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El cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, firmó hoy un decreto en el que, siguiendo la voluntad del Santo Padre Francisco, establece que la memoria litúrgica de santa María Magdalena, que se celebra el 22 de julio, pase al rango de festividad como la de los apóstoles. En la misa y en el oficio divino que se celebrarán a partir de ahora en ese día, se usarán los textos habituales utilizados en el Misal Romano y en la Liturgia de las Horas, pero la celebración de la misa contará con un prefacio propio titulado “de apostolorum apostola” (Apóstola de los apóstoles). En el decreto se reproduce en latín el texto de dicho prefacio, y será tarea de los obispos, previa aprobación de la Santa Sede, hacerlo accesible en las diversas lenguas vernáculas. Santa María Magdalena,
apóstola de los apóstoles “La decisión se inscribe -dice el arzobispo- en el contexto eclesial actual, que requiere una reflexión más profunda sobre la dignidad de la mujer, la nueva evangelización y la grandeza del misterio de la misericordia divina. San Juan Pablo II dedicó una gran atención no sólo a la importancia de la mujer en la misión de Cristo y de la Iglesia, sino también, y con especial énfasis, al papel especial de María Magdalena como primera testigo que vio al Resucitado y primera mensajera que anunció a los apóstoles la resurrección del Señor. “Hoy la Iglesia resalta esta importancia –manifestada en el compromiso de una nueva evangelización- y quiere aceptar sin distinción a hombres y mujeres de cualquier raza, pueblo, lengua y nación, para anunciarles la buena noticia del Evangelio de Jesucristo, acompañarlos en su peregrinación terrena y ofrecerles las maravillas de la salvación de Dios. Santa María Magdalena es un ejemplo de evangelización verdadera y auténtica, es decir, una evangelista que anuncia el gozoso mensaje central de Pascua! “El santo padre Francisco tomó esta decisión precisamente en el contexto del Jubileo de la Misericordia para destacar la importancia de esta mujer que mostró un gran amor por Cristo y fue muy querida por Cristo, como afirman hablando de ella diversos autores. “Es cierto que la tradición cristiana en Occidente, sobre todo después de San Gregorio Magno -señala el prelado- identifica en la misma persona a María de Magdala, la mujer que derramó perfume en la casa de Simón el fariseo, y a la hermana de Lázaro y Marta. Esta interpretación continuó y tuvo influencia en los autores eclesiásticos occidentales, en el arte cristiano y en los textos litúrgicos relacionados con la santa. Los bolandistas expusieron ampliamente el problema de la identificación de las tres mujeres y prepararon el camino para la reforma litúrgica del calendario romano. “Con la actuación de la reforma, los textos del Misal Romano, de la Liturgia de las Horas y del Martirologio Romano se refieren a María de Magdala. Es seguro que María Magdalena formaba parte del grupo de los discípulos de Jesús, que lo siguió hasta el pie de la cruz y, que en el huerto donde se encontraba la tumba, fue la primera ‘testigo de la divina misericordia’, como dice san Gregorio Magno. El Evangelio de Juan dice que María Magdalena lloraba porque no había encontrado el cuerpo del Señor y Jesús tuvo misericordia de ella haciéndose reconocer como Maestro y transformando sus lágrimas en alegría pascual”. “El arzobispo aprovecha la ocasión para evidenciar dos ideas inherentes a los textos bíblicos y litúrgicos de la nueva fiesta, que contribuyen a comprender mejor la importancia actual de una santa como María Magdalena. “Por una parte -afirma- tuvo el honor de ser ‘el primer testigo’ de la resurrección del Señor, la primera en ver la tumba vacía y la primera en escuchar la verdad de su resurrección. Cristo tiene una consideración y una compasión especial por esta mujer, que manifiesta su amor por él, buscándolo en el huerto con angustia y sufrimiento, con ‘lacrimas humilitatis’, como dice San Anselmo. En este sentido, me gustaría señalar el contraste entre las dos mujeres presentes en el jardín del paraíso, y en el jardín de la resurrección. La primera difundió la muerte allí donde había vida; la segunda anunció la Vida desde un sepulcro, un lugar de muerte... Además, en el jardín de la resurrección es donde el Señor dice a María Magdalena: "Noli me tangere". Es una invitación no sólo a María, sino también a toda la Iglesia, a entrar en una experiencia de fe que sobrepasa todo apropiación materialista y comprensión humana del misterio divino. ¡Tiene un alcance eclesial! Es una buena lección para todos los discípulos de Jesús: no buscar seguridades humanas ni títulos mundanos sino la fe en Cristo vivo y resucitado”. “Precisamente porque fue testigo ocular de Cristo resucitado fue también, por otra parte, la primera en dar testimonio delante de los apóstoles. Cumplió con el mandato del Resucitado: "Vé donde mis hermanos y diles: "... María de Magdala fue a anunciar a los discípulos: ‘He visto al Señor’ y ‘lo que El le había dicho’. De este modo se convierte, como ya se ha señalado, en evangelista, es decir, en mensajera que anuncia la buena nueva de la resurrección del Señor; o como decían Rabano Mauro y Santo Tomás de Aquino, en ‘apóstola de los apóstoles’, porque anunció a los apóstoles aquello que, a su vez, ellos anunciarán a todo el mundo. “Con razón el Doctor Angélico utiliza este término aplicándolo a María Magdalena: es un testigo de Cristo resucitado y anuncia el mensaje de la resurrección del Señor, al igual que los otros apóstoles. Por lo tanto -finaliza monseñor Roche- es justo que la celebración litúrgica de esta mujer tenga el mismo grado de festividad que se da a la celebración de los apóstoles en el calendario romano general y que se resalte la misión especial de una mujer, que es ejemplo y modelo para todas las mujeres de la Iglesia” Fuente: Aica |
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