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Vecinos salteños temen por el agua en Abra de Santa Cruz


21/02/2014

Desde la nueva demarcación de límites, el agua que nace del Bermejo, es controlada por Bolivia en su nuevo territorio...

(El Tribuno, Salta).- El nuevo hito no tiene placa identificatoria de ninguna de las dos naciones, ni tampoco un número de referencia. Según los argentinos del lugar el nuevo mojón no solo modificó el límite de uso tradicional que corría por las altas cumbres, sino que sembró dudas sobre la línea imaginaria que trazó una comisión binacional de ambas cancillerías en noviembre pasado entre los hitos del cerro Peña Orco y el Cerro Mecoya, colocados en 1940, según el acuerdo internacional que data de 1925. “Los hitos ya estaban cambiados”, aseguró Rómulo Lara.

La Argentina ejerció la soberanía en la zona desde hace 90 años, poblándola de familias salteñas durante al menos cuatro generaciones. Aunque la ausencia del Gobierno y el abandono que sufren los habitantes salta a la vista para cualquiera que llegue al lugar, los caminos y escuelas argentinas fueron, hasta finales del año pasado, las únicas referencias de ejercicio de soberanía por parte de algún Estado en la zona.

Todos los pobladores son argentinos y en sus documentos de identidad se reconoce su domicilio dentro del territorio argentino, aunque hoy sería parte de Bolivia. Además, un mes antes de quedar en el vecino país fueron convocados a votar, como en todos los comicios, en las escuelas argentinas para las últimas elecciones provinciales. Los habitantes del Abra de Santa Cruz reclamaron al Gobierno argentino que los “rescate” y exigieron la inmediata presencia de las autoridades provinciales, que hasta ayer no se habían hecho presentes en la zona, aunque ya pasaron más de 80 días desde la instalación del nuevo hito.

El agua de Abra de Santa Cruz

Desde que se instaló el nuevo hito que separa la frontera de Salta con Bolivia, en el Abra de Santa Cruz, del departamento de Santa Victoria Este, el 28 de noviembre último, la Argentina le cedió a la vecina República Plurinacional el control de la vega de agua por donde nace el río Santa Cruz, que desemboca en el Bermejo. El cauce surge en el extremo norte del Valle del Silencio, que hasta que se instaló la polémica demarcación pertenecía tradicionalmente al territorio argentino, y corre hacia el sur internándose en suelo salteño.

Santos Peloc, de 62 años, señala el valle desde el abra del cerro Santa Cruz. Con el dedo marca todas las casas de familias salteñas de la etnia colla que quedaron en territorio boliviano. “Nos dicen que arreglaron todo entre autoridades grandes y que nosotros ya no tenemos voz ni voto en el asunto. Ya está todo arreglado desde arriba y nosotros desde acá no podemos hacer nada. El límite siempre se respetó por el filo del cerro y ahora dicen que lo hicieron cruzar en línea recta todo el valle. El agua cae para el lado argentino, pero ahora donde nace queda para el lado boliviano y eso no puede ser porque nosotros somos dueños del agua, que es la que usamos para vivir ¿Y si ahora lo contaminan qué podemos hacer nosotros si ellos dicen que son dueños de donde nace el río? Esa agua llega hasta el Bermejo”, afirmó.

En los mapas, el Abra de Santa Cruz, en Santa Victoria Oeste, figura como territorio argentino. En la Dirección General de Inmuebles de la Provincia, el antiguo Rodeo Santa Cruz, que perteneciera en tiempos de la corona al Marqués de Yavi que apoyó la rebelión americana desde la puna, aparece en el plano N§10 de la matrícula 454 de ese departamento y tiene una extensión 12.620 hectáreas. El rodeo ocupaba todo el Valle del Silencio, un verdadero paraíso natural enmarcado entre cerros a más de 4.400 metros sobre el nivel del mar.

En el valle viven cerca de 3.000 personas y alrededor de 1.600 figuraban en los padrones electorales de las últimas elecciones provinciales de noviembre último. Ahí están las poblaciones de Santa Cruz, al sur del valle; Santa María, en el centro, y Abra de Santa Cruz en el norte, donde familias salteñas quedaron atrapadas en Bolivia sin que hasta el momento ninguna autoridad nacional y provincial se acercara a la zona. “Se quieren quedar con el agua, pero quién puede asegurar que no será contaminada, porque es el agua que usamos y es nuestra”, contó Rómulo Lara, en la casa de Evangelista Subelza.

 
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