| 
 Informaciones 
          periodísticas de las últimas semanas, referidas a la "modernización" 
          de la Defensa Nacional, parecieran surgir de trascendidos del ministerio 
          del ramo o de sus dependencias... 
        Escribe Gral. Brig. Heriberto Justo Auel 
          Ellas deberían constituir, por la desorientación extemporánea 
          que exhiben, una seria preocupación socio-política de 
          la ciudadanía y de sus dirigencias, pues afectan severamente 
          a la Seguridad Nacional. Es decir, a nuestra vida colectiva e individual, 
          en estos primeros años de un nuevo siglo conflictivo. 
           
          Nuestra seguridad, responsabilidad primaria del Estado, transita una 
          severa crisis, común al resto de las obligaciones constitucionales 
          del Estado. Sus consecuencias son observables en la situación 
          diaria e inmediata que nos rodea y en el marco más amplio de 
          la región y del mundo globalizado, convulsionados por una nueva 
          "guerra mundial" que nos afecta, aquí y ahora, cada 
          vez con mayor intensidad. 
           
          Ya sabemos que la Defensa Nacional -en el ámbito mayor de la 
          Seguridad Nacional- está impedida por la legislación vigente 
          (1). Estas normas han anulado, desde 1988, al planeamiento estratégico. 
           
          Desplazaron a las FF.AA. a meras responsabilidades de Policía 
          Militar en el exterior, al servicio de Organismos Internacionales. Internamente 
          pueden ser eventual apoyo de las actividades policiales, en la seguridad 
          pública. Nuestro país ha declarado que no reconoce a los 
          riesgos estratégicos que retiene la mayor parte de la comunidad 
          internacional. 
           
          La previsión, ante probables agresiones estratégicas, 
          riegos y amenazas hoy presentes en el interior de nuestros límites 
          geográficos, quedaron en manos de nadie. En el caso de que éstas 
          desbordaran al empleo de los medios de la "seguridad interior" 
          –"el esfuerzo nacional de policía"- podría 
          dictarse el estado de sitio y convocarse, recién entonces, a 
          las FF.AA. Pero la ley indica, con enérgica precisión, 
          que ello no debe traducirse en previsiones de planeamiento, inteligencia, 
          organización, equipamiento o adiestramiento alguno de las FF.AA. 
           
          Estas deberán improvisar a partir del momento en que se las convoque 
          y, consecuentemente, asumir la situación terminal que justamente 
          provocará el llamado a las armas. 
           
          El Comando Estratégico que se designe en esa emergencia, tendrá 
          que resolver en la contingencia, con los medios que hayan quedado en 
          las FF.AA. Será el "cabeza de turco", inexorable y 
          legal. Ese ha sido el eje de la sesuda ley de nuestros polemólogos 
          de las Comisiones de Defensa de ambas cámaras y del poder ejecutivo 
          que las propuso, cuando acumulábamos las experiencias de dos 
          derrotas estratégicas recientes. Actualmente el 99,51% de las 
          guerras en acto, son internas. Podemos afirmar que nuestros legisladores 
          -y sus asesores- cargaban la "carabina de Ambrosio". 
           
          Esta legislación nos coloca en una situación altamente 
          riesgosa. La arrastramos a lo largo de las últimas dos décadas 
          pero, desde el año pasado -2006- el desatino conceptual y legal 
          se ha profundizado. 
           
          La legislación del ´88, que nació "muerta" 
          y que se la justificó "porque era necesaria, ante una transición 
          imprevista" (¿?), en el 2006, cuando era imprescindible 
          la necesidad de su reemplazo y rectificación, fue reglamentada. 
          Por simple decreto se profundizaron los desconceptos absurdos que impuso 
          la ley. Podemos afirmar que hoy tenemos una nueva ley de defensa, mucho 
          más retrógrada que la anterior pues se ha ido, en la reglamentación, 
          mucho más allá de lo que prescribían los exabruptos 
          de la ley original, en su letra y en su espíritu. 
           
          Sin embargo, éste paso reglamentario era necesario para justificar 
          los "cambios" que pareciera se avecinaban, o los que ya están 
          en pleno desarrollo. Así llegamos al Editorial del diario "La 
          Nación" del pasado 5 de Marzo, titulado: "Absurda Hipótesis 
          de conflicto", que en rigor debió titularse "Absurda 
          Hipótesis de Guerra", toda vez que la fuente de la información 
          periodística no fue el ministerio de relaciones exteriores, sino 
          el de defensa, según se informa. 
           
          La Ley de Defensa del ´88 -y su complementaria, la de Seguridad 
          Interior que en la presidencia Menem fue desprendida de uno de sus artículos- 
          si bien fue promulgada por Alfonsín a fines de la Guerra Fría, 
          se apoyaba en conceptos extemporáneos, vigentes hasta el siglo 
          XIX. 
           
          En 1989/1991, cuando la Guerra Fría terminó, al igual 
          que después de 1945 –cuando finalizó la 2da guerra 
          civil europea -GMII- se produjo una gran revolución en los ambientes 
          académicos que tratan acerca de los complejos temas de la Gran 
          Política, cuando esta se encamina por los senderos de la fuerza. 
          Surgieron, desde una gran confusión y perplejidad, nuevas teorías 
          -no menos de sesenta- y varias doctrinas, a lo largo de los diez años 
          de posguerra fría -1991/2001- (2). 
           
