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El diputado nacional, Federico Kenny (UCR-La Pampa) presentó un proyecto por el cual solicita al Poder Ejecutivo Nacional, responda a través de los organismos que corresponda las inquietudes que surgen en virtud de que la empresa Potasio Río Colorado S. A., subsidiaria del grupo anglo australiano Río Tinto, está avanzando en las negociaciones con el Estado argentino a fin de desarrollar un proyecto de explotación minera que extraerá cloruro de potasio del yacimiento ubicado en el sur del departamento de Malargüe, Provincia de Mendoza.

“En el proyecto que presentamos deseamos saber a través del Gobierno Nacional no informe, por un lado ¿Cuáles son los efectos ambientales que produciría la concreción y puesta en marcha del Proyecto Potasio Río Colorado?; además si ¿Han logrado las provincias, todas miembros del COIRCO (Comité Interjurisdiccional del Río Colorado) y por tanto afectadas en su territorio por este Proyecto, llegar a un acuerdo sobre cuál va a ser el destino y tratamiento del cloruro de sal que se extraerá junto al cloruro de potasio? En caso de no existir tal acuerdo ¿Cuáles son las distintas propuestas manifestadas por las provincias sobre este punto?; y si se ha solicitado a la Autoridad de Aplicación información sobre el impacto energético que tendrá dicho Proyecto?

“Debemos tener todas las herramientas necesarias, ya que la puesta en marcha del proyecto Río Tinto, de comprobarse los efectos ambientales nocivos que pudiera tener la extracción de cloruro de sal sin un tratamiento específico, afectaría en su cauce la vertiente del Río Colorado generando trastornos ambientales sobre la población”, señaló Federico Kenny.

“Un detallado informe de Marcelo Giraud, geógrafo de la Universidad Nacional de Cuyo, alerta sobre los peligros ambientales y energéticos en que se incurriría de instalarse la planta de tratamiento de potasio. Siguiendo el análisis del profesor Giraud, uno de los aspectos más críticos del proyecto está relacionado (siempre según Giraud) en la propuesta de la empresa de dejar, luego de 40 años de explotación una suerte de meseta artificial “encapsulada” de 210 ha de cloruro de sodio “por un tiempo prolongado”. Sin que se prevea la posibilidad de colapso del depósito de sal, por potenciales sismos o vientos fuertes. Sumado a que el depósito de sal constituiría un importante pasivo y factor de riesgo ambiental a la perpetuidad, en caso de que el proyecto no contemple la posibilidad de una reutilización de la mismo”

“Otro aspecto saliente del informe está relacionado con el consumo de energía y sus impactos asociados. Dado que según sus cálculos, el consumo de gas que demandaría la explotación es de una magnitud anual cercana a la que utiliza el consumo residencial, comercial y de los entes oficiales de toda la provincia de Mendoza. Aspecto a analizar importante si se tiene en cuenta la realidad energética que atraviesa nuestro país y que la electricidad y el gas son los principales insumos del emprendimiento.

“El fundamento básico de este pedido de informes apunta a la necesidad de conocer las propuestas echas por la empresa Río Tinto a fin de intentar dar solución a los problemas ambientales que traería aparejada la puesta en marcha del proyecto según se manifiesta en distintos informes anteriormente mencionados. La necesidad no pasa por querer poner freno a una inversión que entendemos es importante para el desarrollo de las economías regionales que afecta, así como para continuar dando impulso al momento que atraviesa la minería en nuestro país, sino para tener sobre la mesa todas las causas y consecuencias de dicho emprendimiento”, sostuvo Federico Kenny.

“Entendemos así mismo que de concretarse el proyecto elevaría a Argentina al quinto lugar de producción mundial de potasio y primer exportador en América Latina y no desconocemos la importancia económica que de esto se deriva. Generando nuevas fuentes de trabajo, dando impulso al desarrollo de economías regionales rezagadas (permitiendo una auténtica ocupación territorial, poblamiento de zonas desérticas y la mejora en la calidad de vida de las comunidades mediante la creación de infraestructura, comunicaciones y el acceso a medios de innovación tecnológicas, que a su vez contribuyen al desarrollo de otras actividades económico productivas) y contribuyendo a incrementar nuestro Producto Bruto Interno”

“Ahora bien, ante todo debemos pensar en cada una de estas cosas teniendo presente el modelo de desarrollo sustentable en que deberíamos basar nuestra necesidad de radicación de inversiones. Pensar que el desarrollo económico es posible y necesario tanto como prever las consecuencias futuras de nuestras decisiones de hoy. Para no volver a cometer los errores del pasado”, concluyó Federico Kenny.

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