El 13 de mayo
de este año marcó el plazo para que los “Estados
presenten las reivindicaciones de sus derechos en lo que algunos expertos
describen como la última repartija de territorio marítimo
en la historia”...
Rick Rozoff
Global Research/ Stop Nato
Traducción del inglés para Rebelión
por Germán Leyens
El Ártico y la Antártica son las últimas vastas
reservas inexplotadas de recursos minerales del planeta. [1]
Si se formaliza la expansión del territorio de Australia, llevará
a la desestabilización de la operación de mecanismos legales
internacionales, que ya han sido seriamente afectados por la proclamación
de la independencia de Kosovo.
Peor aún, abrirá la puerta a una re-división del
mundo en gran escala. El precedente del Polo Sur podría ser aplicado
al Polo Norte, lo que convertiría la lucha por los recursos del
Ártico en una guerra global, que inevitablemente involucraría
a Rusia. [2]
El 13 de mayo de este año marcó el plazo para que los
“Estados presenten las reivindicaciones de sus derechos en lo
que algunos expertos describen como la última repartija de territorio
marítimo en la historia,” informó Reuters en octubre
de 2007. [3]
En aquel entonces el Foreign Office (Ministerio de Exteriores) británico
anunció que presentaba una demanda para expandir el territorio
antártico de la nación en un millón de kilómetros
cuadrados y que también presentaría “otras cuatro
demandas… por territorio del lecho marino atlántico alrededor
de las Georgias del Sur y las Islas Malvinas (Falkland) y también
alrededor de la Isla Ascensión en el Sur del Atlántico,
cerca de la Bahía de Vizcaya en el Norte del Atlántico,
y en la cuenca Hatton-Rockall frente a las costas de Escocia.”
[4]
Antes de 1962, el Territorio Antártico británico era una
dependencia de las Islas Malvinas y también incluía a
las Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
El 31 de marzo de este año, Gran Bretaña hizo una presentación
parcial a la Comisión de Naciones Unidas sobre los Límites
de la Plataforma Continental respecto al área Hatton-Rockall
en el Noreste del Atlántico (Rockall es una minúscula
isla escarpada, pero tiene una importancia estratégica fuera
de proporción con su tamaño) que provee al país
su única pretensión de derecho a la plataforma ártica
que según cálculos contiene un quinto del petróleo
no descubierto del mundo y casi un tercio del gas natural no descubierto.
Londres inició conversaciones con Islandia, Irlanda y Dinamarca
(en su calidad de dueña de las Islas Feroe) para utilizar en
conjunto Rockall a fin de penetrar el Ártico en la inminente
pugna por sus recursos, un tema que ha sido explorado extensivamente
en otro estudio de esta serie. [5]
En una acción paralela pero mucho mayor, Gran Bretaña
presentó este 11 de mayo su reivindicación de derecho
a la Comisión de Naciones Unidas sobre los Límites de
la Plataforma Continental por el millón de kilómetros
cuadrados que codicia en el Atlántico Sur, alcanzando dentro
del Océano Antártico.
Fue la formalización de planes revelados inicialmente en octubre
de 2007 y descritos en un informe de prensa de esos días como
un plan para “extender la soberanía británica en
la Antártica,” una zona que “cubre un área
vasta del lecho marino alrededor de la Antártica británica
cerca del Polo Sur.” [6]
De inmediato, naciones mucho más cercanas a la Antártica,
y como tales con mejores derechos a su territorio, sobre todo Argentina,
presentaron quejas de que “La demanda británica…
está en conflicto con el Tratado Antártico de 1959, firmado
por Gran Bretaña, que impide toda explotación de petróleo,
gas y minerales, si no es para propósitos científicos.”
