Al costado derecho de la cruz que simboliza el monumento a los caídos, en las Islas Malvinas, está construida la ermita donde el año próximo entronizarán la imagen de Nuestra Señora de Luján, patrona de los argentinos. Antes de partir para siempre e instalarse en el Atlántico Sur para custodiar las almas de los hombres que murieron en la guerra, la Virgen recorre las provincias para que la despidan.

El domingo llegó a la capital sanluiseña acompañada por los integrantes de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, quienes impulsan la iniciativa desde hace varios años. Su presencia motivó una serie de actividades. La primera fue una misa en la Iglesia Catedral. Ya visitó el 90% del país, estuvo en la Base Marambio y también en La Quiaca. Su próximo destino en la Región Cuyo será San Juan.

Héctor Omar Cisneros es el presidente de la entidad que nació el 17 de setiembre de 1982. En Malvinas quedó el cuerpo y el alma de su hermano, un soldado profesional del Ejército Argentino: “Un soldado que dejó allí su mochila y que yo me la puse al hombro para juntar familiares y crear esta comisión sin fines de lucro ni intenciones políticas”, reafirmó ayer a la prensa durante la inauguración de una muestra de gigantografías sobre el Cementerio de Darwin, en la Isla Soledad.

Las imágenes se expusieron en la explanada de la Universidad Nacional de San Luis, ayer después del mediodía. Desde distintos ángulos las fotos muestran cómo es el único lugar donde los padres y hermanos de los muertos en Malvinas pueden rememorar a esos seres queridos que nunca más volvieron a la Argentina. Una cruz principal y otras escritas con el nombre de los muertos por la Patria.

Cisneros contó que la imagen de la Virgen será trasladada el año próximo hasta Malvinas y que su colocación allí no significó ningún problema con el gobierno de Inglaterra. “No tuvimos que pedir ningún permiso para realizar esto. Los ingleses nunca nos prohibieron que lo hiciéramos. Inclusive el monumento se realizó cuando desde la Cancillería Argentina consideraban que era una locura”, destacó Cisneros. “El año próximo será entronizada allí y procuraremos que en ese lugar flamee la Bandera Argentina. Estamos cumpliendo con un compromiso que asumimos hace muchos años y no queremos irnos hasta que todas las ciudades puedan despedir a la Virgen”, agregó.

Los familiares de los muertos en la guerra aprendieron a ser diplomáticos sin saber cómo serlo. Se unieron para poder aceptar el dolor sin olvidar una de las partes más tristes de la historia argentina. Hoy, después de 25 años, la Comisión representa la totalidad de los familiares de los 649 muertos en la guerra. “El objetivo de esta muestra es mostrar el Monumento de Darwin que se construyó con colaboración y con el sacrificio nuestro. El gobierno no gastó nada. Lo que pretendemos es que los jóvenes sepan la verdadera historia de Malvinas, rescatar los valores, convicciones e ideales de los jóvenes que dejaron lo más preciado que es la vida, por Dios y por la Patria”, indicó.

Durante la muestra estuvieron presentes integrantes del Centro de Ex Combatientes 2 de Abril y autoridades de la Secretaría de Extensión de la Universidad de San Luis, quienes apoyaron las actividades que desarrolló la Comisión de Familiares en su paso por la provincia. Para la noche de ayer estaba previsto en el Microcine de la UNSL, la proyección del documental “Locos de la Bandera”, coproducido por la Comisión de Familiares y el INACAA, realizado por familiares de caídos y protagonistas de la guerra, a las 22.

“Constituye hasta el momento la única realización cinematográfica argentina que permite brindar sus testimonios a los protagonistas más directos del conflicto bélico de 1982. Registra la historia de los familiares de los caídos argentinos de todo el país, quienes apenas concluido el conflicto militar, se encontraron con su dolor, transformándolo con el tiempo en amor y en obras”, contaron desde la Universidad.

Entre las funciones de la Comisión de Familiares es organizar viajes a Malvinas y María Teresa Zabala, una docente universitaria de San Luis fue parte de uno de los contingentes hacia esas frías tierras. Arnaldo Enrique Zabala, su hermano, también murió en el conflicto bélico. “Los recuerdos son mezclados. Si bien hay un sentimiento patriótico, no podés dejar de lado el sentimiento del ser de tu familia, un chico de 18 años que no volvió más y no pudo vivir un montón de cosas en su vida”, recordó con emoción María Teresa. Y agregó: “En momentos sentís orgullo de que fue un artífice de la historia, pero también están los recuerdos de la persona que tenías en tu casa”.

Respecto a su visita a Darwin hace unos años aseguró: “Reconforta, fue excelente porque todos volvimos muy contenidos, estuvo bien organizado, se creó un sentimiento de hermandad y fue una experiencia hermosa. Nuestra misión fue ir y dejar nuestro recuerdo a nuestros familiares”.

El último viaje de familiares a Malvinas se realizó hace dos años y el porqué tiene que ver con cuestiones económicas. “El gobierno no está apoyando con recursos. Esto debería ser una política de Estado”, cuestionó Cisneros. Se calcula que para viajar a Malvinas una semana se necesitan 5 mil pesos. Pero pese a las dificultades la Comisión está planificando un viaje para el año próximo con un contingente de aproximadamente 800 personas. “Va a viajar al menos un familiar de todos los soldados muertos en la guerra”, confirmó el directivo.

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