Andrea Mastrovicenzo ganó ayer el Maratón de las islas. El ex combatiente y triatleta Marcelo Vallejo fue 4° en la general, siguiendo al argentino Marcelo De Bernardis (3°)...

(Clarín).- Por sus pendientes, fuertes vientos y un clima inestable, se la considera una de las maratones más desafiantes. Eso no fue impedimento para que cinco argentinos, tres de ellos ex combatientes, se anotaran y participaran, ayer, de la quinta edición de la Stanley Marathon, en las Islas Malvinas. Y que Andrea Mastrovincenzo (35), la única mujer del grupo local, ganara en la categoría damas, desgarrada.

"Estamos muy felices", relató el maratonista porteño Marcelo De Bernardis (42) a Clarín. Y detalló los resultados como un experto locutor: "Andrea Mastrovincenzo tardó 3:12:29. Marcelo Vallejo (47), ex combatiente de la guerra iniciada el 2 de abril de 1982, entró cuarto en la general con 3:03. Y los también veteranos de guerra Esteban Pino (46) y German Estrada (46), concluyeron sus maratones y fueron finisher de la preciada medalla". Mientras que De Bernardis obtuvo el tercer puesto con un tiempo de dos horas y 57 minutos. El deportista había logrado el mismo lugar el año pasado, cuando llegó tercero entre 34 particpantes, 33 de ellos británicos.

Ayer, el viento no dio tregua a los corredores que recorrieron los 42.195 kilómetros de la maratón fiscalizada más autral del mundo, con ráfagas de 40 kilómetros por horas que pegaban de manera incesante en la cara. "El viento era fuertisimo, y se hacía sentir mucho más aún en las afueras de la ciudad de Stanley", recordó De Bernardis, quien fue el primer argentino en correr la carrera en 2008.

Entre los participantes de todo el planeta, los cinco argentinos se distinguieron. Y mientras se preparaban para asistir a la ceremonia de premiación, ya se anticipaban al festejo que harán el 23 de marzo, cuando regresen a Buenos Aires.

Si bien se mostraron satisfechos con los resultados, los corredores no lograron uno de sus objetivos más ambiciosos, que habían confiado hace unos días a Clarin: "nos gustaría mandarnos un sub 3, que significa ganarla en menos de tres horas". Sólo De Bernardis cumplió con lo prometido, aunque el resto siguió por una escasa diferencia de segundos.

"Si vos hacés 2 horas con 59 minutos y 59 segundos, aplausos y el mundo rendido a tus pies", habían contado, según la estrategia del checo Emil Zatopek, conocido como la Locomotora Humana. Los cinco se habían planteado el maratón como "una carrera de 12 kilómetros que empieza en el kilómetro 30". Asesorados por Mastrovincenzo, una atleta de elite que supervisó el demandante entrenamiento previo en las sierras de Tandil, intentaron mantenerse unidos, y dos lograron los preciados puestos.

Para los tres ex combatientes que regresaron, después de 27 años, al lugar donde pelearon, la prueba fue un doble desafío; a las exigencias físicas, se sumaron los recuerdos. Según De Bernardis "el recorrido es tremendo" y, por su experiencia previa, le había parecido "imposible" olvidarse de la guerra.

Además de subir al podio, los ganadores (Mastrovincenzo y De Bernardis) se llevaron los premios de 1.100 y 350 libras, que equivale a $5.698 y $1.813. Los organizadores de la maratón donarán todo el dinero recaudado a Seeing Is Believing, un programa destinado a ayudar a que un millón de personas ciegas recuperen la vista.

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