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Envía esta noticia a un amigo | 16/04/2010 |
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Malvinas: la batalla de los submarinos | |||||||||
“MALVINAS,
LA ÚLTIMA GUERRA”: LA BATALLA DE LOS SUBMARINOS
Por Osvaldo Jorge Palacio (*) Las Marinas modernas del mundo fortalecen su sistema subacuático
para defensa y protección de sus territorios. Nuestro país,
lamentablemente se quedó en el tiempo y jamás se recuperará.
Nadie imaginaba que lejos de allí, en las profundidades del
mar austral tendría lugar un capítulo de la guerra submarina
con Gran Bretaña. Los argentinos, estuvimos cerca de comprometer
el desarrollo de la operación inglesa en el Atlántico
Sur. Pero la precariedad instrumental nos jugó en contra. Con la llegada de los Guppy en 1971, Argentina dio un paso fundamental
en el fortalecimiento de su fuerza. Por primera vez se contó
con submarinos y no sumergibles, se incorporó el snorkel, que
es básicamente un tubo que permite tomar aire de la superficie
para así poder conectar los motores diesel bajo el agua y recargar
las baterías sin salir a la vulnerabilidad de la superficie. Si bien se montaron sobre cascos de submarinos de la clase “Balao”,
se les introdujo toda la tecnología que le habían copiado
a los U alemanes, eran unos verdaderos fierros irrompibles confiables
y seguros. De esta manera, sólo quedaron a flote el “San Luis”,
y el veterano, “Santa Fe”, para enfrentarse con la poderosa
flota británica. El "San Luis", construido en 1969
en el Astillero Howaldtswerke - Deutsche Werft de Alemania, y se incorporó
a la Fuerza en 1974, y por su actuación en la Guerra de Malvinas,
fue distinguido con la medalla al “Valor en Combate”, ya
que logró burlar el bloqueo de la flota británica. Días después siendo prisionero de guerra muere “asesinado”
el Suboficial Félix Artuso. En la vela se encontraban de guardia
Feldman y Muraciole, estos tripulantes junto con Ghiglione, Mareco,
Macias, Silva y Bustamante se armaron voluntariamente con los fusiles
FAL de dotación y comenzaron a repeler el ataque. Esta acción
les negó a los helicópteros la vertical del buque y sólo
les permitió disparar con sus armas livianas de abordo. Un dato interesante: En 1978, la empresa “Varta Argentina”, de la ciudad de Merlo, provincia de Buenos Aires, con el asesoramiento naval reprodujo una batería del glorioso “Santa Fe” y se llevó a cabo su reposición en los Diques de Puerto Belgrano. Se seccionó y se soldó el casco, con mayor calidad y resistencia que el que poseían los submarinos americanos y sin aplicar restricciones al plano de profundidad. Conclusión no solo se reparó el “Santa Fe”, sino que se obtuvo una licitación internacional y se reparó al submarino Venezolano “Picua”. Esta situación no fue para nada digerida por los norteamericanos, que empezaron a presionar a nuestro país por todos lados. El “Santa Fe” zarpó el 27 de marzo de 1982 y trasladaba
a trece buzos tácticos. Cumplió con su misión desembarco
su gente en Malvinas y fue de los primeros en llegar. Los Comados debían
capturar el Faro “San Felipe”, en Cabo Pembroke, en Malvinas,
y demarcar la playa para el desembarco de los vehículos anfibios.
El 12 de abril, el “San Luis” navegaba hacia el norte de
las islas, pero fuera de la Zona de Exclusión y el “Santa
Fe” se alistaba para una patrulla de sesenta días. Ya sin posibilidades de acción, los tripulantes del submarino
abrieron disimuladamente válvulas y escotillas de la nave, provocando
su hundimiento. El “Santa Fe”, manteniendo su gloria, quedó
inutilizable. La Guerra Antisubmarina es fundamentalmente una contramedida, una reacción
planeada y deliberada. La ventaja más importante del submarino
sobre el buque de superficie en su capacidad para eludir la detección.
