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22/04/08 |
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Para que se entienda: La Constitución Europea | ||
La Constitución de Europa sigue vigente y si es real, aunque bajo el nombre de "Tratado de Lisboa" sigue comprendiendo el anexo donde figuran las Malvinas y Antártida... Por ello, cuando exponemos y mencionamos la "nueva Constitución Europea", hacemos esa referencia, para que el lector que no está interiorizado comprenda a que nos referimos, ya que en sí, en la práctica es la misma problemática: Las Malvinas y la Antártida figuran en la norma que entrará en vigencia en toda Europa el año próximo. Para que se entienda En 2005 varios países europeos que conforman la Unión, como Francia y Holanda, a través de un referéndum votaron en contra de la Constitución de Europa, impidiendo así, su vigencia. Sin embargo, el año pasado, exactamente el 13 de diciembre, los 27 países miembros de la Unión, acordaron aprobar vía parlamentaria (con excepción de Irlanda) el Tratado de Lisboa, que con algunas variantes, es idéntica a la Constitución de Europa que se intentó implementar. Para el caso que nos importa, el Tratado de Lisboa, sigue anexando a Malvinas y Antártida tal cual estaba en la Constitución anterior. Es decir, se llame Constitución o se llame Tratado, para nosotros es lo mismo, pues sigue incluyendo a Malvinas y Antártida de la misma forma. Son denominados territorios de ultramar y dichos territorios se verán beneficiados al entrar en vigencia el nuevo tratado. No protestar formalmente, sería delegar o renunciar en cierta forma a la soberanía de dichos territorios. Porque el derecho internacional no se rige en base a declaraciones o comunicados estériles. No se basa en protestas antiguas. Se basa en insistir continuamente. Cancillería Argentina hace creer que con un discurso o una declaración de hace tres años, está todo solucionado. La única forma de obtener un apoyo o plantear el problema para evitar confusiones sobre si Argentina protestó o no sobre el tema de la Constitución, es obteniendo una resolución en la ONU que apoye el reclamo argentino, y eso nunca ha pasado. Podrán decir que Kirchner habló en la ONU en 2005, que se hizo una protesta al Reino Unido hace más de tres años, pero nunca se ha intentado obtener la resolución favorable. Es más, solo hay silencio y no existe una política de defensa de soberanía. ¿Por qué callar y escudarse en un discurso de hace tres años cuando se puede hacer mucho más que eso? Actualidad de la Constitución europea Por Enrique Barón Crespo (eurodiputado). Los 27 líderes de los Estados miembros de la UE escucharon, el 13 de diciembre de 2007, en pie y respetuoso silencio el himno europeo. Después firmaron, bajo la bandera de las doce estrellas, el Tratado que lleva el nombre de la capital portuguesa y rescata buena parte de la Constitución Europea. Con este unánime gesto público los jefes de Estado y de Gobierno expresaban su adhesión a los símbolos que ellos mismos habían excluido del texto, so pretexto de calmar temores. El Tratado emprendió el proceso de ratificación, difícil carrera de obstáculos con meta el 1 de enero de 2009. Hasta ahora, lo han ratificado nueve países: siete nuevos (Hungría, Malta, Rumania, Eslovenia, Bulgaria, Eslovaquia y Polonia), más Austria y Francia. Parece que el espíritu comunitario vuelve a ser juvenil. En varios países se ha planteado la propuesta de aprobar por referéndum el Tratado de Lisboa, normalmente por los oponentes del mismo. En Francia, por algunos de los defensores de un no imposible de capitalizar; en Polonia como recurso frente al chantaje euroescéptico, y en el Reino Unido, donde los conservadores defienden un referéndum contra el Tratado mientras que los liberales proponen otro para saber si los británicos se quieren quedar en Europa. Hasta ahora sólo está previsto celebrar un referéndum en Irlanda por razones constitucionales. En el Parlamento Europeo, los extremistas de ambos lados defienden el referéndum como único método democrático con el argumento de que da la palabra al pueblo y lo demás son conspiraciones a sus espaldas. Denuncian la norma constitucional general de ratificación parlamentaria como un cambalache. Evidentemente, no plantean examinar el contenido del Tratado ni piden un referéndum europeo; su objetivo es conseguir un no en un país que lo bloquee. Por ello no hablan nunca de los sí que recibió el Tratado Constitucional, sólo existen los no; ni tampoco vale que sumados los votos ciudadanos en las cuatro consultas que se celebraron superaran a los negativos. Curiosa concepción del derecho a decidir: hay que tirar el dado hasta que salga el resultado que le gusta a uno, lo demás no vale.
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