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Fuente: IAR Noticias | 29/09/08 |
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El Imperio del dólar en crisis | ||
Al contrario de lo que pregonan los analistas y autoridades del sistema, el colapso económico-financiero, originado en EEUU, y que ya se proyecta a las economías centrales y periféricas a escala global, no se trata de una "falla de las normas de regulación y control financiero", sino de una reestructuración económica-financiera global impulsada por la dinámica histórica de concentración del capital en pocas manos. Por Manuel Freytas (*) Este proceso (donde se aprovechan tanto las "burbujas" como las "crisis" para generar rentabilidad capitalista) permite la consolidación de un puñado de conglomerados financieros globales "ganadores" de la crisis que se degluten a las instituciones quebradas mediante compras o fusiones forzadas. No se trata (como quieren hacer creer las autoridades del sistema) de una "crisis involuntaria" sino de un proceso inducido de acumulación capitalista a través de la especulación financiera que terminó (como efecto no deseado) impactando en las variables de la economía real con las sociedades (sobre todo las más desprotegidas) pagando el costo del nuevo proceso de acumulación capitalista. A) La red global Imaginemos al sistema capitalista "globalizado" como una gran red tejida en los cuatro puntos cardinales del planeta, desde el Este al Oeste y del polo Norte al polo Sur. Luego imaginemos las líneas (económicas-financieras-tecnológicas) de esa red convergiendo en dos puntos terminales: EEUU y Europa. Una gigantesca telaraña de más de doscientos países, con sus correspondientes sistemas económicos productivos y sociedades de consumo nivelados en un mismo marco operativo y en un mismo "programa capitalista" y convergiendo en un centro geográfico imperial: Las metrópolis imperiales (los centros comerciales-financieros) de EEUU y la Unión Europea. La existencia de esta red (fácil de comprobar investigando los sistemas económicos-productivos-financieros y los comercios exteriores de los países centrales y periféricos) se superpone a cualquier teoría macroeconómica o calificación "filosófica" a priori del sistema capitalista de la era de las computadoras. Todo lo que sucede en la red planetaria del "capitalismo globalizado" se programa y nivela planetariamente desde ese centro estratégico (la "computadora madre") desde donde se diseña y exporta (a toda la red) desde "modelos económicos", "modelos jurídicos-institucionales", "modelos militares", hasta "modelos sociales" fundamentados en la ideología de consumo capitalista. Hasta ahora, luego de la caída de la URSS y el advenimiento del "nuevo orden mundial" en la década pasada, a ese centro del dominio planetario capitalista se lo denominó "Imperio unipolar" (o reinado del Imperio del dólar), con EEUU cumpliendo el rol de "computadora madre" (servidor) y con el resto de las potencias "occidentales" acopladas como "terminales centrales" del sistema. Fue durante el proceso de reestructuración macroeconómica y financiera (destinado a abrir las fronteras del mundo al capitalismo transnacional), el cual se inició en los primeros años de la década de 1980 y culminó en 1999 (la era de la "revolución bancaria") y cuando el Congreso estadounidense adoptó el Acta de Modernización de los Servicios Financieros durante la administración Clinton, que los conglomerados gigantes de Wall Street consolidaron su dominación financiera global. De la mano de las "reformas económicas" impuestas planetariamente desde el FMI y la OMC, en la década del 90 en el mundo periférico, los mega-bancos de "inversión", las firmas de brokers, los inversores institucionales y las compañías de seguros podían "invertir" (léase depredar) libremente (exentos de impuestos) en cualquier negocio e integrar completamente sus operaciones financieras en Asia, África o América Latina. Con la llamada doctrina del "Consenso de Washington" fueron destruidos sistemáticamente los Estados nacionales y sus legislaciones protectoras en nombre del "libre mercado" y la "apertura económica". Y -de la mano de las transferencias computarizadas- nació la era del "capitalismo sin fronteras" desde la matriz del sistema financiero imperial con asiento en Wall Street. El modelo, impulsado en la década del 90 por el llamado Consenso de Washington (un foro en las sombras del lobby sionista de poder mundial), respondía a un nuevo proyecto estratégico de desarrollo y acumulación expansiva del capitalismo financiero transnacional, en la era de las comunicaciones digitales. La combinación interactiva de las redes informáticas, el sistema satelital y las telecomunicaciones, posibilitaron la era de los mercados informatizados y sin fronteras. Así nació la era de la globalización financiera. La industria del dinero especulativo en alta escala. El dinero