A 25 años me pregunto como tantos argentinos ¿qué fue Malvinas? ¿Cómo fue Malvinas? ¿Por qué fue Malvinas? ¿dónde fue Malvinas?

No encuentro respuesta a este interrogante, porque Malvina pertenece a las cosas increadas, a las cosas sublimadas, a las cosas sin principio ni fin, a las cosas inmortales, a las que, al nombrarse honran todas las palabras entre los fieles y los infieles, entre los vivos y los muertos, ente los justos y los traidores, entre los santos y los héroes.

Por eso se sostiene Malvinas. Por eso, a 25 años, es la Gran Causa, la Causa de Malvinas.

Es la Causa que ya dejó atrás los comentarios y las calumnias, los oportunismos, las traiciones, las bajas pasiones, las ofensas, la cobardía, el hambre, el frío, el miedo. Todas las miserias humanas que aparecen en la guerra.

Es la Causa que engloba a todos los argentinos, aunque no la comprendan ni la quieran.

Es la Causa que no olvida el dolor y el sacrificio, pero que los hunde en las entrañas, y así su fulgor enceguecedor deslumbra las almas que la aman.

Es la Causa Malvinas respetada y temidas por el enemigo que busca por todos los medios destruirla valiéndose de las circunstancias que los mismos argentinos le proporcionamos con nuestra indiferencia y apatía, siendo así que declaraciones, películas, documentales, visitas de los más encumbrados personajes del imperio usurpador, se instalan en los medios de comunicación para penetrarla y corromperla.

Es la Causa que se enarbola en los discursos de bancada, que despierta aplausos en …. complacientes, que se politiza cuando conviene y se oculta cuando se violan las instituciones, los poderes y las leyes.

Es la Causa Malvinas que entre la inseguridad, la corrupción, el odio, la venganza, aparece pura, magnífica en su inocencia, romántica en su dolor, con sus luces y sus sombras, con sus muertos y sus vivos, con su justicia y su verdad.

Es la Causa, ese conglomerado apretado de orgullo y honor; ese proceso interior que va limpiando las pasiones hasta convertirlas en recuerdos, que recién ahora, al cabo de 25 años, afloran de los corazones, las heridas y los labios de los que la vivieron, para ejemplo y paradigma de la Historia pasada, presente y futura. Es la Causa Malvinas hundida en el fondo del mar, rompiendo los viento con sus alas, enterrada en la turba helada, refugiada en la Cruz que desde Darwin, barrera infranqueable entre su mar, su cielo, su tierra, domina, escucha, espera…

Es la Causa Malvinas dueña y señora de las Islas, que nunca más serán llamadas irredentas, porque hace 25 años, un 2 de Abril como este y como todos los que vendrán, un soldado, un hombre, un argentino dio su sangre para redimirlas de una vez para siempre.

Es la causa desmalvinizada por políticas seudodemocráticas, acaparadoras de poder, por las instituciones achatadas por la codicia, la envidia, la obsecuencia, por los comunicadores acomodaticios y mentirosos; por las vacuas expresiones diplomáticas con anuncios espectaculares que terminan cuando empiezan, por los “Iluminados por el fuego”, por los “Chicos de la guerra”, por “la guerra de mami”, por los ….

Esa la Causa desmalvinizada, hoy a un cuarto de siglo se trueca en la “Causa Remalvinizada”, de adentro hacia fuera, de abajo hacia arriba, sin tiempos, sin gritos, en familia, en colegios, en claustros, en pueblo y ciudades, en silencio continua vigilia. Sola por su propia Verdad, por su propia justicia, por su propia sangre.

Sola en la Grandeza de su soledad para darnos la respuesta ¿qué fue? ¿dónde, cómo, por qué fue?

Fue es y será un misterio, un secreto, una mística. La Causa Malvinas fue, es y será ¡La Patria!.

Autora: María Delicia Rearte de Giachino

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