Por Roberto
Maturana. Al igual que los poderosos genocidas de ayer, los Kirchner,
al finalizar su mandato, serán juzgados porque su política
ambiental de entrega aplicada es generadora de hambre y genocidio...
La matriz de resolución de “conflictos” ambientales
de la institucionalidad K se consolida a espaldas del ciudadano y del
cuidado del medio ambiente. Desde la gestión de Romina Picolotti
hasta la actual de Homero Bibiloni, el saldo para nuestra República
es la degradación de nuestras riquezas, que queda vedada ilegalmente
frente al ciudadano, desoyendo el mandato de la ley de medio ambiente
que obliga al estado a “organizar e integrar la información
ambiental y asegurar el libre acceso de la población a la misma”.
Hoy se suma un alerta más de nuestra real situación ambiental
que puede pasar desapercibida frente al cúmulo de información
cruzada que velozmente nos impide formar una opinión, y menos
una conciencia ambientalista. La baja del Río Paraná puede
ser explicada circunstancialmente, sin profundizar en sus posibles causas,
como consecuencia de la escasez de lluvias en el sur de Brasil y el
NE argentino. Brasil resuelve su sequía cerrando las compuertas
de sus represas. Ya en el 2006, cuando Brasil cerró las compuertas
de sus represas para mantener su nivel de generación de energía
durante otra sequía, el descenso de las aguas del río
Iguazú provocó que los saltos de las Cataratas quedaran
casi sin agua. La falta de agua y la crisis energética puede
tener salvataje en lo inmediato al estilo K, sin intenciones de contribuir
a la subsistencia de nuestro país, cada día mas “sensible”
a las exigencias de quienes reparten poder.
Las represas y el manejo de sus “cotas”
Elevar la cota de Yaciretá antes de lo previsto, fue para el
gobierno K la solución ante la falta de energía y esto
ha causado previsibles desajustes. Vemos hoy cómo la cota del
río Paraná descendió a la mitad de su altura normal.
Los “inmediatos” perjudicados son los litoraleños
que ven afectada su provisión de agua y quienes utilizan las
vías navegables para exportar sus productos. Los buques cerealeros
salen con la mitad de su capacidad de carga, y esto obliga a buscar
alternativas portuarias más al sur de nuestro país o en
nuestra potencia vecina brasilera. Los costos aumentan y la actividad
productiva sufre un fuerte coletazo de soluciones kirchneristas. "Los
barcos no se pueden cargar completos y otros que están cargados
no pueden salir”, palabras del presidente de Terminal Puerto Rosario.
Yaciretá para Brasil es parte de un proyecto de país que
implica construir represas que sustenten su capacidad de crecer. La
Argentina firma acuerdos para construir represas con su vecina potencia
sin dilucidar el colapso que implica el proyecto brasilero en su propio
territorio. El aumento de la cota de Yaciretá de 76 a 83 mts.
se debe al compromiso tomado por el gobierno argentino para el financiamiento
del fideicomiso anunciado por el ministro Julio De Vido, quien tramitó
en Washington en el año 2004 los fondos necesarios. Este compromiso
destrabó un crédito de 90 millones de dólares que
terminó en la inundación del área de Encarnación
por la que el presidente de Paraguay, no formuló la queja ninguna.
El gobierno argentino recibiría 386 millones de dólares
cada año desde el 2004 al 2008, fondos otorgados en concepto
de “crédito blando”, pagadero en 30 cuotas terminada
la jugosa cota 83 que continúa haciendo de Yaciretá “el
imperio a la corrupción”.
Itaipú, Corpus Cristi y el proyecto Garabí
Itaipú, la primera en tamaño en operación en
el mundo, esta ubicada sobre el río Paraná en la frontera
entre Brasil y Paraguay, con una cota de mas de 100 mts. Esta mega represa,
aprobada en su momento por gobiernos de facto de nuestro país,
genera energía sólo para nuestros vecinos. El Paraná
ya sufrió con la construcción de esta obra una disminución
en su profundidad provocada por la quita de velocidad de su caudal.