          En el 2001 comenzó una nueva guerra mundial, el 11S -con la agresión 
          del "terrorismo global"- que en el 2007 cumplirá su 
          sexto año y que promete ser "muy larga". Ninguno de 
          estos hechos sísmicos, de profundidad tectónica en el 
          área de la Polemología y de la Estrategia, conmovió 
          a nuestros estrategas nativos. Todo siguió igual y, desde el 
          año pasado, la regresión conceptual se ha acentuado de 
          un plumazo, pseudo-legalmente (3). 
           
          Llegamos así a la versión de las "absurdas hipótesis", 
          absolutamente ajenas a las probabilidades reales y perceptuales retenidas 
          en la amplísima bibliografía existente hoy en esta disciplina 
          interna de la Ciencia Política o en lo que trasciende desde Brasil, 
          Chile y Perú, que modernizan sus sistemas con varios miles de 
          millones de dólares invertidos en Defensa, atendiendo a los riegos 
          estratégicos reales y aceptados unánimemente en los documentos 
          estratégicos que han dado a conocer, en los últimos años, 
          la UE, la NATO y el Pentágono (4) (5) (4´) y (5´). 
           
          "Es una doctrina nueva ideada por nosotros, que no es una copia 
          de doctrinas de otros países, como antes ", explicó 
          un general. (La Nación – 25 de Febrero de 2007). 
           
          Por lo que se deduce de éste artículo periodístico, 
          la "doctrina nueva", "ideada por nosotros" es un 
          nuevo plan estratégico, muy exclusivo, es decir totalmente nacional 
          y no copiado, "como antes" y ese "nosotros" es, 
          aparentemente, el EMGE, siempre que nuestra deducción conjetural 
          fuese acertada. 
           
          En ese mismo artículo de "La Nación", bajo el 
          título "Drástico cambio en las FF.AA.: nuevas hipótesis 
          de amenazas hasta 2025", se nos informa que "La guerra por 
          los recursos es el nombre oficial de la nueva doctrina militar". 
           
          Reiteramos que en éste nivel, una doctrina es siempre emergente 
          de un plan estratégico que, en éste caso -por su objetivo- 
          "es interior", la hipótesis se desarrolla dentro de 
          nuestros límites geográficos, estando ello específicamente 
          vedado en la ley. Esta conjetura nos pone en guardia. ¿Por qué 
          es tolerado un plan estratégico ilegal, en un terreno puntualmente 
          hipersensible para la "progresía" vernácula? 
          Si por tener recortes de diarios "con datos interiores", hubo 
          recientemente relevos de Oficiales Superiores en el área de Inteligencia, 
          ¿cómo sería posible -y además anunciado 
          por el propio ministerio- semejante desliz ilegal? 
           
          Hay algo en la noticia que no cierra. Pero además, retiene hoy 
          todo su vigor la afirmación de Clausewitz en "De la Guerra": 
          "el primero, el supremo, el acto de juicio de mayor alcance del 
          hombre de estado y del comandante, tiene que establecer el tipo de guerra 
          en la cual se están embarcando. 
          No equivocarlo ni tratar de cambiarlo por algo que sea extraño 
          a su naturaleza" (6). 
          En el Editorial ya citado más arriba, se agregaba: 
          "El surgimiento de la nueva versión doctrinaria que aquí 
          comentamos parece más bien encaminado a satisfacer un planteo 
          ideológico que reorienta la identificación del enemigo 
          militar en las grandes potencias". 
          Hoy queda una sola Gran Potencia: EE.UU. Pero, nuestra deducción 
          es solo una conjetura, ya que no encontramos en los trascendidos de 
          la prensa la claridad expresiva con que los "bolivarianos" 
          identifican al "imperialismo". ¿Será solo un 
          eufemismo? Habrá que retenerlo en análisis. 
          Además, esta fundada presunción se complementa con otra, 
          contenida también en el mencionado artículo del 25 de 
          Febrero: 
          "En el trabajo se recomienda que la Argentina deberá desarrollar 
          organizaciones militares con capacidad para defender a la Nación 
          de un enemigo convencional superior. 
          Para ello deben prepararse los elementos para hacer frente a operaciones 
          dinámicas, sin frentes, sin tiempo suficiente de preaviso, con 
          organizaciones de pequeña magnitud, con apoyo territorial preparado 
          de antemano y capaces de organizar los recursos humanos y materiales 
          locales en función del conflicto". (7) 
           
          ¿Se estará describiendo en éste largo párrafo 
          la organización de milicias, actuando con las tácticas 
          de partisanos en las "guerras asimétricas", como las 
          que postula y organiza Chávez Frías en Venezuela? No nos 
          queda muy claro. 
           
