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12/01/2010

Un barrio para los héroes de la guerra de Malvinas con pocos héroes. Ibha ser un barrio de "héroes", pero más de la mitad de las viviendas destinadas a los Veteranos de Guerra no son de los excombatientes...
MIRIAM WALTER - DIARIO DE CUYO

Lo primero que piensa el visitante del barrio "Sanjuaninos Héroes de Malvinas" en Rawson cuando lo ve, es qué lindo lugar y qué buen punto de ubicación y luego, como un alivio a la conciencia, llega la reflexión de que por fin le dieron algo bueno a los ex combatientes.

Las moritas apenas alcanzan el metro y medio, testigos de la reciente entrega del lugar, hace un año y dos meses. Dan una incipiente sombra y dejan ver una de las propiedades con una piletita de lona, donde dos niños contrarían al Sol abrasante del mediodía. ¿Está tu papá, el ex combatiente de Malvinas? No, mi papá no es ex combatiente, se sincera el pibe. En la otra cuadra, unos carteles de Coca Cola asoman por la ventana. El dueño atiende y ante la pregunta de dónde vive algún veterano, asegura que pueden encontrarse "algunos" en la parte trasera del conglomerado rawsino. La búsqueda sigue. Una casa pintada celeste y blanco se diferencia de las demás, que conservan el gris original. Aquí debe ser, aquí debe haber un patriota. Pero nadie atiende. Al cruce de la calle, uno de los niños señala que al lado vive un héroe de Malvinas. Atiende la señora. No está él. Pero ella cuenta que es cierto, que en el barrio "no serán más de 10", incluido su marido, los que estuvieron en el año 82 en la cruel guerra. El resto, son vecinos a los que dice no conocerles el nombre, pero sabe que no son del grupo y dice desconocer por qué les dieron casas en ese lugar. No quiere dar su nombre por temores que no termina de explicar, saluda y se mete a la vivienda, a la que adornó con tronquitos en la entrada, donde está empezando a crecer una enredadera. A su lado vive otro veterano, pero su casa permanece toda cerrada y al otro lado una niña atiende comiendo, y asegura que su padre, que estuvo en Malvinas, salió con su mamá de compras.

La búsqueda del héroe de Malvinas sigue dos cuadras al fondo, como indicó el kiosquero. Una rápida caminata con el Sol en la cabeza que sigue pegando fuerte descubre una entrada repleta de flores que dan la bienvenida, al menos, para preguntar por dónde seguir el camino. Apenas uno se interna en el pórtico, descubre dos banderas, a modo de cortina, en una de las piezas. Y donde va el número de la casa, una madera grande tallada, con la reseña de la manzana y número de hogar bien grande, donde destaca el nombre del barrio. Una mujer atiende el timbrazo, pregunta a quién busca, asiente con la cabeza y cierra la puerta. A los pocos minutos aparece. Por fin un soldado.

Se presenta como Chaparro, Juan Carlos. Y cuenta la historia. Que pedían casas hace muchos años, que se hizo una comisión integrada por Ramón Aballay, José Luis Porra y Juan Carlos Olivera. Que ellos convocaron la gente para contactarlos con el IPV. Que tuvieron que pagar 6.750 pesos por el terreno a una empresa, que después les construyeron la casa. Que de 65 propietarios, sólo 25 son de ex combatientes. Que 15 casas se dejó el Gobierno, que le dio una de ellas -cree- al hijo de un juez y otra a la sobrina del intendente. Y que el resto de los beneficiarios son familiares de veteranos, incluida una viuda.

¿Cómo es eso de que más de la mitad de los que viven en el barrio Sanjuaninos Héroes de Malvinas, hecho especialmente para ellos, no son héroes de Malvinas? Cuenta que cuando les pidieron los 6.750 pesos, muchos veteranos no los podían pagar. Y que como había que completar el cupo, lo hicieron con parientes. "Si no ponen veteranos, preferimos que sean familiares de veteranos y no gente de afuera. Lo reprochable es que si hay una ley que dice que el Gobierno debe darle el 1% de las casas que construya a los ex combatientes, se deje 15 para repartirlas él, entonces siempre estamos lejos del cupo", se queja. Igual está contento y se atribuye orgulloso todo el trabajo de jardinería, porque después de Malvinas se ganó la vida muchos años como chacarero. Agrega que Aballay, Porra y Olivera son sus vecinos, pero no se mudan todavía porque están arreglando sus casas.

Encontrado el héroe y develado el misterio, es hora de partir. El recorrido hacia la ruta por las calles de ripio descubre casas en obra de mejora y ampliación, algunas con importantes frentes y otras de dos plantas, en la zona señalada como "las que se dejó el Gobierno".

La placita del lugar da la despedida, allí descansa un cañón con dos cascos en la retaguardia, símbolo del conflicto y de la herida abierta donde en noviembre de 2008 se escuchó decir a un funcionario en la inauguración que "en el plan de viviendas del Gobierno, no podía estar ausente un conjunto habitacional para los ex combatientes de Malvinas, porque es un reconocimiento al esfuerzo que todos ustedes hicieron por la Patria".