipótesis. 
           
          ¿Fue realmente así? ¿Era fundamental su testimonio? 
          Por lo que sostuvieron integrantes del Poder Judicial de La Plata, no 
          lo era. Por caso, el fiscal del juicio, Carlos Dulau Dumm, aseguró: 
          "el testimonio de López fue muy importante, pero tanto como 
          otros". De hecho, se pudo condenar a Etchecolatz sin necesidad 
          de que este brindara una nueva declaración. 
          En tal sentido, no son pocas las dudas que han rodeado la desaparición 
          de López, algunas de ellas surgidas de la propia rutina del evaporado 
          testigo. Veamos: 
          -El albañil utilizaba todos los días un mismo modelo de 
          zapatillas, del que tenía dos pares. El lunes en que desapareció, 
          las zapatillas quedaron en la casa y el albañil se ausentó 
          calzando un par de borceguíes que nunca usaba. 
          -Cuando salía de su domicilio, López tenía la costumbre 
          de cerrar la puerta con llave y después tirar la llave adentro 
          por una ventana. Esta vez se llevó la llave con él. 
          A los referidos enigmas se han sumado las dudas surgidas de su propio 
          testimonio ante la justicia. Detalles imposibles de retener, datos que 
          son falaces y dudosas anécdotas, hacen que su declaración 
          sea poco creíble, a punto tal que la titular de Madres de Plaza 
          de Mayo, Hebe de Bonafini -de la misma extracción ideológica 
          que López- ha echado un manto de escepticismo a la cuestión, 
          al asegurar que el albañil no era el único testigo de 
          importancia en la causa contra Etchecolatz y al tildar sus declaraciones 
          contra Etchecolatz como una "operación muy grande". 
          Lo antedicho provocó el consecuente enojo de gran parte de las 
          agrupaciones alineadas al gobierno, pero más aún generó 
          desconcierto. En realidad, Bonafini dijo en voz alta lo mismo que muchos 
          no se animan siquiera a sugerir y que todos sospechan: que el testimonio 
          de López fue digitado por alguien más. Es dable recordar 
          que sus propios familiares admitieron que el albañil nunca había 
          hablado con ellos de los detalles que luego comentara ante los jueces. 
          Amén de esto, llama la atención que la declaración 
          judicial de López sea tan puntillosa, contradiciendo sus primeros 
          testimonios referidos a su secuestro y en donde aseguraba no recordar 
          detalles concretos del cautiverio que había vivido. Según 
          ha publicado otro medio digital, "su declaración en el juicio 
          por la verdad es totalmente inducida por los jueces. Dice no reconocer 
          a sus torturadores. En el juicio oral da nombres, increíble. 
          Habla que en Arana supuestamente veía por una mirilla todo. Todas 
          las personas que declararon si en algo coincidieron es que en Arana 
          no se podía ver, ya que estaban vendados y atados. Él 
          sí ve por una mirilla. Lo raro es que las mirillas por disposición 
          interna, se abrían de afuera (...) En Arana ve a una persona 
          que llaman Higuita por el parecido con el jugador colombiano, que lo 
          llamaban Higuita. Nuevamente extraño, ya que Higuita en esa fecha 
          tenía 10 años y además no era aún conocido.” 
         
          Negocios de familia 
         Desde el preciso momento en que desapareció Julio López, 
          su familia ha tenido un comportamiento realmente insólito. Por 
          empezar, han demorado casi dos semanas antes de reclamar por la aparición 
          del albañil y luego de que los medios de comunicación 
          dieran cuenta de la evaporación de este último. 
          Al mismo tiempo, no han sido muy insistentes en su reclamo ni se han 
          interesado en obtener las pruebas que les he ofrecido en media docena 
          de oportunidades, las cuales los hubieran ayudado a avanzar en la indagación. 
          Eso sin contar con las mentiras que suelen repetir a los pocos medios 
          a los que conceden entrevista, una de ellas referida al interés 
          que poseen en la marcha del expediente judicial. A pesar de haber asegurado 
          a revista Noticias el 18 de agosto pasado que una vez por semana se 
          juntaba con el juez Corazza, Rubén López -hijo de Jorge 
          Julio- sólo se ha acercado en una oportunidad al juzgado de La 
          Plata desde que su padre desapareció. 
          ¿Por qué la familia no hace marchas ni participa de ellas? 
          Imposible saberlo, de la misma manera que no es posible conocer los 
          motivos por los cuales jamás se interesaron en la evidencia ofrecida 
          y que demuestra que el kirchnerismo tiene demasiado que ver en la "evaporación" 
          mencionada. 
          Las dudas en torno a la familia llegan al seno del propio juzgado que 
          investiga la desaparición del albañil. Hay datos que no 
          cierran y un desinterés familiar difícil de entender para 
          los funcionarios judiciales. Me consta. 
          Pocos saben, por caso, que todos los integrantes de la familia López 
          poseen teléfonos celulares entregados y mantenidos por la SIDE. 
          Es un dato incluso silenciado por ellos y que lleva a varias preguntas. 
          A saber: 
          ¿Cuál es el interés de un organismo de Inteligencia 
          por aportar aparatos de comunicación que seguramente estarán 
          "intervenidos"? ¿Por qué su gasto es abonado 
          por la SIDE? ¿A cambio de qué se han entregado los teléfonos? 
          ¿Por qué el dato es ocultado por ambos protagonistas, 
          la familia y la SIDE? ¿Hay acaso una negociación paralela 
          al expediente entre el Gobierno y la familia? 
          Sería asimismo interesante saber por qué la dirección 
          de correo electrónico que oportunamente los López han 
          facilitado a los medios para conseguir datos que voluntariamente alguien 
          pudiera acercarles era incorrecta (Ver mail al pie). En el marco de 
          tantos gestos sospechosos, es dable preguntarse ¿Fue un error 
          voluntario o involuntario? 
          A su vez, a las dudas sobre la familia, se suma el extraño interés 
          oficial en silenciar el caso, sólo mencionado y utilizado como 
          bandera electoral en los actos de campaña. En un artículo 
          reciente hemos descripto la manera en que el oficialismo a pleno se 
          negó a crear una comisión especial que hiciera un seguimiento 
          de esta causa (2) y cómo, en el mismo acto, se desentendió 
          de investigar lo propuesto por una diputada llamada Nora Guinzburg, 
          quien basó un pedido de informes en el Congreso de la Nación 
          en algunas de nuestras investigaciones periodísticas (Ver documento 
          al pie). 
          Esa contradicción entre las palabras y los hechos vuelven aún 
          más oscuro todo el accionar oficial. 
         