          John Sweeney, en el "Diario Las Américas" de Miami 
          -EE.UU.- el 7 de febrero de 2005, bajo el siguiente título: "Venezuela 
          asume doctrina militar cubana", expresa, entre otras cosas: 
          "Caracas-Las fuerzas armadas venezolanas han concebido una nueva 
          doctrina de seguridad nacional, bajo la cual Estados Unidos reemplaza 
          a Colombia como la mayor amenaza externa a su seguridad y soberanía, 
          según informó el general de División del ejército 
          Venezolano Melvin José López Hidalgo, secretario del Consejo 
          de Defensa de la Nación, en una Conferencia al Centro de Estudios 
          de Información de la Defensa Cubana (CEID), denominada "Problemas 
          globales que afectan la seguridad de la humanidad"; Dictada en 
          el Teatro "José Martí"; de la Habana -Cuba- 
          el pasado 8 y 9 de diciembre. 
          Esta nueva doctrina de seguridad se basa en la excusa de que los militares 
          estadounidenses acabarán por invadir a Venezuela, para asumir 
          el control de su petróleo y gas natural. La anterior doctrina 
          de seguridad preveía una respuesta militar convencional a posibles 
          invasiones colombianas. Por el contrario, la nueva contempla una "respuesta 
          asimétrica" a fuerzas invasoras estadounidenses superiores, 
          mediante la combinación de personal militar venezolano, reservistas 
          civiles y una red interna de grupos civiles de base. 
          Estos componentes estarán encargados de ataques guerrilleros 
          de baja intensidad, coordinados contra las fuerzas estadounidenses". 
          El Gral. venezolano es claro: "fuerzas invasoras estadounidenses 
          superiores". Aquí no hay eufemismo alguno. 
          La homología conceptual de lo expresado en los trascendidos de 
          la prensa argentina en el 2007 y en el diario de Miami, en el 2005, 
          pareciera existir y ello se complementa con noticias que nos llegan 
          desde Córdoba, a través de "La Voz del Interior": 
          "Una fuente del Ministerio de Defensa salió de este modo 
          a aclarar, ante una consulta de este diario, las versiones según 
          las cuales el traslado del Tercer Cuerpo, así como del Segundo 
          y el Quinto -de Rosario a Curuzú Cuatiá y de Bahía 
          Blanca a Comodoro Rivadavia, respectivamente, es ya una decisión 
          adoptada y puesta parcialmente en marcha. 
          Las mudanzas son apenas parte de las propuestas presentadas el año 
          pasado a la ministra Nilda Garré por el arma terrestre en un 
          documento titulado "Plan Ejército Argentino 2025" y 
          que está en evaluación en Defensa". 
          Los Comandos de Cuerpo de Ejército son núcleos naturales 
          de mandos estratégicos a movilizar. Su desplazamiento del centro 
          a la periferia geográfica indicaría que se anulan como 
          tales, en la nueva y original doctrina de guerra. 
          Este último trascendido, de ser cierto, es también ilegal, 
          pues pareciera que el "Plan de Redespliegue" se origina en 
          un Estado Mayor administrativo, el EMGE, al que la Ley de Defensa no 
          le otorga esa función, exclusiva y excluyente del Estado Mayor 
          Conjunto, que tiene responsabilidades Estratégico-Militares. 
          ¿Se estará realizando una "reforma" del "instrumento 
          militar" sin el soporte de un Plan Estratégico? Si así 
          fuere, toma legitimidad el Editorial de la Nación del 5 de Marzo, 
          cuando señala: 
          "El surgimiento de la nueva versión doctrinaria que aquí 
          comentamos, parece más bien encaminado a satisfacer un planteo 
          ideológico que reorienta la identificación del enemigo 
          militar en las grandes potencias". 
           
          Si se diera éste supuesto, no es necesario contar con las necesidades 
          emergentes de un Plan Estratégico. El modelo cubano, de raíz 
          ideológica, está disponible vía Venezuela. Dejaría 
          de ser exclusivo y nacional y vulneraría la razonabilidad organizacional, 
          que debe quedar fundada en la relación entre fines y medios; 
          transgrediría las funciones que la ley de defensa establece para 
          los Estados Mayores y quebraría la profesionalidad intelectual 
          de nuestros Oficiales de Estado Mayor. 
           
          Una Argentina autista, se encapsularía. (8) Omitiría a 
          su real circunstancia políticoestratégica y elaboraría, 
          en su reemplazo, una utopía ideológica que nos llevaría 
          a un mito ciertamente ridículo: ante la supuesta agresión 
          de EE.UU. preveríamos tácticas "liliputienses" 
          y responderíamos con la "guerra de las pulgas". La 
          conjetura periodística indicaría, si tuviere validez, 
          que la ideología arrasaría una vez más con la razonabilidad, 
          la profesionalidad y la ley. 
           
          Sin embargo, lo que más llama la atención, es que se esté 
          trabajando sobre una novedosa organización celular "territorial", 
          que sirve a una "hipótesis de amenaza interna" relacionada 
          con los "recursos naturales" propios, decididamente fronteras 
          adentro. 
           
          Debemos imaginarnos, en el caso de darse ese supuesto, que el imperio 
          afectaría al poder nacional que hoy los controla. Para ello no 
          actuaría sobre las fuentes de los recursos, sino sobre su control 
          político. Esa hipótesis, totalmente peregrina y abstracta, 
          carece de indicios conocidos y es ilegal. La ley de defensa prohíbe 
          ese tipo de "hipótesis internas" taxativamente. La 
          entrega indirecta y homeopática de los trascendidos de prensa 
          referidos a los procesos de cambios, mueve a conjeturas, pero hace inverosímil 
          su validación. (9) 
           
          Tenemos muy en claro la declaratoria del paracaidista tropical Chávez, 
          que emplea a nuestro territorio como escenario de su discurso socialista, 
          revolucionario y antinorteamericano, izando la bandera del "bolivarismo", 
          como lo ha hecho en Mar del Plata y más recientemente en Ferrocarril 
          Oeste. Tenemos clara también la adscripción de Evo Morales 
          –Bolivia-, de Correa –Ecuador- y de Ortega –Nicaragua-, 
          al eje La Habana– Caracas, lo que conlleva los intentos de éste 
          trío -hasta hoy fallidos- para clonar, en sus respectivos países 
          a la constitución "bolivariana de Venezuela" e inaugurar 
          así sus "modernas tiranías constitucionales" 
          que, entre otras cosas, exigirán contar con "tropas populares 
          del partido", a crearse a través de lo que ellos llaman 
          "hipótesis de amenazas imperialistas". (10) 
           