como productor de dinero. Circulando sin barreras. El dinero como un producto en sí mismo. El dinero informático, reproduciéndose a velocidades increíbles a través de los continentes. Mediante las redes planetarias de transacciones informatizadas (realizadas al segundo y en cualquier escala) el sistema "globalizado e interactivo" del capitalismo transnacionalizado fue nivelado como "único modelo de economía" a escala planetaria. De esta manera se consumó el proceso de acumulación y concentración capitalista más asombroso de toda la historia. La llamada burbuja financiera o "exuberancia irracional" (el más alto nivel histórico de rentabilidad capitalista), con base territorial y operativa en Wall Street y en las metrópolis financieras de Europa (las terminales centrales de la red). Destruidas las redes de los "Estados nacionales", "abiertas" sus economías y desmanteladas sus empresas públicas y legislaciones protectoras comenzó la "era del libre mercado" cuyas bases fueron establecidas por la "revolución bancaria" de Clinton (y del Consenso de Washington) en la década del 90. En un ciclo de reproducción perversa del "dinero por el dinero mismo" (transferencias informatizadas a escala global) la dinámica de los grupos financieros súper-concentrados revela el predominio del capital especulativo (dinero sin fronteras) sobre el productivo, como dato más sobresaliente y distintivo de la llamada "globalización" del sistema capitalista en decadencia. Como se sabe, y lo destacan una multitud de expertos, EEUU, la locomotora del sistema capitalista "globalizado", ha sustituido a la "economía real" por la "economía bancaria", o sea, ha sustituido a la "economía de los recursos genuinos" (respaldados por la producción) por la "economía de los papeles" (acciones de deuda sin respaldo) circulando por los mercados financieros globales. A esta era siniestra de la depredación capitalista en alta escala, con base en la especulación financiera nivelada como industria a escala planetaria, se la denominó "Globalización". En términos reales la "Globalización" no fue otra cosa que la incorporación institucional de los "ex Estados nacionales" como satélites dependientes de la red económica-productiva y financiera al sistema capitalista trasnacional dominante hegemonizado por EEUU y Europa. Los "Estados nacionales" de Asia, África y América Latina fueron convertidos en "Estados transnacionales" y los países ya no tuvieron vida independiente sino dentro del modelo (la nivelación económica se complementó con la nivelación política, militar y social). De esta manera, el "Estado nacional" (del capitalismo local) fue sustituido por el "Estado privatizado" al servicio del capitalismo transnacional dentro de un modelo de política y economía nivelados por la ideología de la sociedad de consumo. Los países periféricos se convirtieron en "economías de enclave" y comenzaron a transferir (a través de la red global) enormes recursos financieros (producto de la depredación económica) a los países centrales. Estos recursos, finalmente, fueron utilizados para una segunda fase complementaria de explotación y rentabilidad capitalista en alta escala: La especulación financiera sin fronteras a escala planetaria. Y, como no podía ser de otra manera, en la década del 90, en la catedral imperial de Wall Street nació la "burbuja financiera", o el reinado de la "economía de papel". Se trató (y se trata todavía) de la máxima abstracción de la rentabilidad capitalista: La reproducción del dinero por el dinero mismo, fijando reglas y dinámicas propias por encima del sistema productivo real. En un salto cualitativo transformacional inédito, el sistema capitalista, dueño de los Estados (centrales y dependientes) y de sus sistemas económicos productivos, consumó lo que parecía imposible: La creación de una "economía de papel" sin respaldo de la economía real. B) Los dueños de la red En el tablero de la especulación y la concentración capitalista a alta escala el dinero durante las crisis financieras (como la que está sucediendo) no se evapora, solamente pasa de unas manos a otras en un mayor nivel de concentración. De acuerdo con las leyes históricas del capitalismo, para que se produzca la concentración monopólica de la riqueza, debe generarse (a través de la competencia capitalista por el mercado y la rentabilidad ) un proceso de alta circulación de dinero y de ganancias (burbuja), primero, y otro de retracción de ganancias con escasez del dinero circulante (crisis) después. A estas dos instancias rectoras se agrega, en la era de la globalización, la "regulación darwiniana" del mercado por medio de las "burbujas" (periodos expansivos) y las "crisis" (periodos depresivos), tras las cuales los grupos más poderosos y diversificados (y con mayor control político de la economía a través de los Estados capitalistas) absorben a los grupos más débiles y continúan con una nueva