Hoy dos de abril, en el día del Veterano y Caído en Malvinas, nos hemos reunido para homenajear la Gloriosa Gesta del Atlántico Sur, y para rogar por las almas de nuestros mártires, aquellos que dieron su vida para Reconquistar las Islas Malvinas al seno de nuestra Patria

Hace treinta y cuatro años, la Nación Argentina a través de su Comandante en Jefe, nos convocaba para recuperar y defender nuestra soberanía en las Islas Malvinas, fue la gesta más grande del siglo XX, donde enfrentamos nuevamente, como en 1806, 1807 y la gloriosa Vuelta de Obligado a nuestro ancestral enemigo, la raposa Inglaterra, madre y matriz de esta “Cultura de la Muerte” que hoy estamos sufriendo.

Aquellas jornadas en las cuales el pueblo argentino sin distinción de partidos, sin distinción de banderías, se sintió, unido, orgulloso, y reaccionó como un solo hombre, en un solo corazón y en una sola alma.

Fueron momentos de grandeza, de alegría, de victoria, pero también momentos de dolor y de derrota.

Fue una luz de grandeza entre tanta oscuridad. Después,… comenzamos a hundirnos nuevamente en esta densa niebla de odio, egoísmo, y mediocridad.

A pesar de las falsedades, y propagandas mentirosas de los medios de comunicación, y por más que quieran silenciar o disminuir la magnitud de la gesta, ¡no podrán!, porque, cada año, cuando se acerca el 2 de abril, en cada casa, en cada escuela, en cada institución, nos obliga a hablar de Malvinas y nos recuerda que tenemos una patria, y un enemigo, que está latente y “viene por todo”.

Por eso, hoy más que nunca, aunque las rejas del presidio, la vergüenza y la ignominia nos separen físicamente, este puñado de camaradas y compatriotas venidos de distintos lugares de nuestra Patria, nos hemos reunidos aquí, en el presidio de Marcos Paz, para conmemorar en un mismo espíritu, en un solo cuerpo y en una sola alma, con los camaradas que sufren la humillación del cautiverio, aquella gloriosa gesta que nos devolvió la dignidad de los hijos de Dios, de que no hay amor más grande que dar la vida por nuestros hermanos.

Aunque la guerra por las armas ha cesado, muchos camaradas que han dado todo para cumplir con su deber, algunos verdaderos héroes reconocidos internacionalmente, en vez de ser un motivo de honra para la Patria, están condenados a muerte en estos campos de exterminio mediante farsas judiciales, verdaderas parodias de juicios, absolutamente ilegítimos por donde se los mire, juicios realizados para cumplir la promesa británica de “que a los argentinos hay que revolcarlos en el fango de la humillación”.

Por qué decimos que son juicios ilegítimos…porque se traiciona los principios básicos del derecho penal, porque las leyes no se pueden aplicar con retroactividad, la amnistía es un derecho adquirido, los indultos no pueden ser anulados, ya es cosa juzgada; pero, por sobre todas las cosas, porque tanto la guerra de Malvinas, como contra la subversión apátrida, deben ser analizadas y juzgadas a la luz del Derecho de la Guerra, que son amparados en los Convenios de Ginebra y no por los Tratados de DDHH, que no contemplan los conflictos armados, como nos lo quieren hacer creer las organizaciones sostenidas y financiadas por los británicos.

Entonces, ¿quién puede negar que esto es una venganza británica? Si la mismísima embajadora Inglesa Shan Morgan reconoció públicamente que Inglaterra financia los centros de detenciones y a los DDHH.

Ésta lacerante realidad del cautiverio de los Prisioneros de Guerra, mantiene los objetivos del Gobierno Mundial con sede en Londres, plasmado y rubricado en los Acuerdos de Madrid, donde Menem, el gerente partidocrático de turno, firmó la rendición incondicional de Argentina y la humillación y destrucción de nuestras FFAA, tal como la continuaron las sucesivas administraciones, hasta el día de hoy con Macri en el gobierno.

También nuestro homenaje es para los camaradas en cautiverio, que combatieron contra las bandas subversivas y terroristas, ordenadas por la entonces Comandante en Jefe de las FFAA, María Estela Martínez de Perón, que ordenó al Ejército mediante decreto, ratificado por el Congreso de la Nación, “aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actuaban en la Provincia de Tucumán.”

Es cierto que nos duele en el alma ver el largo calvario de nuestros camaradas, pero más nos duele la iniquidad y falsía de los tribunales de los fariseos judiciales, la mirada complaciente de los Pilatos, que como Macri, se lavan las manos frente a la verdad y la justicia, la risa burlona y vengativa de los Herodes gramscianos, como Vertsbytski y toda la runfla de DDHH y por qué no decirlo, el aval institucional de los Anás y Caifás, rostros visibles de la jerarquía de nuestra Santa Iglesia Católica, que se mantiene muda frente a tanta ignominia.

En esta octava de Pascua de Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, le suplicamos a Su Madre, bajo la advocación de Nuestra Señora de Luján, que así, como sufrimos por nuestra Patria entregada por los Judas, herida, humillada, crucificada por la indiferencia ante tanta perversidad, podamos un día, participar en la Gloria de su Resurrección, animándonos a dar el primer paso, en pos del rescate de nuestros camaradas en cautiverio.

QUE ASÍ SEA.

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