Esta capacidad por si sola es tan importante, especialmente en la era
de los radares, aviones patrulleros y satélites, muchos expertos
piensan que el submarino es un arma dominante en cualquier conflicto. El ocho de mayo efectuó un nuevo ataque sobre un blanco apreciado
como submarino, con fuerte explosión en el azimut del lanzamiento,
sin poder dilucidar los efectos. Finalmente el 10 de mayo efectúa
un tercer ataque con dos SST-4 sobre un blanco, también clasificado
como destructor fragata, pero sin sufrir un posterior contraataque.
El 11 de mayo recibió la orden de regreso a su base de operaciones,
que cumplió sin novedad. El 19 de mayo ingresó a la Base
Naval de Puerto Belgrano, luego de 39 días de patrulla y 864
horas de inmersión. Esa misión de los submarinos nunca fue descubierta por Argentina,
reveló el alto oficial naval británico, Sir Tim McClement,
segundo en el mando del "HMS Conqueror", el mismo que hundió
al crucero General Belgrano. Reconocen intento de incursionar en territorio
nacional para destruir la base de aviones de Río Grande. McClement
escribió un artículo con esa información para una
publicación especial de la Marina Real, titulada "Royal
Navy, A Global Force. La amenaza de los bombarderos argentinos Skyhawk, armados con bombas
de 1.500 libras y 2.000 libras, y sus Super Etendarts, con misiles Exocet,
planteaban el mayor peligro para la marina británica, principalmente
porque la Royal Navy carecía de sistemas apropiados de advertencia
temprana. La presencia de los cinco submarinos nucleares, "HMS Conqueror",
"HMS Splendid", "HMS Spartan", "HMS Courageous"
y "HMS Valiant" y uno convencional, el "HMS Onyx",
fue la solución, tras el fracaso de un plan para atacar una de
las principales bases aéreas de Argentina y destruir los Skyhawks. Sin embargo, los cinco submarinos nucleares tomaron posición
en el límite de 12 millas de Argentina para dar la alerta, lo
que permitió la destrucción de varios bombarderos argentinos
y obligó a otros a regresar a sus bases, lo que fue clave para
la derrota de las fuerzas argentinas, concluyó el vicealmirante. Probablemente ahora, esto del envío al Atlántico Sur de un submarino nuclear sea nada más que un bluf, ya que nadie duda que Argentina, aunque firme en el reclamo, tiene muy claro que el camino de la recuperación de las islas no pasa por una guerra. No habría correspondencia entre las acciones diplomáticas y las presiones económicas, totalmente legítimas y legales, que lleva adelante nuestro país, con la actitud amenazante de los británicos de colocar a un submarino nuclear a poca distancia de nuestras costas. El mayor respaldo internacional que la Argentina ha conseguido en los últimos tiempos a la causa Malvinas hace pensar que no hay márgenes para que los países del mundo admitan tal medida de los ingleses. Con el arma Submarina, cualquier país en serio, se una inmensa
posibilidad de aportar condiciones y de crear situaciones muy favorables,
para que la Fuerza de Superficie o los componentes Aéreos puedan
realizar su misión con mucho mayor éxito. “Los oídos
debajo del mar”, alcanzan a detectar 60 - 70 u 80 veces más
lejos de lo que pueden hacer los ojos del vigía de un buque y
aún las ondas del radar, desarrollando así una labor importante
de disuasión. Material de consulta y fuentes: Archivos personales.
Relatos del Capitán de Corbeta, Horacio Bicain, comandante del
submarino "Santa Fe" en 1982. Material de consulta y fuentes: Poder Naval. Revisión de un
artículo del colega Alberto Amato, diario ”Clarín”.
Nota periodística al actual Almirante Alejandro Maegli, durante
el conflicto oficial subalterno del “San Luis”. Grupo de
Investigaciones de Defensa. Publicación: “Submarinos de
la Armada Argentina (1933-2000)” - Ricardo Burzaco - Eugenio B
Ediciones. Libro: “Submarinos Argentinos” por Martín
Ignacio Otero. Comunidad Submarinistica Latinoamericana. Artículo
Submarinos y Recursos. Submarinos nucleares en primera línea
de la defensa británica en Malvinas. AFP, Londres, Reino Unido.
Asesoramiento, Capitán de Fragata (RE) Osvaldo Goñi. * Osvaldo Jorge Palacio, VGM, periodista, Corresponsal de Guerra
del Ejercito Argentino (mail: palacios@delabu.com.ar) |
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