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03/06/2009

De interés parlamentario la Sala Evocativa Malvinas “Daniel Francisco Sirtori” del Centro de Ex Conscriptos Combatientes en Islas Malvinas Provincia de Entre Ríos (CECIMER) que funciona en la Ciudad de Concepción del Uruguay, por su ejemplar labor didáctica y de rescate de la memoria colectiva.

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

El Centro de Ex Conscriptos Com- batientes en Islas Malvinas de la Provincia de Entre Ríos (CECIMER), además de luchar en forma denodada por los derechos de los veteranos, realiza una desta- cada labor de desarrollo y divulgación del conocimiento de las islas Malvinas y del Atlántico Sur, en especial del conflicto que se suscitara por ellas, antes, du- rante y después del año 1982. En particular en la ciudad de Concepción del Uruguay, el CECIMER instaló una sala evocativa -que lleva el nombre de uno de los entrerrianos que combatió en las islas, que regresó, formó su familia y afrontó "la lucha de la posguerra, tan dura y despiadada como los Combates de Malvinas", explican los organizadores de la Sala. "Nuestro compañero Sirtori no pudo soportar esta terrible carga, suicidándose el 3 de junio de 1999".

En los fundamentos de la insta- lación de la Sala, los veteranos explican: "Fuimos soldados en 1982, cuando el servicio militar era obligación. Estuvimos en ese lugar para nosotros muy espe- cial parte de nuestro territorio, luchamos por nuestra Patria. Hoy seguimos lu- chando. Por eso tenemos un pedacito de Malvinas en este lugar, una Sala evo- cativa para enseñar y no olvidar lo que fue la guerra, recordando siempre a los que hoy ya no están, nuestros héroes. ¡Malvinas es de todos los argentinos, la Sala también!".

La Sala reúne material de todo tipo sobre Malvinas: desde tierra traída de las Islas, fotografías, uniformes, material periodístico, enseñas y emblemas, municiones, libros y películas, un proyector, Tv y video, obras de arte inspiradas en la Guerra de Malvinas, fotografías y re- cuerdos personales donados por los veteranos, etc. También posee un sitio en internet, en la dirección www.salamalvinasirtori.com.ar

La Sala, que funciona en un lugar físico cedido por la Dirección Municipal de Cultura, carece de todo apoyo eco- nómico oficial, se sustenta sobre la base del aporte de los propios ex comba- tientes integrantes del CECIMER, y cumple una actividad formativa extraordina- ria, a partir de la visita de los establecimientos educativos, ocasiones en las que se incorporan a la actividad los docentes del área brindando el apoyo necesario. Los libros de firmas donde los estudiantes y los visitantes dejan sus mensajes revelan la importancia de la labor que se realiza, con testimonios que mueven a la emoción de los organizadores, como la campera de los egresados de Quinto Año del Colegio del Uruguay, que tras visitar el lugar, resolvieron incorporar en una de las mangas, el dibujo de las Islas Malvinas, como forma de reafirmación de la pertenencia soberana.

Este Centro de veteranos fun- damenta una actividad educativa de tipo informal cuya intención y resultados concretos se vinculan con la necesidad de acercar a las generaciones jóvenes, a la realidad de aquellas regiones que aun alejadas geográficamente, no dejan por ello de ser nuestras. También se los aproxima a la guerra, que por lejana también en el tiempo, no dejó de involucrar a todo el pueblo argentino, en es- pecial a los que participaron en ella y se ven en la obligación moral de transmi- tir sus experiencias. En general las visitas escolares incluyen la posibilidad de acceder a cuatro fases de divulgación: la reseña histórica, la reseña geográfica, el acceso al material documental y finalmente la experiencia personal, a través de la charla de alumnos y profesor a cargo, con los propios veteranos.

Desde su inauguración el 1º de mayo de 2007, se estima que ya superan los 3.600 niños y jóvenes que han pasado por ella, sin contar las visitas que realizan los impulsores de esta inicia- tiva a escuelas rurales. El libro de visitas registra la firma de 9.600 personas, una cantidad más que trascendente considerando que aún no se han cumplido dos años de labor.

No es casual que los militantes del CECIMER hayan elegido homenajear a Sirtori dándole su nombre a la Sala, y con él, a los muchos argentinos ex combatientes que se suicidaron porque no encontraron un lugar para reconstruir sus vidas.

Cada 2 de abril suele recordarse la necesidad de reclamar la soberanía sobre nuestras islas Malvinas y expresar homenajes a nuestros héroes, que durante demasiado tiempo debieron comba- tir contra la indiferencia social o el desentendimiento oficial, cuando no la ro- tunda discriminación. Entendemos que el reclamo de soberanía y la honra pe- renne a nuestros combatientes no sólo se procesan ante los organismos inter- nacionales o con declaraciones rimbombantes, sino que se hacen carne cuando se logra transmitir a los jóvenes y niños el valor de pertenencia de nuestras islas, por boca de aquellos que efectivamente estuvieron en su suelo defen- diendo nuestro territorio, sin confusiones, refrescando al mismo tiempo la me- moria activa contra aquellos que, al frente de una dictadura atroz y genocida, pretendieron encaramarse sobre la sangre argentina joven y sobre un reclamo histórico y justo, para legitimar sus tropelías.

Hechos como esta Sala Evocativa Malvinas "Daniel Francisco Sirtori", apuestan a recordar a quienes marcharon hacia el sur para defender nuestra soberanía pese al desprecio de los dictado- res y los ataques del enemigo, pero fueron dispuestos a entregar su vida si fue- ra necesario en la defensa de aquello que desde pequeños nos enseñaban en la escuela: las Malvinas son argentinas. Sobre todo en tiempos como éstos, donde para algunos que todos los valores se relativizaron o han claudicado, éste es un grupo de hombres que sigue sosteniendo valores colectivos esenciales, y junto a ellos, la memoria y la soberanía política.

Por todo lo reseñado, solicitamos la aprobación del presente proyecto de declaración.

Diputados firmantes:
VIALE, LISANDRO ALFREDO - BARRIOS, MIGUEL ANGEL - CUCCOVILLO, RICARDO OSCAR - ZANCADA, PABLO V. - FEIN, MONICA HAYDEE.