          Brasil y Chile, con ex-comunistas en las presidencias y Perú 
          con un social-demócrata en la suya, refuerzan a sus instituciones 
          armadas (4´ y 5´). ¿Qué estamos haciendo los 
          argentinos? Como expertos en el tema, no lo vemos con claridad. Alguna 
          vez Ferns nos dijo que "éramos amigos de todos y aliados 
          de nadie". ¿Seguimos en esa posición? O ¿estamos 
          trasegando hacia la figura de un Tartufo pragmático, con vuelo 
          de mariposa? Las decisiones que se avecinan van a imponer la caída 
          de muchos velos. Por el momento, solo conjeturamos. 
          Nuestras conjeturas originadas en la información periodística 
          y su confrontación con las nuevas doctrinas estratégicas 
          en los primeros años el siglo XXI. 
           
          Las guerras -según G. Bouthoul "el más espectacular 
          de los fenómenos sociales"- constituyen " nuestros 
          puntos de referencia cronológicos más destacados y, quiérase 
          o no, los límites que señalan los grandes giros de los 
          acontecimientos". 
          "Es por la guerra que han perecido casi todas las civilizaciones 
          conocidas. Es por la guerra que han hecho su entrada casi todas las 
          nuevas civilizaciones". 
          "Es por la guerra que se establecen o se sancionan las supremacías 
          que colocan, durante un tiempo más o menos largo, un cierto tipo 
          de sociedad a la cabeza de la humanidad". 
          "En una palabra, la guerra es la más notable de todas las 
          formas de transición de la vida social. Es una forma de transición 
          acelerada" (11). 
          En el año 2007 nos encontramos en la transición de la 
          etapa de la civilización industrial a la posindustrial. En consecuencia, 
          si aceptamos la teoría de Bouthoul, el orbe globalizado vive 
          el proceso de su condigna "guerra mundial contraterrorista". 
          Jean Baudrillard, en su reciente e interesante trabajo "El espíritu 
          del terrorismo", con su específica visión francesa, 
          que es reflejo de una revolución fracasada, lo capta y a su vez 
          lo distorsiona: 
          "En este sentido, se puede hablar de una guerra mundial; no la 
          tercera sino la cuarta y única verdaderamente mundial, pues lo 
          que está en juego es la globalización misma. Las dos primeras 
          guerras mundiales respondían a la imagen clásica de la 
          guerra. La primera puso fin a la supremacía de Europa y a la 
          era colonial. La segunda puso fin al nazismo. La tercera, que tuvo lugar 
          bajo la forma de la Guerra Fría y la disuasión, puso fin 
          al comunismo. De una a otra, nos hemos dirigido cada vez más 
          hacia un orden mundial único, que hoy ha llegado virtualmente 
          a su consumación. Un orden que se encuentra enfrentado a las 
          fuerzas antagónicas diseminadas en el corazón mismo de 
          lo mundial, en todas sus convulsiones actuales. Guerra fractal de todas 
          las células, de todas las singularidades que se rebelan bajo 
          la forma de anticuerpos. Enfrentamiento a tal punto inasible que cada 
          cierto tiempo es necesario salvaguardar la idea de la guerra a través 
          de puestas en escena espectaculares, como las de la Guerra del Golfo 
          o la de Afganistán. 
          Pero la Cuarta Guerra Mundial está en otra parte. Ella es la 
          que inquieta a todo el orden mundial, a toda dominación hegemónica 
          –si el Islam dominara al mundo, el terrorismo se levantaría 
          en su contra–. El mundo mismo se resiste a la globalización" 
          (12). 
           
          El autor de éste párrafo, intelectual maduro, filólogo 
          y profesor de filosofía de la cultura, no es un especialista 
          en temas político-estratégicos. Ello se evidencia en su 
          lenguaje y en sus conceptos errados sobre las guerras mundiales, pues 
          computa solamente cuatro y le da la calidad de "mundial" a 
          la que está en acto, porque es la primera de extensión 
          planetaria. Y no es así. 
           
          Gastón Bouthoul, su paisano, sociólogo y profundo tratadista 
          de la guerra, ha contabilizado doce guerras mundiales en los últimos 
          cinco siglos y las define como aquellas por las que "se establecen 
          o se sancionan las supremacías que colocan, durante un tiempo 
          más o menos largo, un cierto tipo de sociedad a la cabeza de 
          la humanidad". 
          Ergo, las guerras mundiales son guerras en las que se disputa el poder 
          imperial, que determinará una "supremacía" durante 
          un período más o menos largo, en la esfera de su alcance. 
          No son "mundiales" por su mera extensión geográfica. 
           
          Hacemos esta observación para demostrar cuán desconocido 
          es el tema de la guerra, aun entre intelectuales de prestigio y contemporáneos, 
          dentro de un mismo país. Ello nos da una pauta de lo que puede 
          ocurrir entre aquellos que no lucen como hombres de pensamiento. 
           