[7]
La alarma también resonó en otros sitios. Poco después
del anuncio británico el People's Daily chino informó:
“El Polo Sur, un mundo de hielo y nieve, se ha convertido en un
punto álgido en los últimos años. El Ministerio
de Exteriores argentino declaró que los viceministros de exteriores
de Argentina y Chile se reunirán a principios de diciembre para
discutir el tema del Polo Sur, y para elaborar una estrategia conjunta
para boicotear las demandas soberanas británicas sobre la plataforma
continental del Polo Sur.” [8]
La misma fuente suministró los siguientes antecedentes:
“La inmensidad de tierra aparentemente árida, cubierta
de hielo, es revelada y expuesta al mundo exterior, revelando una “cuenca
de tesoros” con depósitos y reservas de energía
increíblemente abundantes… Una capa de carbón del
Período Pérmico existe en el continente, y contiene 500.000
millones de toneladas de reservas conocidas.
“La gruesa bóveda de hielo sobre la tierra alberga la mayor
reserva de agua pura del mundo; contiene aproximadamente 29,3 millones
de kilómetros cúbicos de hielo; y compone un 75% del suministro
de agua dulce de la tierra.
“Se puede decir que el Polo Sur podría alimentar a todo
el mundo con sus abundantes suministros de alimento (peces) y de agua
pura.”
Y advirtió que “el valor del Polo Sur no se limita a la
esfera económica; también reside en su posición
estratégica.
“La Guarda Costera de EE.UU. ha mantenido hace tiempo guarniciones
en la región y la Fuerza Aérea de EE.UU, [es] la potencia
aérea número uno en la región.
“El Tratado Antártico especifica que el Polo Sur sólo
puede ser explotado y desarrollado con objetivos pacíficos; y
no puede ser un campo de batalla. De otra manera, el Polo Sur cubierto
de hielo podría convertirse en un campo de batalla de un calor
atroz.” [9]
Semanas después de la declaración británica de
2007, el ministro de defensa de Chile, José Goñi y el
jefe de estado mayor de la Fuerza Aérea, Ricardo Ortega, visitaron
el Polo Sur “y declararon que el uso de la base naval Arturo Prat
sería reanudado formalmente en marzo de 2008.
“Goñi dijo que la reanudación del uso de la base
naval, junto con otras dos bases militares en la región antártica,
tiene lugar para demostrar la presencia y soberanía de Chile…”
[10]
Un periódico canadiense describió otro elemento de la
intensificada fiebre y pugna por la Antártica:
“¿Por qué sentiría alguien la necesidad de
reivindicar su derecho a territorio ante las costas de la Antártica,
una isla casi deshabitada a la que sólo llegamos hace cien años?
La motivación yace en lo profundo bajo el mar: minerales, petróleo
y gas.” [11]
En octubre de 2007, el ministerio de exteriores ruso respondió
a los planes antárticos de Gran Bretaña declarando: “Por
ser una de las naciones que hicieron las mayores contribuciones al Tratado
[Antártico] de 1959 y a los estudios de la Antártica,
este país ha trabajando consecuentemente contra la idea de dividir
la Antártica sobre la base de demandas territoriales unilaterales
y no ha reconocido estas últimas.” [12]
Una de las evaluaciones más directas del proyecto de dividir
la mayor área sin explotar del planeta provino de un periódico
escocés:
“Desde la Edad de Oro del Imperio, Gran Bretaña no había
reclamado su derecho a un área tan vasta de tierra en la escena
mundial. Y aunque el Imperio Británico desapareció hace
tiempo, la Antártica ha emergido como el último campo
de batalla para potencias rivales que compiten en diversos frentes para
conseguir territorios ricos en petróleo.” [13]
La autora del artículo citado, Tanya Thompson, continuó
caracterizando lo que está en juego.
“Gran Bretaña prepara reivindicaciones territoriales sobre
decenas de miles de kilómetros cuadrados del fondo del Océano
Atlántico alrededor de las Falkland [Malvinas] y de la isla Rockall
en la esperanza de anexar campos petrolíferos y de gas potencialmente
lucrativos.