          Pistas y despistes 
         Hace horas se supo, a través de un informe elaborado por el 
          Ministerio de Seguridad Bonaerense, que en la investigación por 
          la desaparición de Julio López han sido investigados 549 
          miembros de fuerzas de seguridad en actividad y retirados. Todas estas 
          acciones han arrojado resultados negativos. 
          Lo llamativo es que la única pista investigada hasta el día 
          de la fecha ha estado relacionada con la intervención de supuestas 
          organizaciones delictivas con miembros de distintas fuerzas de seguridad 
          y/o militares. Nada se ha avanzado respecto a otras líneas investigativas 
          a pesar de la evidencia que se acumula día a día. 
          Baste mencionar el testimonio del gestor Jorge Scanio, quien aseguró 
          haber visto a Jorge Julio López el 1º de octubre de 2006 
          durante una visita a la estancia San Genaro, ubicada en el Km 135 de 
          la ruta 3 en San Miguel del Monte, adonde había ido por pedido 
          de un cliente, para verificar si estaba ocupada (3). Aunque a los funcionarios 
          no les interese, el testimonio de Scanio está respaldado por 
          otras fuentes independientes y en el marco de su denuncia ha ocurrido 
          uno de los hechos más asombrosos de la causa López. 
          Poco después de que Scanio declarara en la Procuraduría 
          General de la Nación e hiciera especial referencia a la estancia 
          donde supuestamente se encontraba López, un "oportuno" 
          pedido hecho por el titular de la SIDE, Héctor Icazuriaga, obligó 
          a allanar el lugar. La solicitud de allanamiento estaba basada en una 
          supuesta denuncia anónima que le había llegado al jefe 
          de los espías y que aseguraba que la estancia San Genaro estaba 
          relacionada de alguna manera con el tráfico de drogas, lo cual 
          obligó a un juzgado Federal de la Ciudad de Buenos Aires a anticiparse 
          a "revisar" el lugar. Este raro hecho lleva a preguntarnos: 
          ¿habrá sido esta movida una excusa para "limpiar" 
          la mencionada quinta antes de que interviniera el juzgado de La Plata? 
          A esta altura nunca se sabrá. 
          Lo cierto es que el testimonio de Scanio jamás fue tenido en 
          cuenta por parte de las autoridades vernáculas y por ese motivo 
          no se profundizó la pista propuesta por él, a pesar de 
          la escalofriante evidencia surgida de su declaración. Lo único 
          que ha logrado el mencionado testigo es ser acosado por agentes de la 
          SIDE y que su abogado lo abandonara luego de cobrar una interesante 
          suma de dinero. 
          Mientras tanto, se han llevado a cabo unos 470 inservibles operativos, 
          entre allanamientos e inspecciones con anuencia de moradores, donde 
          nada se ha conseguido.  
         
          Concluyendo 
         “Esta causa nos va a matar a todos”, 
          me confesó el juez platense Arnaldo Corazza el día que 
          me presenté a declarar en su juzgado por el tema López 
          (Ver citación la pie). Llegué a las 10 de la mañana 
          del día 10 de agosto de este año y fue el secretario del 
          magistrado, el Dr. Gustavo Duró, quien me tomó declaración. 
          Cuando estuve allí no sólo detallé los vericuetos 
          de la real trama de la evaporación del albañil sino que 
          aporté evidencia que fue bien valorada por el funcionario judicial, 
          quien compartió las mismas sospechas que yo abrigaba. "¿A 
          vos te parece que nos hagan allanar dos veces Marcos Paz para no encontrar 
          nada?", aseguró Duró con evidente enojo ante mi rostro 
          asombrado. "Nos exigen seguir ciertas líneas de investigación 
          que no conducen a nada", insistió el funcionario. 
          Yo sabía de qué estaba hablando y hasta podía imaginar 
          desde dónde podría provenir la eventual presión. 
          Tenía que ver seguramente con la misma evidencia que había 
          entregado a la causa, la cual comprometía seriamente al gobierno 
          de Néstor Kirchner y algunos de sus funcionarios. 
          Son pruebas que tienen que ver con la verdad de una trama que pocos 
          se animan a admitir. Una realidad que no pocos funcionarios quisieran 
          ocultar para siempre. 
          Es la única y pura verdad, por más dolorosa que sea. 
        Christian Sanz 
        (1) Ver http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=3063 
         
        (2) Ver http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=2817 
        (3) Ver http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=2727 
         
        Más documentación sobre el tema: 
        http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=3181 
          
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