LA BATALLA DEL MONTE TUMBLEDOWN, Y LA LEGENDARIA 4ta SECCIÓN
DE LA COMPAÑÍA NÁCAR
“La aptitud y actitud de este Jefe de Sección, como
así también la de sus hombres, los convierte en modelo
a seguir…Vázquez al liderar a sus tropas en combate,
asumió siempre los riesgos más grandes y contribuyó
a mantener el espíritu de lucha de sus hombres haciendo que
ellos combatan arduamente…tanto él como sus soldados
son UN TESORO QUE LA INFANTERÍA DE MARINA DEBE MANTEN ER CON
ORGULLO”
Del Libro: Hors de Combat
Los que amamos la historia del país, sentimos
una suerte de “veneración” por los héroes
que lo forjaron y sostuvieron aún con el sacrificio de sus
vidas. Por tanto, la velada de anoche, jueves 23 de Julio de 2015
quedará en mi memoria para siempre.
En representación del Instituto Browniano, del cual tengo el
honor de ser Vicede legado en Tucumán, asistí junto
al Delegado Dr. Alejandro Duilio Saleme Martínez a la disertación
del Sr. Capitán de Navío I.M. VGM ® Carlos Daniel
Vázquez, héroe de la Patria y defensor de a misma en
el combate de Monte Tumbledown.
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Siendo un joven Teniente, le tocó defender el honor de la Infantería
de Marina en uno de los episodios más extraordinarios de la
guerra.
Tuvo como misión, al frente del Batallón de Infantería
de Marina Nº 5 en las Islas Malvinas, defender una altura al
Oeste de Puerto Argentino, uno de los últimos bastiones que
debía tomar el Ejército Ingles para reconquistar el
Archipiélago.
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A tal fin organizó una cuarta sección, compuesta por
infantes de marina y soldados del ejército. Eran un grupo heterogéneo,
entre personalidades muy diferentes que fueron a converger, por motivos
que solo Dios conoce, justo en ese lugar, en esos días de furia
guerrera.
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Durante el relato, ameno, emocionante y aleccionador, el expositor
nos fue “volvien do al terreno” de los hechos con una
maestría inigualable.
Pudimos allí conocer la historia de los soldados Oscar Augusto
Silva, de Julio Satur nino Castillo y de tantos héroes que
jalonan páginas de gloria en una contienda en la que los soldados
argentinos dieron muestra de un coraje inconmensurable, de un profesionalismo
digno de imitarse; también de una inteligencia táctica
y estratégica que asombró al mundo ganándose
el respeto del propio enemigo.
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En Inglaterra, y esto lo escuchéde boca de uno de los héroes
del desembarco del 2 de Abril, el Capitán ® Diego García
Quiroga, quién vive actualmente en Europa y es invitado permanente
a los honores del Ejército Inglés, tienen a los soldados
argenti nos en la más alta estima, calificándolos como
guerreros temibles, hombres honorables y de excepción.
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El relato del Capitán Vázquez comenzó lentamente
por situarnos en aquellos días con sus noches donde con sus
improvisadas fuerzas, de unos 37 hombres, defen dieron una posición
de vital defensa contra 400 soldados profesionales del Segundo Batallón
de Guardias Escoceses (élite del Ejército Británico)
y algunos elementos del 7mo Regimiento de Fusileros Gurkas del Duque
de Edimburgo.
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Cada capítulo que nos refería con exactitud, pincelaba
el dibujo vívido de esas jor nadas épicas, donde la
bravura del soldado argentino dio muestras de su mejor tra dición
guerrera.
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El joven Teniente Vázquez, invencible, negándose a abandonar
su posición, prime ro ordenó a sus tropas que, quitando
el trípode del mortero que tenían, dispararan sobre
su propia posición aprovechando que ellos estaban cubiertos
en sus pozos de zorro, mientras el enemigo se encontraba al descubierto.
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Ello detuvo el primer ataque …cuenta la leyenda del batallón
escoses que, mientras se replegaban, escucharon a aquellos jóvenes
guerreros cantar a viva voz cele brando su arrojo.
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Una y otra vez los ya mermados británicos atacaron las trincheras
argentinas, pero esos hermanos de sangre no iban a permitir que sus
vidas fueran entregadas sin antes infringir duras pérdidas
al enemigo.
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Aquello era una lucha sin cuartel: las posiciones argentinas fueron
atacadas por el fuego de los barcos de la Marina Inglesa, por las
baterías terrestres enemigas, vehí culos artillados
como también la infantería los castigó incesantemente
con morteros y cohetes disparados a corta distancia…sin embargo,
y con cargas activas sin explo tar aún cercanas,
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nuestros leones defendieron con inusitado valor cada posición,cada
palmo de terre no fue pagado por el invasor ingles con la sangre de
sus hombres, quienes atónitos no podían concebir tanto
valor, tanta gallardía
…fue cuando el Teniente Vázquez solicitó al mando
superior que bombardeara con artillería sus propias posiciones,
esto a viva voz, exigiendo se cumpliera su pedido. -
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En medio de aquel infierno de esquirlas arrojadas por las bombas que
caían por doquier, el temple inaudito de aquellos bravos alcanzó
el grado de leyenda.