          En nuestro país, esa confusión conceptual ha traído 
          graves consecuencias socio-políticas en el pasado reciente y 
          al enfrentar los cambios cualitativos de esta nueva etapa de la civilización 
          "del conocimiento", las consecuencias pueden ser terminales, 
          en varias naciones del amplio subdesarrollo cultural y político 
          Iberoamericano (13). 
           
          Hay todavía, entre nosotros, quienes entienden que la guerra 
          es un fenómeno "militar". Ya hemos señalado 
          que G. Bouthoul la define como " el más espectacular de 
          los fenómenos sociales" y podríamos sintetizar, recordando 
          la clásica tesis clausewitziana: el más espectacular fenómeno 
          socio-político (14). 
           
          En el sencillo cuadro que agregamos a continuación observamos 
          cómo el fenómeno sociopolítico se descompone en 
          varios niveles de la acción. La extrapolación de ideas, 
          entre niveles, que habitualmente reconocemos en el lenguaje coloquial 
          del inexperto, puede ser la fuente de la gran confusión existente 
          en este delicado tema, en el que los errores siempre se pagan con sangre. 
          Pero, a los fines de nuestro objeto, interesa detenernos particularmente 
          en las columnas que señalan cuándo cesa cada una de las 
          etapas y cual es su naturaleza, para alcanzar una mejor comprensión 
          de éste fenómeno, unívoco y complejo. 
           
          La Guerra, Fenómeno Socio-Político 
           
          Los argentinos aun transitamos, en el 2007, la etapa final de nuestra 
          guerra civil revolucionaria, todavía inconclusa. Es la de la 
          explotación estratégica de la batalla que dio el agresor 
          y omitió el Estado Nacional, por históricas carencias 
          institucionales, que se traducen en su extrema y evidente debilidad, 
          en todos sus niveles. 
           
          Sus consecuencias han sido y son: el trastrocamiento de la victoria 
          táctica de la nación argentina, en derrota estratégica 
          y la continuidad de la explotación político-estratégica 
          en el plano político -guerra-, por cuanto no ha cesado en él 
          la "actitud hostil del agresor terrorista-revolucionario". 
          Lo evidencia la declaratoria diaria de sus personeros actuales. 
           
          Cesaron los combates con la victoria táctica del las tropas legales. 
          El Estado no dio batalla -la "estratagema" que dirige a los 
          combates- en el plano estratégico y el terrorismo revolucionario, 
          que dio batalla bajo dirección internacional, explota hoy su 
          éxito político estratégico por trastrocamiento, 
          en la vía judicial (15´). La guerra está latente, 
          como lo vivimos a diario a través de la actitud hostil –odio 
          social- de las actuales dirigencias revolucionarias y sus simpatizantes 
          o adherentes, que a través de la comunicación social y 
          la educación controlan y desinforman a la opinión pública, 
          es decir, al electorado. 
           
          Esta situación socio-política de arrastre se origina en 
          la guerra mundial pasada, la Guerra Fría -1947/1991- (15) que 
          asoló al Hemisferio Sur con agresiones no convencionales, mientras 
          el Norte vivía la Pax del Terror Nuclear. Su actual explotación 
          política-judicial se solapa con las preliminares de la batalla 
          iberoamericana de la presente Guerra Mundial Contraterrorista. Ambas 
          están fuera de la atención ciudadana y dirigencial. Vale 
          la pena detenernos en su explicitación. 
           
          La explotación del éxito estratégico revolucionario, 
          por vía judicial, se inició con el decreto alfonsinista 
          182/84, transitó con altibajos los diez años de posguerra 
          fría hasta el 2001 e ingresa en el 2002, ya en el ámbito 
          de la nueva "guerra mundial contraterrorista", con renovadas 
          energías ideológicas, logrando que el sistema judicial 
          argentino, en ambos períodos y sucesivamente: acepte la formación 
          de "comisiones especiales"; nombre jueces "a medida"; 
          aplique leyes "ex-post-facto", saque a los reos de sus jueces 
          naturales, niegue la existencia misma de nuestra guerra civil revolucionaria 
          -reconocida inicialmente por la Cámara Federal-; anule leyes 
          constitucionales; quiebre la jurisprudencia argentina, no identifique 
          al terrorismo revolucionario doméstico que nos agredió 
          a lo largo de dos décadas; exhiba figuras penales inexistentes 
          en nuestros códigos, etc. (15´, 15´´ y 15´´´). 
          Dicha explotación ideológica en el plano político-estratégico 
          se va profundizando en la misma medida en que el Estado pierde su calidad 
          institucional y ambas se aceleran al aproximarse un acto electoral, 
          retenidos los derechos humanos como banderas, para de retener el poder. 
          Estamos en presencia de una profunda corrupción estructural del 
          Estado Institucional y de la Gran Política, como inteligencia 
          del Estado. 
           
          Ingresaremos a un breve análisis teórico de los cambios 
          cualitativos que la nueva etapa de la civilización a impuesto 
          en la impronta de las guerras del siglo XXI, mientras nuestra cultura 
          es vaciada sin prisa y sin pausa por la maniobra residual, iniciada 
          en el período "guerra fría" y activada masivamente 
          desde 1984. 
           
          Progresivamente la humanidad globalizada ha ingresado a una nueva etapa 
          del progreso humano: hay una nueva forma de producir y hay una nueva 
          forma de hacer la guerra (16). 
           