fase del proceso de rentabilidad y concentración de riqueza. O sea, deben haber "burbujas" y "crisis" financieras, donde unos pierden y otros ganan, y donde los monopolios más súper-concentrados del sistema capitalista se degluten y/o absorben a los menos concentrados (el pez grande se come al chico). Esta dinámica es la que ha posibilitado la existencia de bancos y trasnacionales (la mayoría abrumante con asiento en Wall Street) que facturan ganancias y tienen activos equivalentes a los presupuestos y al PBI de decenas de países juntos del llamado "mundo periférico" (los "mercados emergentes"). El actual colapso en EEUU posibilita una reestructuración del sistema financiero imperial (nivelado planetariamente) mediante compras de acciones y activos en bancarrota y oleadas de fusiones corporativas, donde el pez más grande (y diversificado) se come al chico, en una dinámica darwinista aplicada en el sector financiero. Este proceso permite la consolidación de un puñado de conglomerados financieros globales "ganadores" de la crisis que se comen a las instituciones quebradas mediante compras o fusiones forzadas. Una crisis, es antes que nada un reciclamiento del sistema: Lo que estaba en un casillero, se traslada a otro. Lo que estaba en Merrill Linch se recicló en el tablero contable de Bank Of América que compró a la entidad semiquebrada. En el actual proceso, los que ya se perfilan como "grandes ganadores" son el Bank of America (que compró a Merril Lynch y se consolida como la mayor institución financiera del mundo) y JP Morgan Chase que acaba de comprar los activos del mayor banco de ahorro y préstamo de EEUU, Washington Mutual, vendidos en subasta después de que la institución fuera intervenida por las autoridades. A su vez, las "crisis" están impulsadas por grupos que conocen información confidencial del movimiento monetario y de las decisiones de la Reserva Federal de EEUU lo que les permite predecir acontecimientos. Las quiebras y las bajas accionarias, a su vez, se manejan con rumores e información manipulada (por ejemplo la "quiebra" anticipada de alguna institución) que generan temor y caos en los mercados. Luego esos grupos, utilizando créditos multimillonarios sin respaldo real (sistema de apalancamiento) compran las acciones de las corporaciones quebradas a precio de ganga como sucedió con Merrill Linch, Washington Mutual, y está por suceder con Lehman Brothers y otros gigantes en "lista de espera". Estas operaciones de ganancias con las "crisis" y las "burbujas" son controladas por los grupos súper-concentrados sionistas (con central operativa en Wall Street y en las metrópolis europeas) que controlan las redes del sistema capitalista globalizado, cuyas filiales y casas matrices pueden estar en Europa, Asia, o en cualquier continente, pero tienen su terminal en Wall Street. La información preliminar de los movimientos y decisiones de la Reserva Federal, conforma la materia prima de estas gigantescas operaciones de depredación capitalista a escala planetaria con la especulación financiera que realizan los grupos sionistas súper-concentrados que controlan los resortes básicos del poder económico en el Imperio locomotora del capitalismo. El complejo entramado de "vasos comunicantes" entre el capitalismo financiero, tecnológico, industrial, de servicios, informático y comunicacional (controlado mayoritariamente por grupos del lobby sionista estadounidense-europeo) revela un grado increíble de concentración, diversificación, e intereses comunes de las megacorporaciones transnacionales que se dividen el planeta como un gran mercado. Su inserción en el Congreso y en la Casa Blanca, los contactos con la CIA y la inteligencia estadounidense, sus ramificaciones en el Pentágono y en el Complejo Militar Industrial de EEUU, le permite al lobby sionista de Nueva York (el dueño de la red global) tener conocimiento previo de las decisiones de política exterior y de seguridad nacional que influyen en los mercados globales de la red capitalista. El lobby sionista no está solamente en la Casa Blanca sino que abarca todos los niveles de las operaciones del capitalismo trasnacional, cuyo diseño estratégico está en la cabeza de los grandes charmans y ejecutivos de bancos y consorcios multinacionales que se sientan en el Consenso de Washington y se reparten el planeta como si fuera un pastel. En la práctica se trata de un poder mundial conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta. Son los dueños de la red: Los que deciden el destino del "capitalismo globalizado". C) El estallido de la red Proyectado en secuencia: El "lunes negro" de los mercados globales del 15 de septiembre pasado, que registró el mayor derrumbe de Wall Street desde el 11-S, trasformó la crisis hipotecaria en crisis crediticia e instaló oficialmente la crisis financiera con recesión proyectada desde las economías centrales a los países emergentes