Y continuó la batalla. Como Leónidas en las Termópilas,
el bravo Vázquez siguió dando ordenes, disparando, comandando
su batallón hasta que notó que nadie le respondía…rodeado
de ingleses, ya sin municiones y apuntado por tres fusiles ene migos,
recién el joven Teniente solicitó salvar lo que quedara
de su compañía.
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Sólo seis hombres acataron la orden de deponer las armas…el
resto o estaba muerto o se encontraba gravemente herido.
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Tres veces fueron repelidos aquellos feroces guerreros profesionales,
equipados con armamentos de última generación y muy
superiores en número…tres veces los soldados argentinos
rociaron con su propia metralla la posición que defendían,
con tal de no entregarla, JAMÁS SE REPLEGARON, ni un centímetro
cedieron al enemi go…por cada argentino, diez ingleses los enfrentaba…durante
ocho horas de lucha cuerpo a cuerpo, lo más selecto del ejército
enemigo no pudo contra ese puñado de valientes…por ello,
luego de la guerra y en su honor, escribieron “Odas” y
compusie ron canciones que recuerdan para siempre el PROFESIONALISMO,
EL VALOR, LA GALLARDÍA de nuestros soldados…
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HONOR Y GLORIA al recuerdo de aquellos héroes del Monte Tumbledown…es
parte de esa HISTORIA QUE NOS DEBEMOS los argentinos…nada más
lacerante para recordarlos es singularizarlos con el mote de “Chicos
de la Guerra”, como si hubieran sido débiles corderos
enviados a un matadero
…DEBEMOS PONERNOS FIRMES ANTE ESTA VERDADERA Y RECURRIDA AFRENTA
CONTRA LA MEMORIA DE AQUELLOS LEONES DEFENSORES DE LA PATRIA AUSTRAL
…la memoria de aquellos bravos marinos, aviadores, soldados
de las tres armas que escribieron páginas de gloria en la historia
guerrera de nuestra Patria Y DEL MUNDO, debe pasar a las siguientes
generaciones como símbolo de LEGÍTIMO ORGULLO, jamás
la vergüenza debe manchar la saga de aquellos quienes, como el
Capitán Carlos Daniel Vázquez hicieron honor al simple
hecho de ser ARGENTINOS.¡¡¡
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José María Posse
ODA A TUMBLEDOWN
“Fueron los guardias de la corona
quienes escalaron las alturas de Tumbledown
y lucharon aquella noche en una sangrienta batalla
cuya victoria se vio con las primeras luces del
amanecer.
Escaramuzas los llevaban de pozo en pozo
y entre las rocas, entumecidos por el horror.
Entre fuego y morteros avanzaron
hasta que al fin su posición vencieron,
Port Stanley avistaron
y a contar sus muertos comenzaron.
Pero, donde esta la gloria?
Cual es el orgullo de aquellos valientes
Que allí murieron?
Con el solitario sacrificio de cada vida pagaron
el precio mas alto.
Seguramente ese último heroico acto
apresuró el pacto de los ejércitos combatientes.
Por lo tanto, aquellos de nosotros que de allí volvieron
dejemos que el orgullo se eleve como el halcón.
No permitan en hombre alguno el olvido.
Ni que la memoria de nuestros muertos se disipe
una vez que cruzaron el ancho mar, ya de regreso.
Recuerden entonces lo que aquello fue”.
El autor es un Guardia Escocés del 2nd ScotGuard
Batallion que participó en la Batalla de Tumbledown.-
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Termino estas reflexiones, haciendo mías las palabras del excelente
periodista Nicolás Kasanzew en su libro “Malvinas a Sangre
y Fuego”.
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“Los Espartanos no fueron los mejores combatientes del mundo
antiguo por domi nar a la perfección el arte de la guerra,
sino porque estaban mentalizados para morir al servicio de la Patria.
La victoria suele ser esquiva, la otorga Dios y no siem pre puede
alcanzarla aún en el mejor de los guerreros.
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Pero el espartano, no vivía para la victoria, sino con el afán
de obtener una muerte gloriosa. El rey Leónidas, con sus 300
hombres, fue a la guerra sin ninguna esperan za de triunfo, sacrificándose
militarmente en aras de su pueblo, pero DEJANDO SENTADA SU FUERZA
MORAL…”
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Todo está dicho.
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José María Posse