          Los argentinos, que aun no asimilamos ni cerramos nuestra guerra civil 
          revolucionaria, subsidiaria de la Guerra Fría, debemos enfrentar 
          inexorablemente a las consecuencias "internas", ya presentes 
          en la región, de la nueva "Guerra Mundial Contraterrorista 
          Global", absolutamente distinta en su naturaleza y acción 
          -en todos los niveles- a las anteriores. Ello plantea una situación 
          compleja y de difícil resolución (17). 
           
          Hemos pasado, irresponsable e inconscientemente, desde la estrategia 
          de la disuasión vigente en el Norte hasta el 2001 y desde las 
          guerras no convencionales revolucionarias en el Sur, a una nueva etapa 
          -común ahora a todos los actores internacionales- regresando 
          a la antigua estrategia de la acción- por cuanto nos enfrentamos 
          a un enemigo "no-estatal, complejo y extendido en red", sin 
          límites ético-jurídicos, que no recibe señales 
          disuasivas. 
           
          Nuevamente los argentinos, como ayer, lo hacemos sin previsiones estratégicas, 
          con instituciones licuadas y, aparentemente, según lo que se 
          desprende de los trascendidos periodísticos que hemos comentado 
          en la primera parte de éste trabajo, sin los conceptos más 
          elementales de actualización situacional en los niveles de decisión 
          políticoestratégicos. 
           
          Como lo expresamos alguna vez, "no hemos aprendido a aprender". 
          Reemplazamos a la Gran Política y su consecuente visión 
          de futuro por la ideologización resentida del pasado y profundizamos 
          así a la inmoralidad pública y privada: la corrupción 
          estructural, que es la avenida directa hacia la auto-destrucción. 
        Las Guerras de Cuarta Generación 
        En el mes de Octubre de 1989, cuando finalizaba la guerra fría, 
          cuatro Oficiales Superiores Jefes de la Infantería de Marina 
          de los EE.UU. –Lind, Schmitt y Wilson- publicaban un trabajo en 
          la "Gazeta Marinera", que haría camino. Lo titularon: 
          "El Rostro Cambiante de la Guerra: hacia la Cuarta Generación", 
          conocido universalmente por su abreviatura en inglés: 4GW –Fourth 
          Generation War- (18). 
           
          Los autores, fundados en un análisis teórico prospectivo 
          y acertado establecían, para luego proyectarlo hacia el futuro, 
          las siguientes etapas históricas del fenómeno guerra: 
          1ra. Generación: empleo de grandes masas de hombres en formaciones 
          "ordenadas", con el empleo central de armas de fuego de corto 
          alcance. Su paradigma: el Archiduque Carlos. 
          2da Generación: emergente de la primera revolución industrial. 
          El movimiento estratégico a través de ferrocarriles previamente 
          trazados, la primacía del volumen de fuego y la "atrición" 
          sobre el terreno. Sus paradigmas: Napoleón y Lüdendorff. 
          3ra Generación: emergente de la segunda y tercera revolución 
          industrial. La maniobra – "la blitzkieg"- descentralizada, 
          "desordenada" y la iniciativa en los mandos medios. Sus paradigmas: 
          v. Manstein, Guderian y Rommel. 
          4ta Generación: un salto cualitativo -emergente de la revolución 
          científica-tecnológica- apoyado en la "tecnotrónica". 
          Se amplían los espacios de maniobra en la concepción de 
          la batalla y de los nuevos teatros de operaciones: las sociedades globales. 
          Toman singular importancia: 
          Las ideas creadoras, la innovación conceptual y las fracciones 
          menores "autónomas". 
           
          El objetivo es abstracto, principalmente la cultura del enemigo. 
          El flanco a localizar es la retaguardia civil, a través de la 
          aproximación indirecta: la llave de judo. 
          La condición ineludible: el apoyo de la población. 
          Sus características más importantes: 
          No hay frontera entre la guerra y la paz. 
          No hay frentes identificables ni distinción entre civiles y militares. 
          Las grandes instalaciones estratégicas y simbólicas, son 
          la principal vulnerabilidad. 
          La "asimetría" de los actores le quita relevancia a 
          los niveles estratégicos y traslada importancia a los tácticos. 
          El procedimiento corriente será la insurgencia terrorista. 
          El arma predominante, la propaganda y la desinformación. 
          El medio central: la infoesfera: los medios de comunicación. 
          Así como las tres primeras generaciones surgieron desde la cultura 
          occidental, la 4ta Generación surge de otras culturas. Quien 
          tiene actualmente el desafío de encontrar sus claves resolutivas, 
          es el recientemente nombrado Comandante de la Coalición, en Bagdad, 
          el Gral. David Petraeus. Para ello cuenta con una nueva Directiva Estratégica, 
          una corta experiencia acumulada, su talento y dos Divisiones de refuerzo. 
          En 1991, el Profesor Martin Van Creveld, de la Universidad Hebrea de 
          Jerusalén, publicó "La Transformación de la 
          Guerra", en línea con las ideas de los marinos estadounidenses 
          de la 4GW (19). 
           
          Plantea que la tríada clausewitziana "Pueblo-FF.AA.-Gobierno" 
          queda superada por la evolución de la civilización. El 
          concepto westfaliano del monopolio de la fuerza por el Estado, estaría 
          obsoleto por cuanto la guerra, como la habíamos conocido, ya 
          no es válida como recurso político. La existencia de los 
          arsenales QBN la ha "transformado" y se desarrolla hoy como 
          conflicto violento, disperso, de baja intensidad, fuera del marco del 
          Derecho Humanitario, a través de bandas, guerrillas, mafias, 
          etc. El proceso ha sido gradual, desigual y espasmódico y el 
          Estado ha tardado en reconocerlo. 
          La reflexión es acertada, pero, en nuestro entender, el prusiano 
          Clausewitz sigue vigente. 
          Solo hay que reemplazar la calidad de los actores y tener en cuenta 
          que C. v Clausewitz escribió en abstracto, "para siempre" 
          (14). 
           
