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La reflexion de hoy: El uso del Término “Mapuche”
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Aun no sé porque los aborígenes que habitan esta zona se autodenominan Mapuches. En los puestos de artesanías, conciertos musicales, reclamos de tierras y otros eventos, a veces absurdos o dudosos, se lucen carteles y a viva voz manifestando: aquí estamos, los auténticos de esta tierra, nuestra tierra, de los Mapuches, es decir nuestros indios, y eso no es así. Por Roque A.Araqué, escrito en Esquel- febrero de 2009 El tema de derechos y permanencia en estas pampas y montañas no es motivo de esta reflexión, tampoco lo será lo referente a su cultura y adaptación, correcta o no, a los tiempos modernos, entiéndase por esto el uso de teléfonos celulares, modernos automóviles en los camarucos, vestimentas norteamericanas en los Ñillatum y otras rogativas religiosas, piquetes políticos y usos de electrónicas varias, me quiero referir exclusivamente a la denominación Mapuche. Los habitantes originales de estas latitudes fueron los Chehuacheken, Tehuelches septentrionales y algunos casos meridionales (casi siempre viajeros y recolectores). Graciosamente se usa el término Mapuche para referirse a los aborígenes nativos al oriente de los Andes y eso no es así, los manzaneros-pehuenches (los primeros invadidos) y otras tribus auténticamente Tehuelches meridionales fueron los que habitaron estos lugares (al Este de la cordillera de los Andes antes del siglo XIX y no los Araucamos-Mapuches propios del Arauco, su verdadera Nación, la del heroico Lautaro y el estratega Caupolicán, delimitados por los Andes y los ríos Bio-Bio y Tolten, al sur de la Capitanía General de Chile durante la llegada del hombre blanco. Allá denominados Reches (gente auténtica de ese lugar). Algunos etnólogos coinciden, con bastante acierto, en que se aplicó el termino Mapuche a los Araucanos que regresaron al Arauco (fines del 1800 y principios del 1900, debido a su expulsión por parte del Ejercito Argentino en la conquista del desierto) para diferenciarlos de los que se habían quedado (los Reches). Painé, Foyel, Saihueque (pesar del nombre Araucano), Nahuelpan (hermano de Sahihueque), Inacayal, Nahuelquir, Curruhuinca, entre muchos nombres aborígenes conocidos son de abolengo Tehuelche y probablemente algunas gotas de sangre Ranquelina (Como probablemente Painé “zorro celeste”) pero nunca fueron Mapuches del Arauco. Hasta hace unos 50 años no se usaba el término Mapuche para identificar a los indígenas propios o nativos del Este de los Andes, ahora hay una onda de Mapuchización que confunde al viajero y a nosotros mismos. Los verdaderos MAPUCHES (por algunos investigadores acertadamente denominados MOLUCHES) son del occidente de los Andes nacidos en el Arauco, buenos agricultores, de contextura física diferente, dominador, indómito y muy inteligente; de hábitos culturales muy definidos los que defendió con valor; distintos del TEHUELCHE propiamente dicho, nómade, cazador, pacífico y con lengua distinta. Hacia 1930 el Mapuche que no regresó a Chile (obligado por la Guerra de la Conquista) se estableció acá y probablemente se mezcló con los anteriores habitantes de este suelo, aunque hay suficientes datos históricos que cuentan que no eran muy aceptados por las etnias orientales (los Tehuelches), como así también los pocos auténticos Mapuches venidos de Chile que quedan, hoy por hoy, superan los setenta años de edad, de todos modos esta y aquella permanencia fue suficiente para ganar espacio soberano al Este de su Nación, es claramente visible que muchos nombres de la toponimia en el suelo Argentino son de ascendencia Araucana, mas aun alimentado por Mapuchizadores que ayudaron a desplazar la débil y nómada lengua Tehuelche, aunque no menos rica y brillante, costumbre que al sur de la Patagonia no sucedió. Justamente porque a los araucanos-mapuches no les interesaba esa pobre estepa seca y ventosa; sin embargo hacia el noreste, estos llegaron a las puertas mismas del Plata en combinación, entre otros, con Saihueque y el autodeclarado Cacique General del Imperio Pampa: Callfucurá; de origen araucano (huiliche para ser mas exacto), aunque sintió la necesidad de diferenciarse de aquellos, plantando la bandera Argentina en la toldería. Formando así, grandes malones para arrear animales mas allá de la difusa frontera. Esto contribuyó a Araucanizar la toponimia y las costumbres de este lado de la Cordillera, esto es tan así que hasta que no se definieran los límites políticos entre Argentina y Chile, las