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11/08/08 |
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El objetivo oculto y lo que está en juego en la guerra del Cáucaso | |||
El conflicto militar entre Rusia y Georgia en el Cáucaso es uno de los frentes de operaciones de la guerra (por ahora "fría") por áreas de influencia que mantiene la alianza EEUU-UE-OTAN contra el eje Rusia-China en euroasia y los ex enclaves soviéticos. En el centro de la disputa se encuentran (a modo de objetivos disimulados) las estratégicas reservas petroleras del Caspio y el control geopolítico-militar de la región. Por Manuel Freytas En este frente, donde hoy se desarrollan combates que ya han dejado más de dos mil muertos, Georgia juega de punta de lanza del eje EEUU-UE y es apuntalada militarmente para contrarrestar a Rusia, Irán, y su aliado Armenia. Georgia ocupa una posición estratégica respecto al control y protección de los corredores de oleoductos que salen de la cuenca del Mar Caspio. También constituye una cuña entre Rusia, Armenia e Irán. Azerbaiján sirve sobre todo como fuente de petróleo en la cuenca del Mar Caspio al comienzo del oleoducto Baku-Tbilisi- Ceyhan. En cuanto a los intereses que están en juego en el conflicto militar del Cáucaso se encuentran en primer término el petróleo y la influencia geopolítica y militar en la región. Algunos especialistas estiman la existencia de aproximadamente 17 mil millones de barriles de petróleo crudo en el Mar Caspio. Estos cálculos indican que, además de los vastos depósitos de gas natural, la cuenca del Caspio también alberga la producción de 200 mil millones de barriles de petróleo. Otros proyectan que la totalidad de reservas de petróleo existentes en el litoral caspiano de los países de Irán, Kazajstán, Azerbaiján, Turkmenistán y Rusia, es de 25 mil millones de toneladas métricas, es decir, casi el 15% del total de las reservas petroleras del mundo (y un 50 por ciento de las reservas de gas natural) . Este potencial energético explica la revalorización geoestratégica de la región y la guerra (todavía "fría") por controlar los enclaves energéticos y los oleoductos del Cáucaso donde Georgia ocupa un lugar clave. Esto impulsa la estrategia USA-europea de utilizar a Georgia como cuña de acceso a esos recursos, y a su vez, alimenta las ambiciones rusas de recobrar el control sobre el Cáucaso como un objetivo estratégico-economico-politico-militar de altísima prioridad. En noviembre pasado, en Tayikistán, en el marco de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), se estableció un convenio para la puesta en marcha de un bloque politico-militar que ya se presenta como un reto a la Alianza Atlántica (OTAN) no sólo en Asia Central sino en todo el continente eurasiático. Detrás de ese desafío a la hegemonía del poder de EEUU y Europa se encuentran Rusia y China, las dos naciones que emergen como protagonistas centrales en el nuevo orden del poder mundial. Además de sus acuerdos militares estratégicos con China y la consolidación de un bloque común en Asia en abierto desafío a la OTAN, Rusia multiplicó en el 2007 sus anuncios de fabricación de nuevos armamentos estratégicos y convencionales, e incrementó en grados notables sus exhibiciones de fuerza militar, nuclear y convencional ante Occidente, para mostrar la voluntad de mantener sus ambiciones de superpotencia. Una de las mayores prioridades de la política exterior rusa son las antiguas repúblicas ex soviéticas del Cáucaso y la zona del Mar Caspio. Georgia es esencial para ganar el control de este área desde el norte. La región del Cáucaso es también un frente interrelacionado con Oriente Próximo y Asia Central que se activará a medida que el mapa de ruta militar anglo-usamericano se desarrolle. Afganistán en el este, el Cáucaso en el norte y el Levante (costa oriental del mar Mediterráneo) al oeste, forman un triángulo estratégico, con Irak e Irán ubicados aproximadamente en su centro. El balance en las relaciones entre Rusia y Georgia se ha alterado desde la firma de acuerdos entre Georgia y EEUU, en vistas al eventual ingreso de la República caucásica a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Las negociaciones comenzaron el 18 de noviembre de 1999 en la Cumbre de la OSCE en Estambul y en relación a ello, Eduard Shevarnadze, por entonces presidente, afirmó que Georgia "podría ingresar a la OTAN en el año 2005", lo que no sucedió hasta el presente. Durante el año 2003 se produjo en Georgia la “Revolución de las Rosas”, en la cual el pueblo pacíficamente salió a protestar en contra de la presuntamente fraudulenta reelección de Shevarnadze, lo cual desembocó en un nuevo proceso electoral donde fue electo Mikhail Saakashvili, el actual presidente, un apéndice del eje EEUU-UE. Desde el fin de la Guerra Fría, la estructura militar de la OTAN controlada por EEUU y la UE primero, incorporó a Polonia, Hungría y la República Checa, y ahora se extiende a Rumania y Bulgaria. Además, con las tres repúblicas bálticas de Lituania, Letonia y Estonia, llega casi hasta Finlandia. El caos y la desestabilización planificada con las "revoluciones de terciopelo" en el Asia Central forman parte del mismo proyecto estratégico, cuyo objetivo central apunta a desestabilizar las fronteras y áreas de influencia de Rusia con el propósito de establecer control militar y geopolítico sobre las ex repúblicas soviéticas. Con la ampliación de la OTAN con "socios confiables" de las ex repúblicas soviéticas de Europa del Este, el eje EEUU-UE consiguió la consolidación de su poder geopolítico y militar estratégico en la región, en desmedro de Rusia, y China que ven afectadas y desestabilizadas sus fronteras y áreas de influencia. Las república bálticas fueron parte de la Unión Soviética -y del Pacto de Varsovia-, ahora son miembros de la OTAN., la fuerza militar liderada por Estados Unidos que nació para combatir la expansión militar del ex Imperio Soviético del que formaban estos flamantes miembros de la alianza atlántica. La OTAN se ha ido expandiendo en dirección al este, y ahora está buscando introducirse en Georgia, la República de Azerbaiyán, Ucrania y otros cuantos países. En abril de este año el presidente de EEUU, George W. Bush, sufrió una derrota inesperada en la "guerra fría" con Rusia por áreas de influencia en el espacio post-soviético cuando en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, que se realizó en Bucarest, capital de Rumania, fue rechazada su petición de ingreso a la alianza de dos ex repúblicas soviéticas, Ucrania y Georgia. El Parlamento georgiano ratificó el 21 de marzo de 2003 un acuerdo de cooperación con EEUU en el área de Defensa, en el cual se le otorgan a oficiales estadounidenses prerrogativas y privilegios sin precedentes en el territorio georgiano. Como ejemplo de ello, aparece el derecho de entrar a Georgia sin visa. Esto fue tomado en Moscú como una clara provocación, dado el sistema de visado que rige entre ambos países en la actualidad y la situación de las tropas rusas a las que comenzó a exigírsele este requisito. Además, los oficiales americanos pueden circular armados y gozan de inmunidad diplomática. Los aviones y vehículos de EEUU pueden atravesar el territorio y el espacio aéreo georgiano sin ningún tipo de inspección.
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