“La reivindicación del derecho a las Falkland [Islas Malvinas]
tiene el mayor potencial para consecuencias políticas, ya que
Gran Bretaña y Argentina combatieron por las islas hace 25 años,
y se considera que el valor del petróleo bajo el mar en la región
es inmenso. Ensayos sísmicos sugieren que podría haber
60.000 millones de barriles de petróleo bajo el fondo del océano.”
“Es inevitable que explotarán el área para petróleo
y gas. Mirad lo que sucedió en las Falkland [Malvinas] en 1982.
Pero se trata de un continente deshabitado y habría una diplomacia
dura y sanciones si una guerra estuviera a punto de estallar por la
Antártica.” [14]
Con la aproximación del plazo del 13 de mayo de 2009 para someter
reivindicaciones sobre la Antártica, Rusia envió en enero
a la Antártica al explorador y miembro del parlamento, Arthur
Chilingarov, representante especial para cooperación internacional
en el Ártico y la Antártica del presidente ruso. Chilingarov
dirigió la expedición rusa que colocó la bandera
nacional en el lecho marino bajo el Polo Norte en 2007.
A la cabeza de la expedición Antártica 2009 y acompañado
por otros parlamentarios, dijo entonces: “Estamos mostrando definitivamente
a todo el mundo que tenemos planes serios para continuar con la investigación
polar.” [15]
En cuanto a Argentina, el intento de Gran Bretaña de arrogarse
formalmente un área de un millón de kilómetros
cuadrados de la Antártica fue precedido por la concesión
por el Reino Unido de una nueva constitución a las Islas Malvinas
[Falkland Islands para Gran Bretaña, N.d.T.] en noviembre pasado,
que otorga un mayor grado de autonomía nominal, confirió
a Londres poder sobre “los asuntos exteriores, defensa, seguridad
interior y la administración de justicia.” [16]
Argentina presentó una protesta, y el ministerio de exteriores
de ese país declaró: “Ese acto unilateral británico
constituye sobre todo una nueva y abierta violación de la Resolución
31/49 adoptada en 1976 por la Asamblea General de la ONU, que insta
a ambas partes en disputa (Argentina y el Reino Unido) a que se abstengan
de tomar decisiones para introducir decisiones unilaterales.”
[17]
Buenos Aires condenó la acción británica como una
“violación de la soberanía argentina y del derecho
internacional.” [18]
En enero de este año Argentina renovó sus preocupaciones
por la “anacrónica situación colonial inadecuada
para el curso y la evolución del mundo moderno.” [19]
Ante la proximidad del 13 de mayo, Argentina presentó a fines
de abril una contra-demanda basada en doce años de investigación
para cuestionar “la ilegítima ocupación británica
de los archipiélagos del sur” [20] y afirmó que
“su plataforma continental se extiende desde el continente sudamericano
y Antártico y desde un archipiélago de islas que Gran
Bretaña también reivindica.” [21]
Ambas demandas deben ser examinadas y adjudicadas por la Comisión
de Naciones Unidas sobre los Límites de la Plataforma Continental,
sobre la base del Artículo 76 de la Convención de Naciones
Unidas de la Ley sobre el Mar, pero indiscutiblemente hay más
en juego que los pormenores legales. La disputa es por el control de
vastos recursos naturales incluidos los hidrocarburos, incalculable
riqueza mineral, el mayor suministro de agua pura del mundo y derechos
de pesca, así como posicionamiento geoestratégico, incluidos
objetivos militares.
Y el interés intensificado que muestran por la Antártica
no sólo Gran Bretaña, sino su antiguo apéndice
colonial, Australia, que será examinado más adelante,
no es sólo un caso aislado de lucha agresiva si no ilegal por
energía estratégica e intereses económicos en el
exterior a costa de otros – todos los demás – sino
parte de un modelo acelerado de las principales potencias occidentales
y sus puestos avanzados militares por conseguir el control de los recursos
del mundo, y a un ritmo vertiginoso.
