El segundo jefe de
la Embajada del Reino Unido ante la Argentina, Andrew Jackson, estuvo
ayer en la Cancillería a pedido del ministro Jorge Taiana para
conversar sobre los restos óseos encontrados a fines de abril en
la central de Policía de Malvinas y que según los británicos
pertenecerían a un piloto argentino muerto en la guerra por el
archipiélago de 1982.
La convocatoria del diplomático a la Cancillería no fue
informada por ninguno de los dos gobiernos. Pero la visible llegada
del funcionario al edificio de Esmeralda y Arenales no pudo ser ocultada,
finalmente.
Clarín pudo saber entonces que Taiana quiso saber de boca de
Jackson cómo avanza la investigación sobre las razones
por las que los restos fueron encontrados en un armario de la Policía
recién en abril pasado e informados a la Argentina en mayo, cuando
en realidad permanecieron allí sin ser reportados desde febrero
de 1986, cuando se encontraron en una playa de la Isla Soledad (el islote
del Este de Malvinas).
El propio embajador John Hughes transmitió el 7 de mayo a Taiana
el pedido de disculpas, "sin reservas", de su gobierno y del
Ejecutivo de Malvinas. También en su momento, la consejera de
las islas Janet Robertson dijo a este diario que lamentaba el episodio,
por los familiares. El Gobierno espera de Londres una respuesta a su
pedido —entregado a la embajada británica el mismo 20—
para que los restos sean enviados a Buenos Aires, donde se busca hacerles
el ADN.
Ayer, Taiana reiteró a Jackson la importancia que tenía
este caso para el Gobierno. Pero al mismo tiempo, ambas partes coincidieron
en llevar con extrema reserva este caso para no generar falsas expectativas
entre los familiares de los caídos, que esperan desde el fin
de la guerra más respuestas sobre el destino de sus seres queridos.
Además, la Comisión que los agrupa ha hecho saber su pedido
de cautela, y también su desconfianza porque opinan que ésto
dilata el viaje que buscan hacer el cementerio de Darwin.
Por otra parte, se trata de un caso que sin dudas avanzará lentamente
por sus propias características. Se trata de una sóla
pieza ósea (el hueso de una pierna, se informó); pasaron
22 años desde su descubrimiento; y aquí aún no
sabe en qué condiciones se encuentra. Son varios los hombres
que podrían haber muerto sobre o cerca de las playas de isla
Soledad, aunque al final de la guerra ya se hablaba de la caída
en la zona de un Canberra y de dos A4-B Skyhawk.
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