|
||
Envía esta noticia a un amigo | 28/08/2012 |
|
Salta: Desalojaron a Veterano de Guerra y su familia |
||
|
||
Juan Martín Peruchena excombatiente de Malvinas y guardiacárcel se quedó en la calle junto a su familia. El miércoles pasado, efectivos policiales del Grupo de Operaciones de Alto Riesgo (Gopar) y un grupo de patovicas pagados por un empresario de la noche irrumpieron en su casa... En Malvinas sirvió bordo del ROMPEHIELOS A.R.A. "ALMIRANTE IRIZAR", como conscripto clase 63. Juan Martín Peruchena (Diario El Tribuno Salta).- Ubicada en la calle 25 de Mayo el barrio El Solar, de villa San Lorenzo, donde residía desde hace dos años, lo desalojaron a él y a su familia y sacaron todas sus pertenencias a la vereda. Electrodomésticos, colchones y juguetes quedaron desparramados en la calle. Al ver esta cruel escena Juan sufrió un terrible ataque de pánico. Su estado de salud mental es muy delicado, ya que aún no pudo superar las secuelas que la guerra le dejó. “Pero a nadie le importa”, sollozó ante El Tribuno. Ahora, él, su esposa Silvia Benane (50) y sus tres hijos, Walter (23), Jimena (25) y una niña de cinco años, viven separados en casas de parientes. Tuvieron que guardar sus cosas en las viviendas de sus vecinos. La orden de desalojo fue dada por la jueza Correccional y de Garantías 6, María del Milagro López. “Con el desalojo todas las malas vivencias me volvieron a la mente de golpe. Yo pasé por Malvinas. Mi trabajo de guardiacárcel también me deterioró mucho la vida. Estuve siempre ante situaciones extremas. Hice un cortocircuito y empecé con ataques de pánico, miedo a estar con gente o subirme a un vehículo. No puedo manejar, abordar un colectivo ni abrir puertas por miedo a lo que haya del otro lado. Estoy con tratamiento y carpeta psiquiátrica. Y ahora, para peor, el empresario Mario Delaloye me hizo desalojar. Sus patovicas tiraron y rompieron mis cosas. Todos lo conocen porque tiene boliches en la Balcarce. El escrito indicaba que se debía poner en posesión del inmueble libre de bienes y ocupantes a este hombre”, contó Peruchena . “Ahora tengo que dar de baja los servicios e impuestos, que están a mi nombre. No sé por qué me han hecho esto. Yo di lo que más podía por mi país y este es el salario que recibo. Me echaron con desprecio, me golpearon y me esposaron. Eran del Gopar. En un comunicado de prensa la Policía dijo que ellos me salvaron la vida, pero yo les pregunto ¿pegarle a alguien, esposarlo, ponerlo boca abajo y humillarlo es salvarle la vida? Tengo golpes en la espalda y un certificado médico como prueba de los vejámenes. Me trataron como a un perro. A tal punto que en un principio se me pasó por la cabeza matarme”, relató el excombatiente, cuyos ojos se llenan de lágrimas una y otra vez. “Era tal el grado de violencia de estos policías en mi contra, que en un momento uno le gritó a otro "pará che, que se te va a ir la mano!'. Yo, de pronto, me desvanecí y cuando llegué al hospital uno de ellos le dijo a una enfermera: "A este chango le dio un paro cardíaco'. Con ese diagnóstico ingresé al San Bernardo. Allí un doctor me dijo que no tenía nada, que la situación era rara. Fue un invento para justificar la golpiza que me dieron. Yo tenía buenos signos cardíacos. Firmé mi alta voluntaria y salí caminando del hospital. Inventaron todo para sacarme de mi casa”, sostuvo. “Pido que el Banco Hipotecario intervenga y revean la situación. Quiero recuperar mi casa y pagarla. Yo le hice muchísimas modificaciones. Puse puertas, caños, luz, gas, baños y estaba haciendo una ampliación en el fondo. La jueza mandó la ejecución y no le importó nada. No tuvo en cuenta mi situación, mi familia ni mi condición de excombatiente, cosa que parece que a nadie le interesa”, finalizó con la voz quebrada por la angustia. Habló el hijo del Veterano Momentos de tensión se vivieron ayer en el barrio El Solar, de Villa San Lorenzo, cuando efectivos del Grupo de Operaciones de Alto Riesgo (Gopar) desalojaron a un excombatiente de Malvinas, identificado como Juan Martín Peruchena (49), quien se encontraba atrincherado y pretendía quitarse la vida si lo echaban de la vivienda. El hecho sucedió aproximadamente a las 10, cuando un grupo de policías llegó al domicilio, ubicado en calle 25 de Mayo 1920, con una orden judicial del Juzgado Correccional 3, a cargo de Milagros López, debido a una importante deuda con una entidad bancaria. En ese momento, la víctima, que es guardiacárcel de la Alcaidía Judicial, se instaló junto a su esposa, Silvia Benane (50) y sus hijas Jimena (25) y Martina (5), en una habitación y amenazó con suicidarse si lo expulsaban del domicilio, algo que los efectivos del Gopar pudieron impedir momentos después. Luego, el excombatiente fue trasladado hacia el hospital San Bernardo con un ataque de nervios y quedó internado. En diálogo con El Tribuno, su hijo, Walter Peruchena (23), comentó: “Nosotros sí hicimos un plan de pago con el banco, pero no sé qué es lo que sucedió. Nuestro abogado (Anastacio Vilca Condorí) era el encargado de llevar adelante los trámites, pero está de viaje en Chile y justo nos llegó la orden de la jueza. Ya habíamos sido amenazados en otra oportunidad por el supuesto nuevo dueño de la vivienda, el empresario de la noche Mario Delaloye, quien se hizo presente en mi casa junto a sus patovicas y lo golpearon a mi papá”, comentó el joven. “Es verdad que se atrincheró y lo hizo porque me dijo que no iba a perder otra batalla, como pasó en las islas Malvinas, e hizo lo imposible para que no nos vayamos de acá. Lamentablemente, este señor Delaloye deberá acostumbrarse a verme porque voy a quedarme en la calle junto a mis cosas y voy a vivir en la vereda, ya que es pública, y de ahí no me puede echar ni enviar a sus hombres a que me saquen”, comentó entre lágrimas Walter Peruchena. Los vecinos de la familia desalojada prestaron colaboración en todo momento con el muchacho y sus hermanas, a quienes le ofrecieron sus viviendas para vivir hasta que se aclare su situación. “Son personas muy buenas que no merecen quedar en la calle, es lamentable que los echen así sin llegar a una mediación”, comentó una vecina que no quiso ser identificada. |
|
|
web diseñada para una resolución óptima de 800x600