estancias se asentaban sobre la parte oriental de la cordillera y no en los tentadores pastizales cordilleranos. Es muy interesante leer a George C. Musters cuando cita la toponimia de estos lugares, claramente distinta a la Mapuche, que por cierto tiene influencia Incaica. Cuando este viajero Inglés recorría estos lugares eran los años 1870. En sus escritos diferencia claramente a los tehuelches de los araucanos y las dificultades idiomáticas que tenían, y ya en los 1910 hasta la actualidad mucho de esos nombres Tehuelches se fueron convirtiendo al Mapuche confundiendo aun mas la situación. El asunto gira sobre como se fueron sucediendo los procesos de Araucanización de estas tierras. Esteban Erize ubica a la nación Mapuche desde el Golfo San Jorge hasta las pampas Bonaerenses por el Este y desde la región de los lagos del sur de Chubut hasta una buena parte de Cuyo al Oeste, y por supuesto, toda la región central de Chile, y es en parte correcto; porque Erize trata la cultura Mapuche propiamente dicha, cuando ya se había producido su penetración cultural, es decir mas acá de los fines del 1800. Asimismo este autor reconoce a la lengua Mapuche como auténticamente Araucana, es decir Chilena. Aunque se abstiene de aclarar que los descendientes de estos ya no son Mapuches. El límite norte de los tehuelches sería una línea que se podría trazar más o menos siguiendo el Río Negro, y hacia el Sur prácticamente hasta el Estrecho de Magallanes, la Nación de los Tehuelches. Tenían su propia lengua, costumbres y creencias religiosas distintas a las araucanas, sus ambiciones no eran conquistadoras, no necesitaban extenderse, las interminables estepas, que parecían desérticas, por el contrario, les proveían el recurso de la caza y las costas atlánticas los frutos de mar. En los valles y mesetas abundaban por centenas las tropillas de guanacos, innumerables bandadas de Ñandúes y otras especies menores, como así también los frutos del bosque, maderas y agua en abundancia. Debido a estos recursos es que eran eximios viajeros, recorrían la Patagonia esteparia y cordillerana siguiendo las épocas de recolección y caza; luego con la llegada del hombre, blanco iniciaron una relación de asistencia mutua, incluso una extraordinaria habilidad para el comercio. Después, ya entrado el siglo XIX, la ambición tanto del blanco como de los Araucanos, éstos últimos extendiendo sus dominios asfixiados por el avance las huestes de Valdivia, fue desplazándolos cada vez mas al Sur o bien sucumbiendo en la desidia de los gobiernos desapareciendo olvidados y opacados en su mansedumbre. El Mapuche aprovechó esta oportunidad, generó alianzas con los Tehuelches del noroeste y las tribus Pampas, primero ganando dominios pero sin descuidar los recursos que obtenían de sus incursiones (malonadas) a las incipientes estancias que se establecían en la Pampa Húmeda; que luego comerciaban con la ya conquistada tierra Chilena. Muchas veces Chile exportó mas productos cárneos que Argentina, producto de estas malonadas. Esto fue lo que justificó por parte del Gobierno Argentino la denominada Conquista del Desierto y las expediciones del ilustre Perito F. P. Moreno para delimitar definitivamente este austral e incógnito territorio. El Araucano o Mapuche jamás abandonó totalmente su terruño al Oeste de los Andes, y si no podía volver aseguró aquellas costumbres acá. Es más, a su vez las mezcló con otras culturas trasandinas como la Chilota, que ya se habían acercado a estos lugares por el noroeste de Chubut; y así hasta nuestros días en busca de mejor vida. Se fueron aquerenciando fundamentalmente en el Noroeste chubutense, Oeste Rionegrino, Neuquén y buena parte del sur Mendocino, asentando definitivamente su cultura y desplazando al olvido al Tehuelche, proceso en el cual los Argentinos de un modo u otro, conscientes o por ignorancia hemos contribuido. No es correcto usar el termino Mapuche para referirse a los aborígenes originales de estos suelos, puede que este vocablo suene lindo por un modismo actual por lo simpático de sus, a veces, justificados reclamos territoriales. También puede ser que se use el término como sinónimo de indio, aborigen, nativo, etc. lo que sería peor; el descendiente de Mapuches en estas tierras no es Mapuche, seria como decir español a los hijos de españoles nacidos acá. El verdadero y genuino indígena de estas latitudes fueron los Tehuelches, y es hora de corregir estos errores antes que por indiferencia se termine olvidando la verdad y como dijo don Rodolfo Casamiquela: ¡los Mapuches son oriundos de Chile, por más que no les guste!
