Los propios veteranos
denunciaron la estafa por la cual el Estado perdería alrededor
de $15 millones al año. Ahora la justicia federal investiga si
se pagan casi 700 pensiones de ex combatientes de la Guerra de Malvinas
a personas que nunca intervinieron en el conflicto, e investiga también
las responsabilidades políticas.
El fiscal Guillermo Marijuán, jefe de la Unidad Fiscal de Investigaciones
de la Seguridad Social (Ufises), investiga si el Estado paga pensiones
a ex combatiente de la Guerra de Malvinas a personas que no participaron
del conflicto bélico.
Actualmente se hablan de 700 "casos dudosos", que en caso
de confirmarse le estarían ocasionando al Estado una pérdida
anual de $15 millones.
Quien denunció en 2005 estos falsos ex combatientes fue el soldado
Ramón Borgobello -que participó en el conflicto bélico
de Malvinas-, cuando descubrió que para obtener la pensión
había en la fila varios "colegas" que no habían
intervenido en la guerra.
Pero fue la reciente denuncia del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas
de la Ciudad de La Plata, la clave para que el fiscal federal Marijuán
iniciara una investigación a fondo respecto del subsidio que
hoy día representan $1.788 mensuales.
Marijuán descubrió que con el pasar de los años
la norma que da curso al subsidio se fue flexibilizando, por lo que
se fueron incorporando cada vez más beneficiarios.
Tal es así que las organizaciones de ex combatientes suponen
en 14.000 los soldados que participaron en las incursiones militares
de Malvinas, cuando hoy día son 20.000 las personas que reciben
el subsidio mes a mes.
Ya a mediados del 2007, Marijuán confirmó sus sospechas
al revelar que había 2.453 personas que percibían la pensión,
sin aparecer en las nóminas de los veteranos de guerra.
Se supo así que casi 2.000 beneficiarios eran familiares de
soldados que habían "heredado" el cobro del subsidio,
mientras que sigue siendo desconocida la situación de otros 700.
En los que va del año, Marijuán ya realizó 12
presentaciones por anomalías en la percepción de las pensiones.
Las pensiones comenzaron a pagarse en 1990, a partir de la ley 23.848.
Esa norma sólo incluía a los ex soldados combatientes
conscriptos que hubieran participado en "efectivas acciones bélicas
de combate, en el conflicto del Atlántico Sur, y civiles que
se encontraban cumpliendo funciones en los lugares en los cuales se
desarrollaron estas acciones entre el 2 de abril y el 14 de junio de
1982".
En 1996, el beneficio se extendió a todos los ex soldados combatientes
conscriptos que estuvieron en las islas y a los que, habiendo estado
en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), entraron
"efectivamente en combate".
Al año siguiente se modificó nuevamente la ley para incluir
a los oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas y de Seguridad
que cumplían con los requisitos normativos que se encontraban
en situación de retiro o de baja y que, a la vez, no gozaban
de pensión alguna.
Durante el gobierno de Néstor Kirchner se decidió por
decreto aumentar el monto de las pensiones, que pasaron a ser equivalentes
a tres jubilaciones mínimas.
En la misma norma se resolvió también que los oficiales
y suboficiales retirados que habían estado en las islas podían
percibir el beneficio aunque ya tuvieran una jubilación.
La última modificación se hizo en julio de 2005. Se resolvió
entonces que el beneficio alcanzara también a los oficiales y
suboficiales retirados.
Ahora, por primera vez desde el final de la guerra, el padrón
de beneficiarios podría empezar a reducirse.
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