Estos “inconvenientes” se deben a que nuestro país
no realizó las obras fundamentales para evitar el impacto sobre
el Paraná. Ya en democracia el gobierno nacional contrató
a una consultora brasilera para que evaluara si una de estas obras era
necesaria… claro que no lo era. El resultado es que Brasil maneja
el caudal del Paraná.
Mas allá de las cuestiones climáticas, que no dependen
de la voluntad de nuestros representantes, las centrales hidroeléctricas
de Itaipú y Yaciretá provocarán la desaparición
del Paraná como vía navegable. A Brasil no le interesa
esta salida al Atlántico y a nuestros gobernantes tampoco. El
ejecutivo en vez de convocar a Lula a que libere agua de sus represas,
queda embelesado con el quebranto que le provoca al campo además
de la sequía, la falta de agua para sacar sus productos al mercado.
Una vez terminada Yaciretá, Julio De Vido obtendrá 1800
millones de dólares para el financiamiento, “el mas grande
obtenido por la Argentina hasta la fecha para infraestructura”,
según afirmo el ministro en marzo del 2008, de la construcción
entre otras obras, de la Presa de Propósitos Múltiples
Corpus Christi y Añacuá. Este proyecto consiste en la
construcción de una represa en el Río Paraná entre
las represas de Yacyretá e Itaipú. “La construcción
de Corpus Christi terminaría con el único tramo natural
del Alto Paraná, el trecho entre las represas Yacyretá
y Itaipú, destruyendo definitivamente su característica
de río y trayendo altos impactos ambientales y sociales a la
región”.
Pronto se obtendrá el financiamiento para el proyecto Garabí,
un complejo hidroeléctrico que estará situado en la zona
de los Saltos de Garabí, en la provincia argentina de Corrientes,
aunque también comprenderá un tramo de la provincia norteña
de Misiones, y cruzará el río Uruguay, que divide Argentina
con el distrito brasileño de Río Grande do Sul. La empresa
Binacional estatal EBISA (Argentina) y Electrobras (Brasil) convocarían
a licitación internacional para el estudio de inventario de los
afluentes compartidos sobre el Río Uruguay entre Argentina y
Brasil. Un ex funcionario nacional expresó que “del lado
argentino el panorama es negro. La nuevas autoridades de Ebisa tiraron
a la basura todos los estudios hechos y pretenden hacerlos todos de
cero, pero proponiendo un cierre en Garabí a cota 82,5 metros
y otro en San Javier o Puerto Rosario o Roncador o donde fuera que les
permita una cota de más de 125 metros”, lo que tendría
un impacto ambiental y social altamente negativo. En palabras de un
ex director, "era un proyecto básico, sólo faltaban
definir cuestiones ambientales e institucionales y los pliegos licitatorios".
Los estudios para estas obras de infraestructura se hacen una y otra
vez por cada gobernante de turno, que los vuelven a licitar para que
sus estudios-os amigos ganen millones. Garabí, tal como lo ha
advertido la Fundación Proteger, “convertirán al
río Uruguay en un conjunto de grandes estanques, provocando la
desaparición de la pesca como actividad rentable, la inundación
permanente de humedales y la disminución de la calidad y cantidad
de agua, entre otras consecuencias”.
“En pocos años casi 25 represas —siempre con Brasil
como principal beneficiario y dueño de las exclusas— convertirán
al río Uruguay en un conjunto de grandes estanques donde habrá
desaparecido la pesca como actividad rentable, quedarán inundados
humedales y bosques en forma permanente y habrán disminuido enormemente
la biodiversidad y la calidad del agua, un patrimonio de extraordinario
valor económico y social en el siglo XXI. Los embalses de estas
represas retendrán el agua, sobre todo en los períodos
de sequía, acentuando las bajantes del río Uruguay. Si
me permite la ironía, se terminarán los problemas con
los cortes. Pero tampoco habrá agua.” Fundación
Proteger.