La misma campaña occidental, actuando en diversas coaliciones
ad hoc o antiguas, pero especialmente en el condominio militar colectivo
que es la OTAN, es realizada en el Círculo Ártico [22],
el Golfo Pérsico [23], la cuenca del Mar Caspio [24] y el continente
africano, particularmente en el Golfo de Guinea [25]
En el Océano Antártico, no se limita a las audaces maniobras
de Gran Bretaña, que jamás hubieran sido intentadas sin
la complicidad de sus aliados, sino a una acción poco percibida
y de la misma gran escala y carencia de precedentes, por parte de Australia.
En abril del año pasado, la Comisión de la ONU sobre los
Límites de la Plataforma Continental – a través
de quién sabe qué combinación de docilidad ante
los pocos escogidos y negligencia internacional – otorgó
a Australia 2,5 millones más de kilómetros cuadrados en
el Océano Antártico de modo que el territorio de la nación,
en boca del Ministro de Recursos Martin Ferguson “expandió
un área cinco veces el tamaño de Francia,” lo que
“potencialmente podría asegurar una “bonanza”
en reservas de petróleo y gas bajo el mar.”
“La decisión otorga a Australia derechos a lo que existe
sobre y bajo el lecho del mar, incluyendo reservas de petróleo
y gas y recursos biológicos potencialmente lucrativos.”
[26]
La expansión de las fronteras del lecho marino de Australia incluyó
la meseta Kerguelen alrededor de las islas Heard y McDonald que se extiende
hacia el sur hasta la Antártica. Como tal, Australia se convierte
en la primera nación a la que se le otorgan derechos de propiedad
exclusivas en el océano.
Refiriéndose a la secesión de Kosovo de Serbia organizada
por Occidente dos meses antes, Dmitry Yevstafyev del Centro de Estudios
Políticos en Moscú pronunció esta grave advertencia:
“Este precedente es mucho más peligroso que la independencia
de Kosovo. Me sorprende que las autoridades rusas hayan guardado silencio
al respecto. Tienen que declarar que es una decisión ilegal que
crea un precedente peligroso, y exigir que el Secretario General de
la ONU explique el razonamiento existente tras esa decisión.”
“Si se formaliza la expansión del territorio de Australia,
se desestabilizará la operación de mecanismos legales
internacionales que ya han sido seriamente afectados por la proclamación
de la independencia de Kosovo.
“Peor todavía, se abrirá la puerta para una re-división
en gran escala del mundo. El precedente del Polo Sur podría ser
aplicado al Polo Norte, lo que convertirá la lucha por los recursos
del Ártico en una guerra global, que inevitablemente involucrará
a Rusia.” [27]
El Tratado Antártico de 1959 estipula que: “ningún
acto o actividad que tenga lugar mientras el presente Tratado esté
en vigencia constituirá una base para afirmar, apoyar o negar
una reivindicación de soberanía territorial en la Antártica
o crear algún derecho de soberanía en la Antártica.”
El jefe adjunto de la expedición rusa a la Antártica,
Vladimir Kuchin, dijo en aquel entonces que “El Tratado Antártico
no reconoce ninguna reivindicación de derechos, y la ONU no posee
ningún territorio y por lo tanto no puede aprobar expansiones
territoriales.” [28]
Un año después, Australia dio a conocer su mayor crecimiento
militar desde la Segunda Guerra Mundial, que proyecta un aumento de
72.000 millones de dólares en gastos militares y la adquisición
de doce submarinos “hunter-killer”, tres nuevos destructores
interceptores de misiles, todos equipados con misiles crucero Tomahawk
con un alcance de 2.200 kilómetros, y 100 F-35 Lightning Joint
Strike Fighters estadounidenses. [29]
Esa nueva maquinaria bélica contará ahora con otros 2,5
millones de kilómetros cuadrados para desplegarse y maniobrar,
sobre del Océano Antártico, que según estipula
el Tratado Antártico debe mantenerse libre de equipamiento y
armamento militares.