          El enemigo que enfrenta hoy al Estado, carece de personería jurídica, 
          es irresponsable y los pueblos occidentales no han sido preparados para 
          entenderlo. Gran parte de Occidente –el Occidente tránsfuga 
          en particular- quiere enfrentarlo con las normas de la 3ra Generación 
          y desde las pautas de nuestra cultura. Ello impulsa a sus elementos 
          de fuerza a actuar como "no estatales". He allí el 
          problema central, que los argentinos bien conocemos (20). 
           
          Las "transformaciones" de la civilización presente, 
          son cualitativas. La Gran Política y la Gran Estrategia están 
          en su seno y deben evolucionar cualitativamente. Está presente 
          una guerra de 4ta. Generación y actúan como agresoras 
          otras culturas. ¿Cómo hacer para enfrentar el desafío 
          desde la cobardía de las culturas relativizadas, evasivas y débiles? 
           
          Es indudable que el Profesor Van Creveld elabora su trabajo teórico 
          impresionado por las "intifadas" palestinas. Los argentinos 
          tenemos larga experiencia en la lucha desigual del Estado frente a las 
          bandas terroristas domésticas, pero no hemos capitalizado las 
          consecuencias del drama. La Política no ha reaccionado inteligentemente 
          desde el Estado agredido, en tiempo oportuno. El colapso gubernamental 
          producido por la guerra limitada en el Atlántico Sur, en 1982, 
          fue fatal. 
           
          Las bases ético-jurídicas que debieron dictarse para enfrentar 
          al desafío revolucionario interno, en el mismo decreto de movilización, 
          nunca aparecieron y ese es el boomerang que hoy se somatiza, se ignora 
          y el enemigo de ayer explota. EE.UU. luego del 11S dictó de inmediato 
          el "Acta Patriótica", demostrando una capacidad de 
          reacción política acorde a la naturaleza de la agresión 
          estratégica. En nuestro caso, la "actualización" 
          de la legislación de defensa hizo exactamente lo opuesto. 
           
          En 1994, Thomas X. Hammes, también en la "Gazeta del Cuerpo 
          de Infantería de Marina", hizo su aporte en apoyo a la 4GW, 
          que había tenido gran difusión en los medios académicos 
          internacionales de Polemología y Estrategia. Desarrolló, 
          en particular, la descripción de los "nuevos protagonistas" 
          e interconectó a la nueva teoría con "las guerras 
          en red" que Arquilla y Rondfelt -"The advent of netwar"- 
          desarrollaron en las publicaciones de la Fundación Rand. 
           
          La 4GW reemplazó rápidamente a la "Revolución 
          de los Asuntos Militares", que en la posguerra fría había 
          tomado cierta importancia, centrando sus análisis en cuestiones 
          técnicas. Estas ideas volvían a orientar a la guerra en 
          el campo de su natural reflexión socio-política y a impulsar 
          los estudios estratégicos en lo sustantivo de los conflictos, 
          tales como los presenta, dramáticamente, el nuevo siglo. 
           
          Hasta el momento en que aparezca un competidor estatal e imperial de 
          los EE.UU., estas ideas continuarán siendo elaboradas, cada vez 
          con mayor profundidad. Su gran laboratorio experimental es el "bajo 
          vientre euro-asiático" y nuestra Ibero América, que 
          debería estar efectuando sus propias doctrinas combinadas-conjuntas, 
          siguiendo el rumbo señalado en las "Guerras del Tercer Tipo 
          o de la Tercera Especie”, enunciadas por Kal Holsti para el continente, 
          en el marco más amplio de la 4GW. Las preliminares de esas nuevas 
          batallas, están en pleno desarrollo (21). 
           
          Los trascendidos periodísticos, que motivaron la primera parte 
          de este trabajo, parecieran orientados en dirección opuesta a 
          las doctrinas en elaboración en los grandes centros de pensamiento 
          estratégico y que brevemente terminamos de enunciar. Ello es 
          lo que nos ha impulsado a titular a este trabajo del modo en que lo 
          hicimos. Nuestra Argentina pareciera no reconocer a su circunstancia 
          inmediata y mediata, no asumir nuestras mejores tradiciones históricas 
          y no buscar el escenario lejano que nos una en el esfuerzo y en la armonía, 
          para superar la decadencia, caldo de cultivo de estas nuevas guerras. 
           
          La visión estratégica occidental, emergente de las doctrinas 
          en acto 
        A modo de conclusiones, enumeraremos a continuación, muy sintéticamente, 
          cuales son los factores básicos y comunes que inciden en la apreciación 
          del ambiente estratégico militar que localizamos en los documentos 
          públicos de los países relevantes de occidente: (23 y 
          24). 
           
          • Los efectos de la última globalización, de alcances 
          planetarios. 
          • Las asimetrías impuestas por nuevos actores internacionales. 
          • Las grandes fluctuaciones demográficas regionales. 
          • Los cambios en el medio ambiente. 
          • Las consecuencias emergentes de los "estados fallidos". 
          • Las ideologías radicales. 
          • Los fundamentalismos religiosos. 
          • El choque de las culturas. 
          • La decadencia moral de un sector social de Occidente. 
           
