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21/12/2011 |
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Juan Perón y el terrorismo | |||||||
Al debatirse en el Congreso la ley "antiterrorismo" que imponen desde el extranjero, nos remitimos a las palabras de Perón en 1974... “Aniquilar este terrorismo criminal” Juan Domingo Perón 20 de enero de 1974 “Me dirijo a todos los argentinos frente al bochornoso hecho que acaba de ocurrir en la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de Azul, en el Regimiento de Tiradores Blindados C-10, donde una partida de asaltantes terroristas² realizó un golpe de mano, mediante el cual asesinaron al jefe de la unidad, coronel don Camilo Gay y su señora esposa, y luego de matar alevosamente a soldados y herir a un oficial y suboficial, huyeron llevando como rehén al teniente coronel Ibarzabal. Hechos de esta naturaleza evidencian elocuentemente el grado de peligrosidad y audacia de los grupos terroristas que vienen operando en la Provincia de Buenos Aires ante la evidente desaprensión de sus autoridades. El gobierno del Pueblo, respetuoso de la Constitución y la ley, hasta hoy ha venido observando una conducta retenida frente a esos desbordes guerrilleros que nada puede justificar en la situación que vive la República. Tampoco desde nuestro Movimiento hemos querido producir un enfrentamiento, desde que anhelamos la paz y propendemos a la unión y solidaridad de todos los argentinos, hoy ocupados en la reconstrucción y liberación Nacional. Pero todo tiene un límite, Tolerar por más tiempo, hechos como el ocurrido en azul, donde se ataca una institución nacional con los más aleves procedimientos, está demostrando parlamentariamente que estamos en presencia de verdaderos enemigos de la Patria, y organizados para luchar en fuerza contra el Estado, al que a la vez infiltraron con aviesos fines insurreccionales. Nuestro Ejército, como el resto de las Fuerzas Armadas, que han demostrado su acatamiento a la Constitución y a la ley con provecho de una institucionalización, no merecen sino el agradecimiento del Pueblo argentino, que, frente a lo ocurrido, debe sentirse herido en lo más profundo de sus sentimientos patrióticos. Ya no se trata sólo de grupos de delincuentes. Sino de una organización que actuando con objetivos y dirección foránea¹, ataca al Estado y a sus instituciones como medio de quebrantar la unidad del Pueblo argentino y provocar un caos que impida la reconstrucción y la liberación en que estamos empeñados. Es la delincuencia asociada a un grupo de mercenarios² que actúan mediante la simulación de móviles políticos tan inconfesables como inexplicables. En consecuencia, ni el Gobierno, que ha recibido un mandato popular claro y plebiscitario, ni el pueblo argentino, que ha demostrado con creces su deseo de pacificación y liberación, pueden permanecer inermes ante esos ataques abiertos a su decisión soberana, ni tolerar el abierto desafío a su autoridad que pone en peligro la seguridad de la ciudadanía, cada día expuesta a la acción criminal de esta banda de asaltantes². No es por casualidad que estas acciones se produzcan en determinadas jurisdicciones. Es indudable que ello obedece a una impunidad en la que la desaprensión y la incapacidad hacen posible, o lo que sería aún peor, si mediara como se sospecha, una tolerancia culposa. En consecuencia, el Gobierno Nacional, en cumplimiento de su deber indeclinable, tomará de hoy en más las medidas pertinentes para atacar el mal en sus raíces, echando mano a todo el poder de su autoridad y movilizando todos los medios necesarios. El Movimiento Nacional Justicialista movilizará asimismo sus efectivos para ponerlos decididamente al servicio del orden y colaborar estrechamente con las autoridades empeñadas en mantenerlo. Pido, asimismo, a todas las fuerzas políticas y al Pueblo en general, que tomen partido activo en la defensa de la República, que es la afectada en las actuales circunstancias. Ya no se trata de contiendas parciales, sino de poner coto a la acción disolvente y criminal que atenta contra la existencia misma de la patria y sus instituciones. Una acción³ que es preciso destruir antes de que nuestra debilidad produzca males que pueden llegar a ser irreparables en el futuro. Pido igualmente a los compañeros trabajadores una participación activa en la labor defensiva de sus organizaciones, que tanto ha costado llevarlas al clima magnífico de su actual funcionamiento. Esas organizaciones son también objeto de la mirada codiciosa de estos elementos, muchas veces disfrazados de dirigentes. Cada trabajador tiene un poco de responsabilidad en esa defensa, y espero confiado, porque los conozco, que las sabrán defender como lo han hecho en todas las ocasiones. El aniquilar³ cuanto antes este terrorismo³ criminal es una tarea que compete a todos los que anhelamos una Patria justa, libre y soberana; y ello nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar. De otra manera ni la reconstrucción nacional ni la liberación serán posibles. Yo he aceptado el Gobierno como un sacrificio patriótico, porque he pensado que podría ser útil a la República. Si un día llegara a persuadirme de que el Pueblo argentino no me acompaña en este sacrificio, no permanecería un solo día en el Gobierno. Entre las pruebas que he de imponer al Pueblo está esta lucha. Será, pues, la actitud de todos la que impondrá mi futura conducta. Ha pasado la hora de gritar ``Perón´´. Ha llegado la hora de defenderlo”.
¹) Aquí se refiere a un delito de asociación ilícita, organizado desde el exterior: Francia, (Regis Debray) y financiado desde Gran Bretaña; con el apoyo logístico de organismos que operaban desde Suecia (Wallenberg) y Alemania ( Konrad Adenauer). ²) En todo momento califica el hecho como realizado por una banda de delincuentes. (Intenta encuadrarlos en “asociación ilícita). ³) Utiliza las tres palabras que luego serán usadas en el decreto del PE que autoriza “aniquilar el accionar de los elementos subversivos...” (Sic. Decreto "S" N° 261) |
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