y periféricos del sistema capitalista a escala global. Desde entonces, y ante la impotencia de la Casa Blanca y del establishment del poder estadounidense, la "burbuja financiera" del capitalismo especulador sin fronteras de Wall Street, la reproducción del dinero por el dinero mismo, estalló y se desmorona sobre las mismos cimientos de la red global que inventó. De esta manera, lo que comenzó como crisis hipotecaria en septiembre de 2007, luego transformada en crisis crediticia y colapso bancario generalizado, hoy ya toca los umbrales de una crisis del sistema capitalista a escala global. En consecuencia: El cóctel crisis del crédito-caída de la producción-desempleo masivo ya se proyecta como efecto inmediato de la crisis financiera con caída bancaria y derrumbe de bolsas a escala global con epicentro en EEUU y Europa. Según las primeras autoridades del sistema capitalista (Reserva Federal USA, BCE, FMI, Banco Mundial; OCDE, G-8) EEUU y las quince naciones de la zona euro, países que en conjunto representan más de la mitad de la economía mundial, o ya están en recesión o enfrentan significativos riesgos de entrar en recesión en los próximos meses. EEUU y Europa (el corazón del Imperio económico "unipolar") por lo tanto, se han convertido ya en el epicentro de la crisis crediticia emergente del derrumbe globalizado de los mercados que "institucionalizó" en la economía real la multiplicación y potencialización del proceso inflacionario-recesivo en las primeras potencias económicas del sistema. La crisis que hizo estallar la red financiera global, como fue planteada hasta ahora, viró de lo "financiero" hacia lo "económico-.financiero": Tuvo un epicentro en la crisis hipotecaria de EEUU, se expandió a los mercados financieros globales (subdesarrollados y desarrollados), y ahora ya toca variables estructurales de la "economía real" por medio del proceso desatado por el cóctel suba del petróleo + suba de alimentos = proceso inflacionario, que ya padecen las economías centrales del sistema capitalista: EEUU, Unión Europea y China. ¿Porqué estalló la red? La filosofía especuladora del "apalancamiento" (una economía virtual montada sobre el crédito y el endeudamiento) estalló cuando la "falta de confianza" de los tenedores de bonos y acciones (el dinero de papel) los llevó a "efectivizarlos" en dinero real. Allí se destapó la mentira y la falta de respaldo de decenas de billones de dólares transferidos por asentamientos financieros y papeles que, cuando los tenedores quisieron convertirlos en dinero contante y sonante se encontraron con la sorpresa de que el efectivo no estaba donde debería estar: Los bancos. En resumen, y como resultante del proceso, los tenedores de los bonos subprime "desvalorizados" decidieron venderlos en masa generando un colapso generalizado (de todos los índices y acciones) de los mercados financieros en EEUU, Europa, Asia y América Latina. Los gigantes bancarios e hipotecarios comenzaron a derrumbarse arrastrando consigo a todo el sistema financiero imperial. Hay expertos que sostienen que un equivalente billonario a más de un PBI de EEUU y Europa juntos circula en papeles sin respaldo de la "burbuja financiera" que se generó en Wall Street en la década del noventa desparramando ganancia especulativa a escala planetaria. Las "súper-fortunas" personales, los "súper-activos" empresariales se nutrieron de este macro-robo monumental del capitalismo financiero especulador que inventó una economía paralela: La economía de papel. Esa economía es la que hoy está estallando junto con los macrobancos y macroempresas que lideraron la depredación capitalista (a través de la red globalizada) y que hoy se encuentran con sus bóvedas sobrecargadas de papeles sin valor: La chatarra de la "burbuja financiera". En un escenario marcado por el derrumbe bursátil y las quiebras de los gigantes bancarios del Imperio las autoridades monetarias de EEUU y Europa (la "computadora madre") iniciaron el mega rescate de los bancos para evitar que las turbulencias financieras contaminen la economía real y se proyecten por toda la red a escala global. Hasta ahora (incluido el mega-rescate de la Casa Blanca) los esfuerzos han concluido en un fracaso mientras los países globalizados de la red, en un efecto dominó, comienzan a sentir las consecuencias del colapso financiero imperial en sus economías reales. Y los expertos y macroeconomistas ya comienzan a barajar alternativas a la "crisis del Imperio del dólar" mientras surge una pregunta de fondo: ¿Podrá sobrevivir el sistema capitalista globalizado sin la hegemonía de EEUU? Una pregunta clave que será materia de un próximo informe que estamos elaborando. ****** (*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista
en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de
los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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