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Obispo de Mar del Plata lavó pies a Veterano de Malvinas
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En la noche del Jueves Santo, el obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, presidió la misa de la Cena del Señor en la catedral de los Santos Pedro y Cecilia. Durante la celebración, realizó el gesto del lavatorio de los pies a 12 varones, y entre ellos, a un excombatiente de Malvinas. El obispo consideró este acto como "un gesto de reconocimiento y gratitud de parte de la Iglesia y de la patria". La eucaristía fue concelebrada por el presbítero Gabriel Mestre, vicario general de la diócesis y párroco de la catedral, los presbíteros Héctor Bachmeier y Luis Espósito, vicarios parroquiales, y el presbítero Martín Casas. En la homilía, monseñor Marino señaló: "Durante la Última Cena con los doce que había elegido, Jesús realiza gestos muy elocuentes que son, en realidad, el resumen de su vida y el sentido de su venida al mundo: dar ejemplo y aportar remedio". "Con la fuerza de los gestos Jesús acude a esta pedagogía para darnos a entender cuál es el verdadero señorío del hombre y su verdadera grandeza. Todo lo que nos enseñó con su palabra, nos lo confirmó con su ejemplo. Con su ejemplo y su palabra nos hizo comprender que la gloria del hombre coincide con su capacidad de servicio, y que nuestro verdadero poder y señorío consisten en la grandeza de nuestra sencillez y humildad", añadió el obispo. Asimismo, el prelado explicó que la Eucaristía es "el sacramento memorial de su amor", el amor redentor de la cruz, y enfatizó: "Aquí está el remedio que necesitamos, éste es el aporte más eficaz de la Iglesia a la sociedad. Éste es nuestro tesoro. La frecuentación de la mesa eucarística sana en nosotros las heridas de nuestro egoísmo y nuestra soberbia, nos hace crecer en el amor fraterno manifestado en obras, y nos impulsa a la misión. La sociedad necesita este remedio si en verdad queremos elevar la calidad de vida”. En la misa que se recuerda la institución del sacerdocio, el obispo pidió que mantengan siempre la alegría del servicio y pidió a todos los fieles que recen por las vocaciones sacerdotales. Luego de la homilía, lavó los pies de doce varones, entre los que había representantes de las distintas áreas pastorales de la comunidad: ministros de la comunión, de la capilla, de la pastoral de la salud, niños de catequesis y confirmación y el veterano de la Guerra de Malvinas. Este fue uno de los momentos más significativos de la Eucaristía. Fuente: Aica |
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