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En algunos casos podemos conocer la historia de nuestros héroes durante la Guerra de Malvinas, en otros no las conoceremos jamás. Murieron combatiendo por la Patria Argentina. Dieron lo que pocos dan. Esta historia la conocí de casualidad, cuando un día ingreso a una oficina y me atiende un muchacho mas joven que yo. Las paredes estaban llenas de recuerdos de su intervención heroica en el Monte Longdom, perteneciendo al Regimiento de Infantería Mecanizado “7”.Recibió el Premio “Medalla de Oro al Herido en Combate” y otros premios muy significativos. Todo esto no cuenta para Gustavo Luzzardo.Como el bien dice, hay otros, desconocidos que allá en tierras inhóspitas dejaron su vida por la Patria Argentina. Resolvió escribir un libro titulado “Herido en Combate” con la ayuda de su amigo Jose María Sanpedro Escribir el libro fue casi volver al “infierno” nos dice el autor, pero sostiene que después de lo vivido debe trabajar en este mundo por la paz y la reconciliación.”La guerra” es la peor plaga de la humanidad y vale todo, estando allí la Convención de Ginebra es una gran utopía, los fusilamientos y torturas una realidad. Lo triste de toda esta historia es que al volver al Continente “nos dimos cuenta” que los argentinos durante la Guerra estaban mas pendientes del mundial de fútbol, que de la gesta de Malvinas.Critica y con bastante razón el aire de triunfalismo y luego la discriminación entre oficiales y suboficiales después de la caída del Gobierno Militar.Politicamente no convenía hablar de los militares. Comenta que su sueño es contribuir a la reconciliación de los países beligerantes.

Pasaron los años, tanto para el autor, para su Jefe el “Teniente Castañeda” -actualmente con el Grado de Coronel, que decidimos con mi amigo Alberto Asseff, justamente un dos de abril de hace dos años. volverlos a reunir. La edad de uno y del otro no era muy grande. Castañeda solo cuatro años mayor. Lo escrito por el soldado Gustavo sobre su Jefe es realmente emocionante. Una descripción de sus valores como soldado que tomamos la firme decisión de tenerlos juntos, frente a un importante auditorio, de unas cuatrocientas personas.”Me hablaba con vos de padre” decía Luzzardo de quien como les cuento solo tenía cuatro años mas. La tranquilidad que Castañeda transmitía a sus soldados tranquilizaba a la tropa, “siempre contagiándonos su calma y su valor” “Me hablaba como un amigo””Castañeda siempre al frente””Contagiaba bravura y un patriotismo encendido”Pasaron los años. Se volvieron a encontrar como si no hubiera pasado un solo instante de aquellos tiempos difíciles y de mucho dolor.

Quien ahora es el Coronel Castañeda con misma calma que nos señala Luzzardo explico a todos los presentes. “Hay héroes conocidos y otros desconocidos” Se estrecharon en un fuerte y prolongado abrazo. Los que allí estábamos presentes no dejábamos de aplaudir y algunos lloraban hasta el cansancio. Casteñada no se canso de aclarar, a nosotros nos conocen pero les recuerdo a los muchos que allá quedaron, muchos que caminan por las calles y nadie los reconoce.

Ambos humildad y grandeza. Ambos dos héroes que hemos querido recordar. En nombre de ellos todo nuestro agradecimiento a los valientes hombres fue fueron a ofrendar su vida por la Patria Argentina.

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