19/09/07

 

Opinión pública británica y Malvinas  
Los medios británicos siguen dando espacio además de financiación, a encuestas que indican la popularidad de los tres partidos políticos británicos y sus líderes visto que tras el reemplazo de Blair por Gordon Brown los observadores políticos siguen sospechando que Brown llamara a elecciones anticipadas. Las prevenciones que hace el cronista Julian Glover en la nota en The Guardian del 19-09-07 que se adjunta abajo son de rigurosa aplicación, especialmente si se tienen en cuenta que proyectar el resultado de una encuesta a 655 (total de bancas de la Cámara de los Comunes) circunscripciones uninominales es siempre azaroso. Sin embargo, las encuestas publicadas en los medios británicos han tenido un alto valor predictivo. Desde hace décadas, más allá de errores en 1992, son seguidas por los políticos británicos y generalmente vistas como indicadores de la opinión pública.

Pese a que esto lo he reiterado en notas similares repetiré lo obvio. Como en años pasados en nuestro medio se han dicho, o peor aun, hecho cosas en política respecto a Malvinas sin tener en cuenta la coyuntura política británica, el sentido de estos envíos es cubrir las encuestas británicas con un análisis que conecte el tema con Malvinas a fin de en la esperanza que se eviten errores a partir de presupuestos equivocados respecto a lo que ocurre en política británica.

Es notable que pese al poco detalle que proporciona la nota los temas que se mencionan (aftosa y la crisis del banco Northern Rock) estos temas son puramente domésticos. Es decir no hay ni siquiera mención de la guerra en Iraq que si ha
influido en política británica poniendo fin anticipado a la hegemonía de Blair.

Pese a que es una reiteración de lo obvio, Malvinas, las relaciones con nuestro país o con Latinoamérica en general ni aparecen. No es casualidad tampoco. Las inversiones británicas en Latinoamérica y su comercio con América Latina son de poca importancia para la economía británica. Gran Bretaña le vende y compra más a países como Nigeria o Arabia saudita que a toda Latinoamérica.

El poco peso económico de América Latina para los británicos explica porque los ministros que se ocupan de Latinoamérica son usualmente el último orejón del tarro ministerial británico. También se entiende porque no viajan mucho a Latinoamérica.
Los viajes y el interés de los 90 cuando aun gobernaban los conservadores se debió a que el hombre que hizo mucho por derrocar a Thatchcer Tristan Garel-Jones, ahora presidente de Canning House, recibió como premio de John Major (el sucesor de Thatcher) el puesto numero 2 en el Foreign Office. Como es obvio esa época ya es nada más que un recuerdo.

En ese contexto lograr que cualquier gobierno británico, sea del partido que sea, se tome como prioridad resolver el tema de Malvinas es difícil. Por ende se diría que toda propuesta sobre el tema Malvinas debe abordar el problema de la natural
absorción británica en lo doméstico, la poca importancia de América Latina en general y las relaciones con la Argentina.

©Guillermo A. Makin

 

 

 

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