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La Virgen milagrosa del héroe Horacio Losito
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Quiero compartir con ustedes un episodio desconocido por la mayoría que forma parte también de la historia que emprendería en aquel entonces el Tte. 1º Horacio Losito en su partida hacia la Guerra de Malvinas y mucho tiempo después... Por Valeria Losito En el año 1982, mi madre, mi hermano Mariano de dos meses, mi hermana Virginia con dos años y yo de tres nos encontrábamos viviendo en Tupungato (Mendoza), donde mi Padre había sido destinado. Fue en ese lugar donde nos enteramos un 2 de Abril que se habían recuperado nuestras Islas. El clima de entusiasmo y festejo era un sentir a nivel nacional, pero con el correr de los días mi Padre junto a un amigo comenzaron a padecer un estado de impaciencia y ansiedad al darse cuenta que la guerra transcurría a 3000 km al sur y aún no había vistas de ser convocados debido a que el “Regimiento de Infantería de Montaña 11” se dirigía a ocupar sus posiciones en la frontera con Chile. Impotencia, angustia; todo eso quedaría atrás cuando de forma inesperada y urgente llegaría la orden cifrada que decía:- En 48 hrs. el Tte. 1 Horacio Losito, junto a un Sargento (Comando) debían presentarse en Campo de Mayo para integrar la “Compañía de Comandos 602”-. La noticia se difundió en todo el barrio militar, dos Comandos del Cuartel irían a Malvinas!!!; Mucha gente concurrió a nuestro hogar para saludar y gentilmente donar las imágenes religiosas que más apreciaban; cruces, rosarios, estatuillas etc.; entre aquellos elementos tan importantes resalto una sola cosa, por la cual mi Padre sintió una especial atracción. Esta es su historia: Entre algunos vecinos que llegaban a mi casa para despedirse hubo un Oficial que de manera muy generosa se desprendía de una gastada Estampita que lo había acompañado en momentos muy difíciles de su vida, y según sus dichos había obrado milagros en la solución de distintas situaciones; ésta entonces fue la elegida, por su humilde figura y por la cual mi Padre sintió una especial atracción por lo que decidió que era aquella la que debía acompañarlo; se trataba de la “Virgen de la Merced” Generala del Ejercito Argentino y Patrona de los cautivos. Su rosario, y ésa estampita metida dentro de una libreta (colocada en su bolsillo izquierdo de la chaqueta) sería lo único que llevaría a las Islas. El 29 de mayo se emprende una peligrosa misión de exploración y combate con la sección que integraba mi Padre junto a 10 comandos más hacia Monte Simmons, a 40 km al oeste de Puerto Argentino. Cuenta mi Padre, que desde el momento que dejó nuestro continente rezar el rosario con esa frágil imagen de la Santísima Virgen a la vista lo llenaba de paz espiritual y fortaleza. El 31 de mayo a la madrugada se inicia el feroz combate
entre Comandos que en la historia quedaría individualizada como…
“EL COMBATE DE TOP MALO HOUSE”. Durante el Combate mi Padre recibe una herida de granada en la cabeza, y posteriormente un tiro de fusil que le atraviesa el muslo derecho. Ambas heridas pudieron ser mortales de haber entrado los proyectiles medio centímetro más abajo o arriba; o más a la derecha o izquierda de donde fueron los impactos en su cuerpo. Habiendo agotado la munición, y con más
del 60% de bajas entre muertos y heridos, la sección argentina
cae prisionera. Antes de su primera operación en el campo de prisioneros mi Padre la reclama, pero no obtuvo respuestas a su pedido... 21 de Junio: el buque Camberra desembarca en Puerto Madryn a los soldados argentinos que luego serian trasladados al Hospital Militar de Campo de Mayo. Principios de Julio internado aún mi Padre, recibe la visita de un compañero que también había estado en Malvinas, silenciados por la mutua invasión de la emoción al encontrarse después de haber sobrevivido a semejante conflicto extremo, como lo es la Guerra; este camarada extendiendo su mano le entrega un objeto; diciéndole al mismo tiempo que se lo enviaba un soldado inglés que le había dicho que si en alguna circunstancia lo volvía a ver a mi Padre que se lo devolviera. Con asombro, y enorme alegría, mi Padre no creía lo que sostenía entre sus manos, después de haber navegado miles de km. lo que pensaba perdido volvía a su circunstancial dueño…SU LIBRETA, QUE AÚN MANTENÍA A LA ESTAMPITA DE LA “VIRGEN DE LA MERCED”. Septiembre: regresamos junto a mi Padre a Tupungato (Mendoza), e inmediatamente retoma el contacto con el dueño de esa sagrada estampita relatándole todo lo acontecido entorno a ella, desde su perdida hasta su vuelta de manera tan increíble!; cuenta mi Padre que a medida que detallaba su historia, el rostro de este señor era solo de alegría, pero que en ningún momento observó gestos de estar sorprendido, ya que consideraba a esa estampita de altísima protección y milagrosa. 1998: 16 años más tarde, mi Padre es destinado a la frontera entre Ecuador y Perú en plena selva como Observador Militar. En ese lugar relevaba a un compañero que regresaba a la Argentina. Antes de subir al helicóptero despidiéndose le dice a mi Padre "tengo algo para vos que te va a proteger, llevala SIEMPRE ENCIMA", y le muestra una pequeña lamina fina, transparente, gastada producto del paso del tiempo, cuya ilustración añejada se hacía presente ante los ojos de mi Padre una vez más!, se trataba de ESA MISMA ESTAMPITA DE LA SANTISIMA VIRGEN DE LA MERCED! que lo había acompañado en uno de los momentos más críticos de su vida, pero esta vez llegaba con una particularidad, en su reverso debajo de la Oración llevaba grabada la siguiente inscripción: “ACOMPAÑÓ A SOLDADOS DEL EJÉRCITO ARGENTINO EN LA GUERRA CONTRA LA SUBVERSIÓN, Y EN LA GUERRA DEL ATLÁNTICO SUR. -SALVÓ LA VIDA DEL Tte. 1 HORACIO LOSITO-”. -Estado actual de la estampita con la imagen de la Santisima Virgen de la Merced.- |
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