Al sur de chile, cardinal pantano, Parcial del Libro de R. Casamiquela “Racista antimapuche o la verdadera antigüedad de los Mapuches en la Argentina”
Dice el Sr Roberto Edelmiro Porce, Autor de: La araucanizacion de nuestra pampa. Los tehuelches y pehuenches. Los mapuches invasores (miembro de la Biblioteca Histórica Nacional):
Siguiente texto tomado de: UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PATAGONIA SAN JUAN
BOSCO Para el Siglo XVIII la presencia de los “Auca” (de origen chileno) o Mapuches (en Argentina) afianzará el llamado proceso de “ARAUCANIZACIÓN”, que modificaría las pautas culturales tehuelches ya que incorporaron el telar, las pipas, los adornos de metal, la cerámica, etc.. De HISTORIA GENERAL DE LAS RELACIONES EXTERIORES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA: Oscar Alende, Marcha al Sur, Buenos Aires, Plus Ultra, 1967, cit. en A.H. Rizzo Romano, op. cit., p. 100. El último señala que, como lo han demostrado casi todos los que se ocuparon del tema, desde Villarino y el perito Moreno, pasando por el mismo Roca, Olascoaga y Alende, el llamado "camino de los chilenos" o "de las rastrilladas", que todavía hoy la tradición oral ubica a partir de Olavarría, de donde se dirige al oeste directamente hasta Guaminí, luego a Carhué, Salinas Grandes, Choele-Choel, pasos del Limay y el Neuquén, y desde allí a Chile por los boquetes cordilleranos, fue un verdadero "camino del robo, trazado por el paso de centenares de miles de vacas arrebatadas por los indios, de las pampas argentinas, que después de una serie de operaciones de trueque iban a engordar en alfalfares de grandes hacendados chilenos", según palabras del mismo Moreno, transcriptas por Alende. Todo esto era tolerado, e incluso facilitado, por las autoridades de Chile que se beneficiaban con ese comercio inmoral. Ver Ezequiel Pereyra, Tercera epopeya nacional, Buenos Aires, Metrópolis, 1937, cit. en A.H. Rizzo Romano, op. cit., p. 100. De “La conquista de quince mil leguas” Estanislao Zeballos (1878) textual de cap. IV: "No solamente los indios los que apercibidos por la fertilidad de estos valles, los ha poblado de tiempos remotos. Son también vecinos, jefes y hacendados de la República de Chile, quienes como pobladores o como comerciantes con los indios ladrones se han establecido en las tierras argentinas que nos ocupan...". El mismo autor da la situación exacta de los diferentes boquetes de los andes, frecuentado diariamente por los indios para comerciar con sus pares chilenos. Darwin Charles – Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo o El viaje del Beagle (Journal and Remarks, The Voyage of the Beagle, Journal of researches into the natural history and geology of the countries visited during the voyage of H.M.S. Beagle under the command of Captain Fitz Roy) 1839: "En el camino pasamos las ruinas de algunas hermosas estancias que pocos años antes fueron destruidas por los indios, varios fueron los ataques que hubieron de sufrir, un testigo presencial me hizo una viva descripción de lo ocurrido, los colonos apenas tuvieron tiempo de recoger parte del ganado caballar y vacuno como así preparar un pequeño cañon. Estos indios eran ARAUCANOS; del SUR de CHILE, en numero de varios centenares y perfectamente disciplinados". Noticias relacionadas: Arde la Patagonia: incendios forestales y usurpaciones mapuches Mapuches usurpan campos de Emanuel Ginóbili en Neuquén Mapuches le declaran la guerra a la Argentina y Chile Mapuches corrieron a cinco familias en Roca, Río Negro Canadá financia con $190.000 a los mapuches del Neuquén Los mapuches no son autóctonos de la Patagonia
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