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Fuente:
Nuestro Mar |
23/01/08 |
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Caravana a Ushuaia para recibir rompehielos ruso | ||
El gobierno prepara
un acto en Ushuaia el próximo 25 de enero para recibir al rompehielos
ruso Vasily Golovnin, navío que reemplazó al siniestrado
Almirante Irízar en la campaña antártica.
La caravana a la ciudad austral estará integrada por: la ministra
Nilda Garré; el jefe del Estado Mayor Conjunto, Jorge Chevalier;
y funcionarios de alto nivel de la Cancillería, entre ellos,
el director nacional del Antártico, Mariano Memolli. Se anotó
también la dueña de casa, la gobernadora de Tierra del
Fuego, Fabiana Ríos, y el intendente local. La utilización del rompehielos ruso Golovnin y su helicóptero pesado de carga Kamov 32 le cuesta al país 20 millones de pesos. Se llegó al alquiler después de la destrucción del Irízar, que fue consumido por el fuego el año pasado y aún espera el programa de reparación, amarrado en la Base Naval Puerto Belgrano. La ceremonia de bienvenida al Golovnin tomó relevancia no bien se activaron los timbres entre la embajada rusa y una interlocutora de Taiana en esos menesteres que es autóctona de la «ciudad más austral del mundo»: la diputada Rosana Bertone, del Frente para la Victoria. El encuadre político del acto buscaría afianzar el vínculo bilateral con la Federación Rusa. Taiana construyó una fluida relación con su par ruso, Serguei Lavrov, a través de varios encuentros en foros internacionales. En 2006 Garré viajó la Federación Rusa. Y fue la primera visita de un ministro de Defensa argentino a aquel país con el objetivo concreto de sumarlo a la exclusiva lista de proveedores de armamento para las Fuerzas Armadas criollas. Rusia consiguió entrar al mercado latinoamericano de armas a partir de los acuerdos con el presidente venezolano, Hugo Chávez, pero también vende material bélico a Perú, México, Brasil, Uruguay y Colombia. La información oficial dice que el intercambio económico bilateral alcanza los 1.150 millones de dólares, con saldo favorable para la Argentina, pues las exportaciones del país llegan a los 900 millones. Interesa a los rusos expandir su presencia en licitaciones de grandes obras de infraestructura en la Argentina. Para hablar de negocios de infraestructura, la veta está en Planificación Federal y no en la Cancillería ni mucho menos en Defensa, deberían saberlo los rusos. Alquiler El recibimiento al Golovnin en Ushuaia puede que no sea el camino idóneo de expresión de los avances bilaterales. Se trata de un simple contrato de alquiler con una empresa rusa (claro que el Estado aún está presente en el directorio) que presta servicios de apoyo logístico a quien disponga de los dólares. A favor de los empresarios rusos -conservan la autoridad de manejar el mercado interno que tanto gusta al kirchnerismo- habría que decir que reservaron el navío hasta último momento en espera del sí de Garré. Defensa dudaba entre el arriendo del buque ruso y el supuesto ofrecimiento de los chinos (el rompehielos Xuelong), que sólo existió en la imaginación de la ministra. Los chinos cedieron un mínimo espacio de carga (200 metros cúbicos) en bodegas del Xuelong nada más que por el determinismo protocolar al cumplido que caracteriza su cultura. El despliegue de ministros, una gobernadora y funcionarios en el puerto de Ushuaia se analiza con cronómetro porque un día de retraso del navío ruso haría coincidir la celebración con el arribo del rompehielos británico HMS Endurance. El buque inglés, homónimo del que participó en el conflicto de 1982, tiene previsto amarrar en Ushuaia el 26 de enero. Viene de la Antártida y efectuará una escala técnica y logística por espacio de cinco días. Es la segunda vez que ingresará al puerto austral tras la guerra por las islas Malvinas. Su primera entrada en enero de 2005 fue polémica, en aquella oportunidad, un grupo minúsculo de ex combatientes repudiaron la presencia del buque de la Royal Navy. El rompehielos británico -al mando del capitán de navío Bob Tarrant- lleva a bordo 128 tripulantes, y su labor antártica forma parte de los proyectos científicos de la organización estatal British Antartic Survey (BAS). En esta travesía, científicos del BAS visitaron la base vicecomodoro Marambio. Llegaron en uno de los helicópteros Lynx del navío, extrajeron muestras del suelo y en nombre del comandante del rompehielos invitaron a bordo al titular de la base de la Fuerza Aérea, como manda el protocolo. Por Edgardo Aguilera
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