El Canciller Jorge Taiana, en sintonía con la presidente, no dice la verdad sobre la realidad del Atlántico Sur argentino. ¿Ignorancia o traición?

El funcionario anunció que "la Argentina está reiterando por enésima vez su protesta por la entrada en vigencia hoy (ayer) del Tratado de Lisboa", una especie de Constitución de la Unión Europea que incluye a las islas Malvinas como parte de su territorio. En una rueda de prensa y ante una consulta de Télam, Taiana informó que "hoy mismo vamos a presentar esa protesta en la sede de la Unión Europea, en Bruselas, Bélgica, y en las capitales de los países de la UE".

De todos modos el canciller expresó su satisfacción por "el apoyo de los jefes de Estado de la Cumbre Iberoamericana al reclamo argentino de soberanía sobre las islas Malvinas". Y señaló que el "Reino Unido se niega a sentarse en una negociación" sobre soberanía. "Lo que quiero destacar es el apoyo que han dado a este documento los jefes de Estado iberoamericanos como ya ha ocurrido otras veces, pero me parece importante que se reitere", enfatizó.

Señaló que "esto demuestra que aunque muy lentamente, continuamos avanzando en la creación de condiciones para que se lleve de nuevo al Reino Unido a la mesa para discutir la soberanía con Argentina".

En el mundo del Canciller Taiana, parece que la soberanía por Malvinas se va a resolver por simples adhesiones de palabra o protestas formales una vez al año.

Mientras se habla de defender Malvinas, en los hechos se concede a los británicos explotar económicamente dos tercios del Atlántico Sur argentino, desde el Mar Argentino a la altura de Chubut hasta la Antártida, incluyendo las aguas de Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.

Aquí no se critica solamente la postura pasiva que ha tomado este gobierno respecto a la cuestión Malvinas, sino que se critica la postura de Cancillería desde los años de Alfonsín a la fecha, que siempre ha trabajado sobre una misma sintonía: pasividad y entrega.

Se le concede a los ingleses ocupar un territorio 23 veces más grande que las Islas Malvinas en el Atlántico Sur argentino, usurpando así, casi un millón de kilómetros cuadrados, sin más derecho que los actos permisivos por parte de los gobiernos de los Kirchner, Alfonsín y Ménem, donde cada uno le ha concedido a Gran Bretaña, territorios argentinos a cambio de nada. Pues recordemos que en 1982 solamente se peleó por las Islas Malvinas.

Ahora resulta que una persona que ni siquiera domina dos idiomas, y que ha llegado a ser Canciller por su oscuro prontuario de los años 70, pretenda saber de derecho internacional y de un conflicto tan complejo como Malvinas. Taiana no es abogado, pero quiere aparentar conocer no solo el derecho nacional, sino también el internacional. Quizá sus años de estudio en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA lo hayan dotado de cierta experiencia en sociología, pero de nada sirve si se pretende ser un diplomático que represente al país.

Con todo respeto, un puesto de vital importancia para la Patria, no puede ser ejercido por un personaje que no conozca el derecho.

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