|   23/02/2009  | 
      
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| Sin control y con irregularidades, El Ejército planta soja en Campo de Mayo | |||||
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         (Fuente: CNA) El Ejército siembra soja en Campo de Mayo. Los contratos son irregulares y no hay control alguno sobre los ingresos. ¿Lo sabrá la Comandante en Jefe? Son 425 hectáreas. Rinden un millón y medio por año y quinientos mil de alquiler. “En los últimos años fueron afectadas unas 1.100 
          hectáreas por la “El otro día charlaba con alguien y me decía que 
          la soja es, en términos científicos, prácticamente 
          un yuyo que crece sin ningún tipo de cuidados especiales. Para 
          que ustedes tengan una idea, argentinos y argentinas, el glifosato, 
          que es algo con lo que bombardean las plantaciones de coca en Colombia 
          o Ecuador para destruirlas, a la soja no le hace nada: es más, 
          le hace bien porque le mata a todos los yuyos que están alrededor.” En su instalación militar más importante –tiene 
          ocho mil hectáreas y está a treinta kilómetros 
          de Buenos Aires– el Ejército Argentino cultiva soja. El 
          arrendamiento, las condiciones y el control –mejor dicho, descontrol– 
          de los ingresos por ese rubro resultan, como se verá, claramente 
          irregulares. La decisión política de llevarlo a cabo pertenece 
          al Ministerio de las Paradojas: Cristina Kirchner, su Comandante en 
          Jefe, ha fustigado en diversas ocasiones al yuyo maldito, presentándolo 
          como el Primer Predador. Si ya llevó a sus hijos a Temaiken, el paseo por el ejército sojero puede ser un buen programa: tome la ruta 202 y desvíese en el camino que atraviesa el predio militar, es público durante el día y de noche permanece cerrado. TODO LO QUIETO SE PINTARÁ DE VERDE. No fue el marxismo internacional, 
          no fue el sionismo, no fueron los apátridas, ni siquiera fue 
          Alfonsín, tibio, tibio, rojo rosado, rosado blanco hasta las 
          felices pascuas. Quien destruyó las Fuerzas Armadas fue Menem. Si bien los datos del arrendamiento sojero de Campo de Mayo eran conocidos, 
          hasta hoy, por muy poca gente, en junio del año pasado el periódico 
          Perfil consignó otra práctica similar: la explotación 
          de las tierras libres del arma. Campo de Mayo es negociado por la inmobiliaria 
          Comando de Ingenieros, en tanto que los otros predios corresponden al 
          Comando de Remonta y Veterinaria, que promociona sus servicios comerciales 
          en una página web: producen avena a granel, alfalfa para fardos, 
          rollos y pellets, e intercambia o produce soja, girasol, maíz, 
          arroz, pinos, trigo, duraznos, peras, ciruelas, álamos, nueces, 
          membrillos, uva, eucaliptus y madera aserrada. –Este tipo de mecanismos para generar partidas extrapresupuestarias –le dijo a Crítica de la Argentina un ex ministro de Defensa– ya se usó en bases del interior donde también se plantó soja, y es parte de un modus operandi del ex jefe del Ejército K Roberto Bendini, que terminó procesado por tener una cuenta en el Banco de Santa Cruz en la que manejaba sus ingresos por bonus track. La sola cuenta ya era irregular, ya que debía tenerla en el Banco Nación. Por la cuenta paralela Bendini cursó gastos de joyería, muebles y perfumes, entre otras cosas. –El Ejército es una fuerza diezmada –continúa el ex ministro– tiene instalaciones para cien mil hombres y cuenta con doce mil, hay municiones para menos de un día de guerra, récord de bajas y armas con treinta o más años de antigüedad. NILDA Y HORACIO. –Todas estas licitaciones están en un terreno gris, y el ministerio hace lo que puede –confió a este diario un especialista en política militar. En el caso de Campo de Soja, antes de esta siembra el Comando de Ingenieros 
          solía rentarlo con un permiso de uso que dificultaba los controles 
          del ministerio sobre las condiciones del contrato (precio, duración, 
          adjudicación, etc.). La soja que hoy crece cerca de la ruta 202 
          está sembrada de manera ilegal porque su adjudicatario, José 
          María Bottini, todavía no firmó el contrato, y 
          litigan para averiguar si la licitación corresponde a un arrendamiento 
          o a un permiso de uso. Ni antes ni ahora, vale aclarar, se supo de algún 
          organismo de control interno o externo que intervenga en estas operaciones. • Documentación con foliaturas diferentes y alteraciones en los archivos. • Falta de evaluación de la utilidad. • Falta de inclusión de predios en los listados elevados al Ministerio de Defensa. • Falta de definiciones precisas sobre el objeto de la licitaciones. • Limitada publicidad del llamado. A partir de este debate, el ministerio hizo una presentación en el Congreso y dijo: “Durante los últimos años se ha trabajado para mejorar el encuadramiento de las contrataciones a esta normativa. En diciembre de 2007 se firmaron compromisos de regularización entre la Armada, la Fuerza Aérea, el Ministerio de Defensa y la SIGEN. “Se ha iniciado un proceso que apunta a una mejor gestión agropecuaria, que no exponga los campos objetos de análisis a una degradación producto de una explotación no sustentable, o a una búsqueda de ciclo corto y mirada inmediata. “El 28 de marzo de 2007 se firmó un convenio entre el ministerio y el INTA para mejorar integralmente la gestión agropecuaria en inmuebles asignados a las Fuerzas Armadas.” El ministerio está intentando intervenir sobre estas licitaciones pero fuentes de Defensa reconocen que todavía es muy difícil controlar lo que hacen todas las dependencias del Ejército con sus tierras. En la edición del domingo 4 de junio de 2006 del periódico Perfil, la nota titulada “Kirchner y los militares: rompan filas” daba cuenta de la organización K en el área de Defensa. Allí, basándonos en el testimonio de tres ministros del gabinete, dos ex ministros y dos fuentes cercanas al entorno de Horacio Verbitsky, afirmamos que el periodista aparecía como uno de los responsables de la política militar y del nombramiento de Nilda Garré en el ministerio. En diálogo con Luciana Geuna, Verbitsky negó estas afirmaciones en todos los casos, reconoció su amistad con Garré –lo que motiva sus frecuentes encuentros– y afirmó: “Mis ideas están en mis notas y si el presidente está tomando algo, lo sacan de mis publicaciones”. En la nota se afirmó también que, contrariamente a lo solicitado por el entonces y ahora presidente K de anotar en los registros de audiencias las visitas a cada ministro (a menos que se trate de otro funcionario), Verbitsky había sido omitido en los registros de Alberto F y de Nilda Garré, a quienes reconoció ver con asiduidad. Dos años después los personajes siguen siendo los mismos pero hay algunas alteraciones en la trama: –Garré se ganó el desprecio de Néstor por lo de Bendini –le dijo a Crítica de la Argentina un ministro con silla en la mesa chica. –No la sacan para no pelearse con Horacio. Cristina tampoco se la banca mucho. Las relaciones históricas de Bendini con Néstor, Julio 
          De Vido y Zannini alcanzaron para nombrar a Pozzi, uno de los mejores 
          amigos de Bendini, como su sucesor. “Fue también un mensaje 
          a Nilda –afirmó a este diario un miembro del entorno presidencial 
          a la Néstor–, una manera de decirle: ‘Tenés 
          poco poder y fijate cómo te movés’.” En aquel 
          momento ni siquiera se la consultó: Garré estaba en Chile 
          y se enteró del nombramiento de Pozzi por los medios. 
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