          Si los trascendidos periodísticos se confirmaran en los hechos, 
          la Argentina "encapsulada", ignorando los factores citados, 
          sin visión de futuro, sin una sana percepción de su circunstancia 
          internacional y extremadamente debilitada en sus tradiciones culturales, 
          se encamina hacia la profundización de su crisis-decadencia y 
          a una multiplicidad de conflictos que quedan abarcados por las "guerras 
          de cuarta generación" y de la "tercera especie". 
          Este sendero lleva al "Estado Fallido", que precede a la disgregación 
          social y política. 
           
          El barómetro iberoamericano, que es la evolución interna 
          boliviana y la sentencia de Kal Holsti: "…en éste 
          tiempo, para conocer la situación internacional no hay que observar 
          a las relaciones interestatales, sino al estado del Estado”, pueden 
          servirnos en estos días de conveniente orientación y guía 
          de análisis constante. 
        Citas: 
        (1) H. J. Auel. "Política de Defensa o Estado de Indefensión 
          Legal". Investigación. Jul 01. www.ieeba.com.ar 
          (2) H. J. Auel. "La Guerra en la Civilización del Conocimiento". 
          Investigación. Ene 02. www.ieeba.com.ar 
          (3) H. J. Auel. "La Guerra en el Siglo XXI". Jul 02. Investigación. 
          www.ieeba.com.ar 
          (4) H. J. Auel. "El Nuevo Ordenamiento Internacional Posterior 
          a la Intervención de EE.UU. y sus Aliados en Irak" – 
          Conferencia en la AAAI. 21 May 03. www.ieeba.com.ar 
          (4´) J. Cirino. "Claves del equipamiento bélico de 
          Chile y Brasil". 15 May 04. http://www.urgente24.info 
          (5) E. de Vergara. "Los Conflictos en Ibero América". 
          Investigación. Feb 06. www.ieeba.com.ar 
          (5´) El Universal. "Perú planea modernizar el Ejército". 
          04 Mar 07. http://internacional.eluniversal.com  
          (6) E. de Vergara. "La Naturaleza, la Conducta y el Propósito 
          de la Guerra". Investigación. Feb 03. www.ieeba.com.ar 
          (7) H. Dieterich. "Cumbre Sudamericana: nace vanguardia criolla 
          y crece subversión oligárquica".10 Dic 06. www.rebelion.org/-18k 
           
          (8) H. J. Auel. "La Argentina Encapsulada". 28 Mar 03. Investigación. 
          www.ieeba.com.ar 
          (9) E. de Vergara. "Los planes estratégicos y la seguritización 
          militarizante". Investigación. Abr 06. www.ieeba.com.ar 
          (10) P. A. Anzaldi. "El Fascismo como Revolución". 
          Investigación. Abr 03. www.ieeba.com.ar 
          (11) G. Bouthoul. "La Guerra". 1971. oikos-tau, s. a. Barcelona. 
          (12) J. Baudrillard, "El espíritu del terrorismo". 
          Fractal n° 24. Ene-Mar 02.Vol VII, pp. 
          (13) H. J. Auel. "La Argentina en sus Posguerras". Investigación. 
          Verano de 1988. www.ieeba.com.ar 
          (14) P. A. Anzaldi. "Vigencia de Clausewitz". Ene 04. Investigación. 
          www.ieeba.com.ar 
          (15) P. A. Anzaldi. "El Concepto de Guerra Fría". Ago 
          03. Investigación www.ieeba.com.ar 
          (15´) A. Solari. "Los crímenes de lesa humanidad: 
          una persecución política en sede judicial". Colaboración. 
          05 Abr 07. www.ieeba.com.ar 
          (15´´) A. Solari. "¿Porqué es necesario 
          una amnistía?". Colaboración. 29 Mar 06. www.ieeba.com.ar 
          (15´´´) V. Villarruel. "Lesa Humanidad: el delito 
          que nos es". Colaboración. Feb 07. www.ieeba.com.ar 
          (16) H. J. Auel. "La Cultura, la Civilización y la Guerra". 
          Investigación. Abr 03. www.ieeba.com.ar 
          (17) P. A. Anzaldi. "Hacia Una Nueva Política De Seguridad 
          y Defensa Nacional". Investigation. Abr 03. www.ieeba.com.ar 
          (18) Lind S, Schmitt J, Wilson G. "The Changing Face of War. Into 
          the Fourth Generation" Marine Corps Gazzette, Oct 89. 
          (19) M. Van Creveld. "The transformation of war". Free Press. 
          1991. 
          (20) E. Campmany. "Implicancias Estratégicas de las Restricciones 
          Éticas y Jurídicas en la Lucha Contra el Terrorismo". 
          RIE. 13 Ene 06. www.realinstitutoelcano.org 
          (21) K. Holsti. "The State, War and State of War". Cambridge 
          University Press. 1999. 
          (22) P. A. Anzaldi. "El Poder Nacional y el Instrumento Militar 
          ante las Guerras de la Tercera Especie". Investigación. 
          Jul 03. www.ieeba.com.ar 
          (23) J. Corrado. "Las Nuevas Amenazas Estratégicas". 
          Investigación. Sep 00. 
          (24) J. Corrado. "Seguridad y Defensa en el espacio del MERCOSUR". 
          Investigación. Ago 01. www.ieeba.com.ar 
        Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires  | 
         |