El agua dulce, elemento esencial para la vida humana, está 
            siendo amenazada por la contaminación y el aumento de demanda. 
            Esto se traduce en que las aves de rapiña del hemisferio norte 
            han puesto en su mira, las reservas de agua potable de Nuestra América 
            y, principalmente en nuestro Acuífero Guaraní (acuífero 
            gigante del Mercosur).
          Esta reserva de agua subterránea data de la prehistoria, y 
            es la tercera reserva de agua dulce del mundo.
            No es casualidad que capitales privados y el Banco Mundial, estén 
            financiando las investigaciones sobre este recurso. Tampoco que obstinadamente 
            las tropas norteamericanas se quieran meter de prepo en la triple 
            frontera, con el pretexto de supuestas células terroristas 
            de Al Qaeda, o de apoyo financiero al terrorismo.
            
            El complot de los que odian está en marcha, es gradual y a 
            largo plazo. Ya el magnate Douglas Tompkins (parte de los nuevos kelpers 
            en territorio continental, como Benetton y cía) compró 
            todas las tierras alrededor de los esteros del Iberá (zona 
            de descarga del acuífero) en la provincia de Corrientes. Ya 
            tienen la base aérea Estigarribia en Paraguay para desembarco 
            y acumulación de tropas. Despacito, despacito, van poniendo 
            pie en territorio del Mercosur, sumado a los intentos de disgregarlo 
            por los tratados de Libre Comercio (TLC).
            
            Hay que ponerle el cascabel al gato, denunciar con altavoces la intromisión 
            foránea y alejarlos de nuestros recursos estratégicos.
            
            Sufrieron un duro revés en Bolivia ( Cochabamba), cuando en 
            el año 2000, el pueblo echó a la empresa Bechtel (EEUU) 
            y evitó la privatización del agua. Fue la llamada "guerra 
            del agua".
            
            Pero van a venir por todo cuando el agua comience a escasear. Estas 
            sólo fueron escaramuzas.
            
            " Es deber del Estado proveer a la defensa y tutela de los bienes 
            colectivos, como son el ambiente natural y el ambiente humano, cuya 
            salvaguardia no puede estar asegurada por los simples mecanismos del 
            mercado” (Juan Pablo II - Centésimus Annus, nro. 4)
            
            . . . “Los minerales, las caídas de agua, los yacimientos 
            de petróleo, de carbón y de gas, y las demás 
            fuentes naturales de energía – con excepción de 
            los vegetales – son propiedad imprescriptible e inalienable 
            de la Nación, con la correspondiente participación en 
            su producto, que se convendrá con las provincias.
            Los servicios públicos pertenecen originariamente al Estado, 
            y bajo ningún concepto podrán ser enajenados o concedidos 
            para su explotación. Los que se hallaren en poder de particulares 
            serán transferidos al Estado, mediante compra o expropiación, 
            con indemnización previa cuando una ley nacional lo determine”. 
            . .ARTÍCULO 40, CONSTITUCIÓN ARGENTINA DE 1949.