El Tratado declara que “es de interés para toda la humanidad
que la Antártica siga siendo utilizada para siempre exclusivamente
para propósitos pacíficos y no se convertirá en
la escena o en objeto de discordia internacional” y que “la
Antártica será utilizada sólo para propósitos
pacíficos. Allí estarán prohibidas, entre otras,
cualesquiera medidas de naturaleza militar, como ser el establecimiento
de bases y fortificaciones militares, la realización de maniobras
militares, así como el ensayo de todo tipo de armas.” [30]
Australia masivamente militarizada tendrá libertad para deambular
por el expandido y autoproclamado Territorio Antártico Australiano,
reconocido sólo por Australia y Gran Bretaña, Francia,
Nueva Zelanda y Noruega de entre las 192 naciones del mundo.
Como lo formuló un escritor del Reino Unido hace más de
año y medio: “Los días del imperialismo británico
podrán haber quedado atrás, pero los críticos temen
que estemos tratando de forjar un nuevo imperio, con serias implicaciones
políticas.” [31]
Y lo que se refiere a Gran Bretaña se aplica con fuerza comparable
a sus aliados en Europa, Norteamérica y el Sur del Pacífico.
Con el fin de la Guerra Fría hace casi veinte años cualquier
punto de la tierra que había escapado a 500 años de colonialismo
europeo y a sus sucesores neocolonialistas europeos y estadounidense
se ha convertido ahora en blanco legítimo para la avaricia y
la agresión de Occidente. El extremo sur del mundo no es una
excepción.
Notas
1) Radio Free Europe/Radio Liberty, 27 de julio de 2007
2) Russian Information Agency Novosti, 24 de abril de 2008
3) Reuters, 7 de octubre de 2007
4) Ibíd.
6) People's Daily, 4 de diciembre de 2007
5) Stop NATO, 2 de febrero de 2009
NATO's, Pentagon's New Strategic Battleground: The Arctic
http://groups.yahoo.com/group/stopnato/message/37104
6) Reuters, 7 de octubre de 2007
7) Ibíd.
8) People's Daily, 4 de diciembre de 2007
9) Ibíd.
10) Xinhua News Agency. November 3, 2007
11) Toronto Star, November 18, 2007
12) Interfax, October 31, 2007
13) The Scotsman, October 23, 2007
14) Ibíd.
15) Russian Information Agency Novosti, 15 de enero de 2009
16) Associated Press, 7 de noviembre de 2008
17) Xinhua News Agency, 7 de noviembre de 2008
18) Associated Press, 7 de noviembre de 2008
19) Xinhua News Agency, 3 de enero de 2009
20) The Guardian, viernes 24 de abril de 2009
21) The Telegraph, 24 de abril de 2009
22) Stop NATO, 2 de febrero de 2009
NATO's, Pentagon's New Strategic Battleground: The Arctic
http://groups.yahoo.com/group/stopnato/message/37104
23) Global Research, 7 de febrero de 2009
NATO In The Persian Gulf: From Third World War To Istanbul Cooperation
Initiative
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=12190
24) Global Research, 4 de marzo de 2009
NATO Bases From the Balkans To the Chinese Border
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=12554
25) Stop NATO, 22 de enero de 2009
Global Energy War: Washington's New Kissinger's African Plans
http://groups.yahoo.com/group/stopnato/message/36874
26) Agence France-Presse, 21 de abril de 2008
27) Russian Information Agency Novosti, 24 de abril de 2008
28) Ibíd.
29) Global Research, 6 de mayo de 2009
Australian Military Buildup And The Rise Of Asian NATO
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=13523
30) http://www.nsf.gov/od/opp/antarct/anttrty.jsp
31) The Scotsman, 23 de octubre de 2007
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=13639
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