No pretendo hacer consideraciones éticas
y morales de quien o quienes deslindan responsabilidades obvias, como
lo ha hecho un Señor Brigadier responsabilizando a la Armada
de lo sucedido en Malvinas. No soy quien para juzgarlos. Dios oportunamente
se encargará de ellos.
Es necesario recordar que SI hubieron buques auxiliares de la Armada,
como el A.R.A. “GURRUCHAGA” que bajo amenaza real de submarinos
no midió riesgos y fue al rescate de los náufragos del
BELGRANO. También SI hubo un buque operativo de la Armada Argentina
que patrulló en áreas especificas dentro del cerco impuesto
por Gran Bretaña. Esta nave penetró el perímetro
impuesto por Gran Bretaña silenciosamente evitando ser detectado
por el enemigo.
Para instruir al Señor Brigadier hago a continuación
una breve síntesis de lo acontecido por esos días CON
ESTE BUQUE DE LA ARMADA ARGENTINA.
Bajo el comando del Capitán de Fragata Fernando Azcueta, zarpó
de la BASE NAVAL MAR DEL PLATA el 11 de abril de 1982, para efectuar
pruebas de mar previas a su despliegue, las que finalizó a los
dos días. A su regreso, recibe la orden de "desgastar a
la fuerza incursora expedicionaria británica en el área
focal Malvinas/Georgias a fin de contribuir a mantener y consolidar
la conquista de Malvinas".
Realiza una campaña de 40 días, durante la cual llevó
a cabo tres ataques a la fuerza del enemigo, no obstante haber operado
con solo tres de sus cuatro motores diesel y haber tenido la computadora
del sistemas de armas fuera de servicio, manteniendo así su capacidad
de lanzamiento de torpedos limitada a las condiciones de emergencia.
El día 1° de Mayo a las 07.30 horas este pequeño
buque de la ARMADA ARGENTINA ante la detección de tres buques
enemigos se preparo para efectuar un ataque en forma manual, ya que
su computadora de control de armas se había averiado poco tiempo
después de la zarpada. El primer lanzamiento culmino con la desazón
de su tripulación al perder el torpedo por corte de su cable
filoguiado.
Delatada su presencia por este hecho, la pequeña y poderosa nave
submarina se vio obligada a evadir con éxito un feroz ataque
que se prolongo por más de 20 horas.
Este día 1° de Mayo fue el BAUTISMO DE FUEGO DE
LA NAVE Y EN VERDAD TAMBIÉN DE LA FUERZA A LA QUE PERTENECIÓ.
El 8 de mayo se obtiene un contacto sonar clasificado como “submarino
en inmersión” a la corta distancia de 3000 yardas. Con
las mismas limitaciones en su sistema de control tiro, se obtuvieron
los datos de blanco y se lanzo un torpedo antisubmarino MX 37, escuchándose
una explosión al finalizar la corrida. Nunca se obtuvieron datos
suficientes como para confirmar los resultados de este lanzamiento.
Durante la noche del 10 de mayo, luego de haber hundido al transporte
argentino “ISLAS DE LOS ESTADOS”, la Fragata HMS “ALACRITY”
sale a toda maquina del estrecho de San Carlos, buscando el apoyo de
otras unidades en aguas abiertas. Este pedazo de acero negro, que se
encontraba al acecho en la boca del estrecho, tuvo en su sonar a los
dos blancos. Luego de ajustar los datos para el lanzamiento, lanzo dos
torpedos a una distancia de 5000 yardas en la madrugada del día
11. Ante el asombro de su tripulación, uno de los torpedos no
salió del tubo y el otro presento la misma falla de corte de
cable que el anterior. Había perdido una inmejorable oportunidad
para vengar al transporte hundido. Dos días después el
Comandante recibe la orden de regresar al continente. Todo el esfuerzo
puesto para recuperar la operatividad de su sistema había sido
en vano.
El 11 de mayo recibió la orden de regreso a su base de operaciones,
que cumplió sin novedad.
El 19 de mayo ingresó a la Base Naval de Puerto Belgrano,
luego de 39 días de patrulla y 864 horas de inmersión
(equivalentes a 36 días).
Este buque de la ARMADA ARGENTINA FUE EL SUBMARINO A.R.A. "SAN
LUIS". Muchos combatientes argentinos, quizás,
solo quizás, viven porque el bombardeo naval al cual era sometida
la costa Malvinense dejo de producirse por la sola amenaza submarina
que la presencia del SAN LUIS en el área donde operaban impunemente
estos buques ingleses. Nuestras armas no funcionaban y a pesar de ello
permanecimos en el área asignada.
Pocos recuerdan al SAN LUIS. Solo deseo que no se altere la verdad histórica
que en este caso es única e intransferible. Los 35 hombres que
un día tripularon a esta heroica nave, además del inmenso
orgullo, respeto y admiración que nos debemos entre nosotros,
incluido por supuesto nuestro Comandante. Debemos ser los custodios
de nuestra propia historia. Allá ellos con su conciencia quienes
olvidan o traicionan a sus hombres, en realidad no es problema nuestro,
sino de quienes no cumplieron, cumplen ni cumplirán jamas con
su deber. Tratemos de honrar a nuestros uniformes y nuestras propias
personas, evitemos alterar la historia, seamos honestos y así,
rendiremos el mejor homenaje a quienes lo merecen y tendremos la posibilidad
con nuestra actitud de repudiar a su vez a los que no han podido, no
han querido o no han sabido, por diferentes motivos, estar a la altura
de los acontecimientos que la hora imponía a los hijos de esta
patria argentina. Realmente lo lamento por ellos y principalmente por
sus hijos, que algún día verán en su padre a un
cobarde, un traidor y lo que es peor a "un indiferente".
El pabellón del SAN LUIS fue condecorado "AL HEROICO VALOR
EN COMBATE" no así su Comandante ni su tripulación.
Si alguna autoridad considera que esto constituye una deuda histórica,
todavía hay tiempo para revertir esta situación anacrónica
e injusta. El SER SUBMARINISTA en la guerra es un castigo. Bendito el
castigo que nos impusieron, fue la mejor forma de separar las cosas
y saber de una buena vez, quien es el verdadero enemigo.
Gracias amigos. Un abrazo.
Alberto Fernando Poskin
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