No existe plan de manejo integrado Brasil-Uruguay-Argentina
Brasil avanza en la concreción de sus proyectos de energía
para su desarrollo como país. La construcción de estas
represas, además de un esfuerzo de recursos múltiples,
requiere un camino institucional que nuestros gobiernos desde la década
del 70, facilitan con la firma de acuerdos que luego se convierten en
ley, sin realizar los estudios de impactos ambientales —ni diseñar
las alertas tempranas integradas que anuncien el posible colapso de
estos mega proyectos que inundarían hasta el obelisco de suceder—,
ni construir las obras que permitirían continuar con las vías
navegables de nuestra cuenca litoral. Nos gobiernan desde la ilegalidad
con una apariencia de institucionalidad dado que se vulneran las leyes
que protegen nuestras vidas y nuestros recursos, desde la ley general
de medio ambiente, hasta la Constitución Nacional. Y para ennegrecer
nuestro futuro, son mega obras de corrupción que empobrecen la
Nación perjudicando nuestra actividad económica, favoreciendo
proyectos brasileros y de grupo privados, robando nuestra agua que jamás
retorna a los ciudadanos en energía accesible a nuestra realidad
como nos muestran al inicio de cada obra.
Sin agua, sin navegación, sin recursos ictícolas, con
plagas y tierras empobrecidas, poblaciones erradicadas por los cambios
en su medio ambiente al ser inundados sus territorios, arrasando bellezas
naturales como los altos del Moconá… Esto es la historia
de las represas ya construidas que se repetirá en cada financiamiento
que De Vido anuncie alegremente y en cada compromiso por elevar cotas.
Mientras las cajas K aumentan su nivel, el Paraná se muestra
consumido al igual que nuestra República Argentina absorbida
por la mega corrupción imperante.
El oro azul
Este plan sustentable para Brasil, fue concensuado por nuestro gobierno
con acuerdos para la construcción de represas firmados en el
marco de lo que se conoce como Iniciativa para la Integración
de Infraestructura de América del Sur (IIRSA). Por estos acuerdos,
Brasil logra a través de megaproyectos, energía y vías
navegables para sus productos. Nuestras aguas contenidas en estas represas,
luego son entregadas al sector privado para su utilización y
transformación en energía, que posteriormente nos venden
a precios de mercado sin descontar el usufructo de nuestra propia riqueza,
entregada gratuitamente por nuestros gobernantes de turno en un entramado
de negocios, créditos y fideicomisos que permite crear los nuevos
dueños del agua bajo la mentira de energía a bajo costo.
Junto a la riqueza que produce el agua transformada en energía
se multiplican los pobres que son trasmutados en votos democráticos.
La institucionalidad kirchnerista muestra a la democracia cooptada por
los organismos que deciden en el manejo de nuestras aguas: los presidentes,
el ministro De Vido y su Subsecretaría de Recursos Hídricos,
la ministro Georgi de la Producción, la Secretaría de
Homero de Medio Ambiente y DS, el ministro Moreno de Comercio Interior,
entre otros responsables; asimismo, un Congreso adepto desde la Comisión
Bicameral Permanente mayoritaria, y la extorsión federal cooparticipativa
hacia los representantes de las provincias no oficialistas que los coloca
como partícipes de una gestión que no tiene interés
por la Nación ni un proyecto de país, sólo por
el manejo de fondos fiduciarios y empresas con participación
estatal ilícitas para no respetar la legalidad del Estado de
Derecho.
*Palabras de la Presidenta Kirchner en su última aparición
publica “aquí estamos, seguimos haciendo obras, generando
energía”.
Al igual que los poderosos genocidas de ayer, los Kirchner, al finalizar
su mandato, serán juzgados porque su política ambiental
de entrega aplicada es generadora de hambre y genocidio.
Roberto Maturana
Oficial de Marina Mercante-Investigador
http://www.jubileosuramericas.org/item-info.shtml?x=89333
http://www.proteger.org.ar
http://www.bicusa.org/es |
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